(O EL SERAPEYÓN Y LA RECÁMARA DE NEFERTARI INSULTADOS)
Por Gustavo Daniel Barrios*
Una narración identificable como
verismo, que en determinado momento puede derivarse a ser un instrumento de
experimentación llamado a esclarecer problemas, de esos que afectan al todo
comunal, si el relato de pronto emprende la misión de servir de aportante en
este orden, intentará diagnosticar el porqué del demérito o la desinteligencia,
de aquello que pretende asistir, con afán de mejorarlo.
Así el relato transita un laberinto
que refleja el drama sociocultural, o cierto drama de este orden, que tal vez
sea tenido como superfluo, en lo relativo a un esperable repertorio literario.
Así es que en las postrimerías del texto, que en determinado momento se sacudió
en la necesidad de aportar una opinión, o acaso solución, se termina de
apreciar la flexible o permeable y muy aceptable condición de una narración
polivalente, en una historia como por ejemplo la que aquí se comenzará a
transitar, que tal y como se podrá distinguir más adelante, apaga la natural
sucesión de alternativas de un cuento, para introducirse en pasajes por demás
rutinarios y vacíos de metáforas, de un sesgo cívico y coyuntural de un país,
trocando el clima anterior en crítica, en un discurso de concisión, e
intentando hacer equilibrio, para decorosamente ir normalizándose de acuerdo a
una relación coherente con escenas del verismo.
Y el episodio habla de gente con su
huella en la memoria popular, y ahora los primeros.
Trabajaron ellos dos, memorables
personas demasiado poco memoradas, en el primer barco Ciudad, el que fuera
mandado construir por la familia Oficialdegui, en los astilleros locales
Riguetti, y cuya botadura se produjo en el año 71.
Este barco fue un notable diseño que
para el uso de pasajeros fuera puesto a surcar los brazos afluentes y el canal
del río, desde poco más de una década después de que se interrumpiera aquel
servicio del hidroavión de cabotaje, con arribo al muelle del puerto público o
Estación Fluvial -tal la conocemos-, desde la cual zarpan y en donde duermen
los barcos Ciudad, aquél y este de ahora, y el mismo puerto en el cual se
abordaban antes los botes del servicio a Entre Ríos, que demoraba seis horas.
Y bien, se trata de una mujer
llamada Maura Enseñat y de su padre, Marcos Enseñat. Ellos
atendieron el buffet en el viejo barco, con idéntico reláx y contento que los músicos
afectados como ellos al paseo nocturno de los fines de semana.
Maura tenía un hermano menor,
a quién nunca se lo vio en aquellos paseos, llamado Marcelo Enseñat.
Hago un intermedio aquí, antes de volver a lo principal. Las familias
como los Enseñat, para decirlo de un modo clarificador, han leído
determinadas glosas, o han leído los Méster de Clerecía, o libros
sobre otras iniciaciones, y esto se colige de sus nombres completos. Por
ejemplo, cito el caso de un hombre, Eladio Eguren, un médico extranjero
radicado en Santa Fe en 1891, pasando por dos importantes ciudades de la
provincia antes de confirmarse su asiento definitivo en 1893, y su enormidad de
aportes ir dándose, a partir de establecerse para trabajar en la Sociedad de
Socorros Mutuos de Rosario.
Bien, el caso es que el doctor Eguren
bautizó a sus diez hijos bajo un idéntico patrón, dándoles nombres grabados en
el agua lustral, a diez que llevan las iniciales E. Sus hijos se llamaron:
Etelvino Adolfo, Eloisa, Eduardo, Elena, Eladio, Enrique, Ernesto, Emilio,
Eloy, y Ezequiel. Los Eguren rubricaron en sus hijos la doble E, según
el patrón elegido por Eladio y su esposa, Maura casualmente.
El doctor Eguren nunca comunicó una
razón, pero de todos modos aquéllos que deciden un patrón como este, para los
hijos en el caso de Eladio y su esposa Maura, dicho porque hay otros que
bautizan según un patrón determinado a todos los chalet que poseen en
proximidad a los cerros cordilleranos, si esto ocurriere, y por ejemplificar;
quienes esto hacen, como este capricho de continuar el patrón de Eladio Eguren,
este tipo de decisiones, declaran cierto tipo de distinción autootorgado, para
expresar un ansia particular de encumbrarse.
Y ahora regreso a las personas del
comienzo, pero aun parado en la reflexión, ya que estimo que los Enseñat,
y por un ansia de idéntica adhesión a esa fé en lo que proyecta ese ritual, le
dieron forma al patrón de Maura y Marcelo, o Marcos, Maura y
Marcelo Enseñat.
Marcos estaba casado con una mujer,
madre de Maura y Marcelo, de apellido Lucanto, y por lo tanto fuera del patrón,
como el caso de Maura la anterior, esposa del doctor Eguren, y lo menciono
porque siempre son ambos padres los que participan en la decisión, inocua e
interesante, otorgando que el apellido guía es el del hombre, de acuerdo a que
es este el cual figura en el documento nacional, y formaliza la identidad con
el nombre completo.
Los Enseñat vivieron detrás
del boulevard 27 de Febrero, justo a la altura de los rojos provincialistas,
entre la Sede y el Country Club de estos, más cerca de la Sede. Área, que en lo
sonoro ambiental se preserva tan bien o mejor, que esos interiores previos al
puente que atraviesa la rampa o fosa de avenida Puccio, por donde se halla el
colegio Carrasco; espacios que gozan de
escasa polución a este nivel, en compensación a lugares con escasa fortuna en
este mismo rubro.
Bien, detrás de 27 de Febrero hacia
el Country vivían, única posibilidad, en este barrio que dura hasta calle
Saavedra, y que según muchas voces experimentadas, ninguna ceñil e incluso
bastante jóvenes algunas y también expertas, reúne todo un concepto elogiable,
ya desde calle Italia, pero en un más angosto palmo a dicha altura, y que
ultrapasando el Country Club por ambos laterales del mismo, recupera el ancho
de Saavedra-27 de Febrero, dentro de eso
está barrio Cura, y en esta última parte, haciendo laberintos por allí, se
destaca esta tutela del silencio mencionado, siempre atentos a la falta de
precisión en discusiones sobre cuadrículas y arterias, y lo difuso de estos
delineamientos. Destaco que este vecindario exceptúa por diferir en demasía, al
par de enormes complejos habitacionales que se empalman y aparecen al
final, no porque este grupo de edificios
haga suponer un antivalor en lo relativo a Cura, cuyos tramos medios se
codician, sino debido a que no consigue integrarse al homogéneo restante. Entre
la calle Cura y el boulevard 27, en alguna propiedad grande vivieron los Enseñat.
Me es oportuno decir que no debe
suponerse un fragmento ocioso en el relato, el cual quizás se demora en arribar
al despligue temático fluído, y que no debe suponerse un acto desatento hacia
los ajenos al saber urbanístico, máxime los foráneos, ni tampoco hace alardes
de localismo o fárrago exasperante de información inútil, el describir un área
de la ciudad cual esta sea, porque la incursión a un teatro descripto de este
modo en una historia, sea o no del conocimiento de todos, va a conducir mejor
al argonauta escrutador del texto, por
un camino de señales instructivas de un derrotero y un fin, que ese plano así
descripto, por vías insondables ofrece, un aquerenciamiento y un fin, de forma
mejor que si tal plano no estuviese dibujado y presente.
_________________
Hubo durante mucho tiempo una troupe
que solía reunirse todos los miércoles a la noche, en un resto-bar de calle
Rioja, antigüo, no se habla aquí del sótano de "La Marina", que formó
grupo hace mucho tiempo con "La Mansión del Marinero", de frente a un
lado de la boca del túnel, sino un
comedor vitalísimo para dicha troupe, que es de aquellos adonde nunca iría a meterse vagamundo o marinero
extranacional, en razón de que el mismo posee la inaccesibilidad lúgubre de un
misticismo vernáculo que entienden únicamente los locales, y ciertamente
aprovechan demasiado pocos; estos pocos quienes son socios de un club
orgullosamente pacato en contradicción a los espejismos de los mejores
ambientes.
Este nutrido grupo de personas todos
los miércoles ocupaba hace mucho tiempo, una mesa enorme de aquél comedor de
candiles opacos, que todavía existe. Una mesa que nunca empequeñeció, pues
nunca bajó de los 14 integrantes e incluso han llegado a estar hasta 19, en
ocasiones.
Allí, agilizando un poco el trámite,
asistieron durante un plazo extenso en que esta reunión duró, la señora Delia
Muscio, el profesor Ruggero -de este era yo amigo-, un hombre llamado Mario
Ortiz, los Montserrat que fueron docentes ambos y vivieron de junto al
restaurant, Carmen Montserrat y Javier Montserrat, además de Vanessa Arias de
Palancar y de su hija, Ingrid Palancar; también iban dos mujeres aparentemente
familiares lejanas de las últimas, Mabel Ahumada y Teresa Céspedes, e iba
siempre la pareja formada por Rubén José y Adriana Sotér, además de otros
hombres de los cuales ignoro sus nombres. Todos constantes, y en un mismo grado
de amistad, intenso entre todos ellos.
Y fue Vanessa Arias, con apoyo en la
memoria de Ingrid su hija, quien se retrotrajo a un episodio fresco aun para la
memoria en ese tiempo, que involucró hechos, negativos pero corrientes, aunque
no por ello menos declaratorios de un vacío en aquél drama apuntado en la
introducción, y generador de un vacío a varios niveles. Fue en esto que
intervinieron los Enseñat, quienes intentaron estar a la altura del
problema, por el lado de una postura encomiable que pudiese frenar actitudes
jamás encomiables, aunque sin conseguirlo.
Y Vanessa lo contó con el pretendido
carácter de un tema mejor que corriente, sobre una familia gran amiga de la
suya propia. Vanessa contó que Maura Enseñat
y Marcos, su padre, además de trabajar en el
"Ciudad" los fines de semana, trabajaban en un taller propio, galpón
de los fondos de su casa, enorme, junto a Marcelo el hermano de aquélla.
Se dedicaban al diseño de interiores: bocetos, proyectos, y además
fabricaciones del rubro, como bastidores, asientos, con tapizados incluídos.
Estudio y taller.
De familia en rubros afines desde el
abuelo de Marcos, tenían ellos conocimientos importantes en lo atinente a
vanguardias en el diseño de interiores, a nivel internacional.
La dibujante y proyectista fue
Maura, y Marcos fue quien, con la ayuda de Marcelo su hijo, operaba en la
fabricación de piezas integrables al servicio ofrecido. Los proyectos de Maura,
llegaron a ser en determinado momento, incorporados como modelos bastante
requeridos, en casas de cierto potencial. Y debe apuntarse que otros
fabricantes locales, les pedían asesoramiento y otras cosas.
Maura supo concebir en el estudio,
la marca de la anticipación, y de líneas sorprendentes, y llegan en definitiva
los Enseñat a este callejón en que nos hallamos, por haber ella
compuesto una carpeta incluyente de planos de salas de recreación hogareñas,
salones de reunión, etc, e incluyente de una teoría -había puntualmente un
basamento teórico redactado en ese plexo-, a través de la cual ella expresó en
un eje temático, al hacer constar que desde que el alumbrado público invadió
las calles de occidente por vez primera, tendidos eléctricos a disposición pública
en las ciudades, aproximadamente aquél tiempo, se empezó a ver en el rubro diseño
de interiores, preferentemente afuera pero también aquí, un leimotiv inusual, o
sea un motivo conductor, manifestante de algo que ella, Maura, llamaba
"Modelos Intertemporales", o una suerte de vanguardia perenne, o sino
le llamaba "Estilos de
indeteriorable actualidad."
Dichos modelos, Maura expresó en el
documento, a partir de habérselos visto reiterar, durante 75 años
aproximadamente, señalaban una idea desafiante, robusta en lo conceptual, a la
cual ella decía haber reforzado, en unos planos de su elaboración. Ella decía
en su basamento teórico, y con el auxilio de planos, que los diseños presentes
en su carpeta, iban a conseguir perdurabilidad, al aplicarselos, vigencia y
adaptabilidad, por lo menos hasta el año 2072 o 2090. Todo un desafío en el
diseño.
Maura en sus planos, mostró el diseño
de salas de recreo hogareñas, o salas de estar, y en estos planos últimos en
particular, se observaban las siguientes combinaciones: Todas las paredes de
esas salas, eran revocadas -en el proyecto-, con estuco, como pintura final lógicamente,
al estilo del antigüo estuco clásico, admirable, preparación de mármol
pulverizado y cal. En los planos de forma terminante, se consignaba la exclusión
del estuco ordinario de yeso y cola. Las paredes en el diseño de Maura, lucían
a aquél estuco clásico, que es brillosísimo, y era un componente especial de
todo el leimotiv por ella compuesto. Se añadían faroles de dos voltajes luego,
muy altos y muy tenues, a indicación de los planos, amurados a dos paredes del
recinto, no recomendando la araña de iluminación central. En el plano de Maura,
estas salas de estar incluían un lar ficcionado, con estufa de gas
natural, concediendo que la maravilla del verdadero lar, de tiraje y leña,
corresponde a otros muchos usos en el diseño, que siempre estarían disponibles,
pero de ningún modo en este tipo de diseños suyos. En los planos, se añadían
biombos ligeros, de acrílico, con marco; ámbar y/o rojo ténue. El piso de estas
habitaciones era de mosaico pulído, no negociable. Había asientos, de caños
curvos sin patas, con un material de alguna flexibilidad pero resistente, como
asentaderas, sobre lo cual consignó Maura en la necesidad de importarlos,
atentos a la época de cuando ella hizo los planos. Los diseños incluían una
gran mesa pero enana, amplia pero enana, que podía alojar no solamente el té o
las copas de whisky, sino que hubiesen podido alojar hasta un cuadrangular de
ajedrez, u otras actividades demandantes de espacio. Estas mesas eran de mucho
grosor y todas estarían laqueadas. Finalmente se incluía en los planos, un
mueble enchapado en negro, incluyente de gabinetes para libros, no rebasantes
de un metro y ochenta de altura pero sí muy anchos, los cuales según sus
detalles técnicos lo explicaban, eran muy livianos.
Este fue el diseño de mayor apuesta
que ella ofrecía, y apuntó Maura en su basamento teórico que estos diseños
aplicados, ya hubiesen sido admisibles e
integrables a comienzos del siglo 20, cuando surgen los desafíos del diseño
interior a la par de otros avances, y
que pasando por el segmento temporal en que ella concibe estos planos, allá por
el año 79, serían admisibles e
integrables todavía en el año 2090 aproximadamente, con arreglo al concepto de
perdurabilidad, o "Estilos de indeteriorable actualidad", supuestos,
pero nunca en 300 años, lógicamente.
Se ha visto que salas como estas no
sobrecargadas, no hacen intrusión ni perturban, al paso de los años, como
realmente lo harían hoy aquellos pesados
armatostres integrados a una sola y misma habitación, oscura, inadmisible ahora
y menos admisibles aun para años por venir.
Pero la razón por la cual Vanessa
Arias se retrotrae en una noche con sus amigos, a este episodio, fue porque a
partir de estos proyectos de Maura se pudo haber dado lo que se dice un punto
de inflexión, en lo referente a ciertas cosas que ellos venían tratando como
charla en aquélla cena. Ocurrió que Marcos Enseñat, que como lo era su
hija era él también un optimista incorregible, y dicho sea de paso, un
ocasional cantante del barco Ciudad, solicitó durante mucho tiempo que se los
admitiese como expositores en una "feria regional", a los efectos de
presentar algunas fabricaciones suyas, pero en especial presentar las primicias
de su hija, en la cual ella públicamente pudiera hacer extensión de la materia
que ha sido descripta.
Años después de la reapertura
institucional, hizo él sus últimos esfuerzos, y en el estímulo de querer sacar
provecho de nuevos enclaves a disposición del público en la ciudad, que
mediante los naturales canales buscaron de utilizar, bajo auspicios de las
direcciones pertinentes.
Esto del auspicio institucional, les
resultaba necesario pero más que nada insoslayable para intentar competir a
nivel país o fuera de él, y Marcos creía que merecían competir a ese
nivel.
Con los años se observó, dicho sea
de paso, el feedback que las "Marcas Regionales de Magro
Pedigree" -y esta opinión viene un poco entresacada de la versión acerca
de aquélla cena-, lo que aquéllas "marcas" consiguen en las
"Expo-Internacionales", o sino lisa y llanamente en otros mercados,
hoy en día eso permite deducir la nula
retroalimentación a nivel "Marcas
Regionales de Magro Pedigree", en el marco de lo internacional, que padecían
los emprendedores pequeños en aquéllos frágiles años del primer barco Ciudad,
aquí referenciados. Y dicho sea de paso también, qué facilitador parece
resultar el notable incremento de los "Centros de Convención y Expo",
en número más que suficiente, en la ciudad de hoy, para la utilidad del
emprendedor pequeño y sus marcas.
Los Enseñat fracasaron, no
por haber sido ingenua su intención, todo lo contrario, sino quizás debido a lo
que ellos coligieron hace mucho, según la versión de Vanessa, acerca de lo
faltos de dominio que él o su hija estaban, en los códigos del marketing, y
tradúzcase aquí lo que se desee, por ejemplo tradúzcase faltos de incentivación,
no digo de incentivo, digo incentivación, y de este modo fue despejando, según
el profesor Ruggero mucho más adelante aludía, haciendo copia del relato de
Vanessa Arias, decía que de este modo fue despejando Vanessa la incógnita,
tratando de explicar los misterios de algunas incompetencias.
Un día, ya fríos de la preocupación
sobre lo antedicho, los Enseñat
tuvieron otro interés, después de sus infructuosas relaciones con el
mundo burocrático, en el cual al menos se los trató respetuosamente -decían-, y
ese interés fue trabar una dialéctica sobre las desinteligencias, en razón de
que -opinaban los Enseñat, en especial Marcos-, al mantenerse el
medio burocrático connivente con actores vitalicios en su poder impugnador,
desde lo codicioso, se inclina generalmente o siempre, la balanza, hacia el
lado insuficiente del pesaje, cuando los torpes en materia de hacerse de
influencias o sino faltos de dominio en los códigos del lobby, quieren trabar
relación con el buró, debido a las cosas influenciables para este último, y lo
influyente y atractivo para el buró, que generalmente son las influencias
pesadas.
Había ocurrido que los Enseñat
perdieron hasta la última chance de ingresar a una promoción industrial en aquél
tiempo. Aceptado esto ellos comprendieron de lo oportuno que sería dar algún
tipo de respuesta, a los efectos de modificar en algún momento este despropósito.
Vanessa Arias narró que en
determinado momento Marcos reacciona con inteligencia ante la noción de
arbitrariedad que hubieron de sufrir, y apoyado por una mujer que conocían y
formaba parte de la administración de un canal de cable local, muy visto por
entonces, 1989, obtuvo el pasaporte a un segmento muy extenso de un programa
semanal nocturno, para entrevistarlo en estudios un periodista, y el cual
segmento que Marcos aprovechó bien, sintiendo la necesidad apremiante de
dar un mensaje que pudiese precaver y abrir puentes de discusión, apologizándose,
pero más bien referenciando casos análogos, a fin de estimular en el conjunto
de la población un concepto de prioridad.
Y bien, Marcos, en los 20 días
de intervalo hasta su turno en la tv, preparó un marco teórico, que
fuera parido de la frustración personal, dicho en base a que él no tenía un
perfil de intelectual precisamente, no que careciera de intelectualidad pero
ese no era estrictamente su perfil, y asimismo logró solidez en lo expositivo,
como tantas veces ocurre cuando las ideas se gestan en la frustración.
Y Marcos expuso ante el
entrevistador, en la grabación del programa, que lo más difícil dentro de la
cuestión de los fenómenos inerciales, y todo lo absurdo que tal cuestión
trae aparejado, es hacer descripción del terreno en donde los fenómenos
inerciales ocurren, en su anormal caracterología.
Marcos se afina y continúa
hablando, para hacer una imágen que él utilizó, un teatro, que contiene un arco
de gradas y de palcos, y hay una platea baja, preferencial. Esta platea se
asienta apenas por debajo de la escena, y está a nivel del ingreso, y casi a
nivel de la propia acera de la calle del teatro. En ella se ubica lo más
selecto del público, haciendo Marcos referencia a que allí en la platea
se ubican lo que él llamó "pretensos dueños de la ciudad." Y
"pretensos de ocupar todos los lugares de prestigio", en lo que
pareciera un interinato masivo que tal vez estos magníficos plateístas creen o
suponen haber obtenido a perpetuidad.
Marcos apaga el deseo natural
de repregunta del entrevistador, que le permite explayarse, y continúa diciendo
que en los distintos niveles, ahora por arriba del plató, están los palcos que
trepan hasta las alturas de uso popular. Y agrega, que en los palcos y gradas más
altos se puede hallar, básicamente a la ciudad real.
Él fue despacio, sin desilusionar a
los televidentes o tensar de hostilidad la diatriba, ya que Marcos
ostentó en el programa un discurso ameno, que iba parejo con lo que en su vida
privada le era conocido, y háblase aquí de que él era incapaz de producir
desencanto en la confrontación verbal en donde fuere, tal su estilo. Podía
pasar y pasó, por los más duros términos, pero a combinación de no desinstalar
una apuesta trascendente. Y siguió diciendo él, que patente para las mayorías,
se deja sentir la frustración -y remarca que es un fenómeno mundial-, de lo que
definió como asedio de los "pretensos dueños de todo". Y argumentó
que la generalidad de la platea de los "magníficos", ubicados al ras
del hall de ingreso triunfal en el teatro, los "pretensos dueños de
todo", se asumen con derecho a inventar lo que se les ocurra para
intensificar el bienestar personal, y no existe mecanismo que pueda llamarlos a
moderación, debido a que ellos -dichos señores-, internalizan la idea de que en
verdad poseen una cierta credencial de inmunidad, que hace dificilísima la misión de producirles recriminación la
sociedad a ellos, o meramente realizar la petición de equilibrio o igualación,
en tanto los "pretensos dueños de la ciudad", nada conceden,
absolutamente nada, toda vez que aquella credencial incluye u otorga el derecho
de exclusión.
El programa de cable, se distendió a
raíz del mérito argumentativo y actoral de Marcos Enseñat, refirió
Vanessa Arias -y sobre esto yo traté de imaginar a Marcos cantando en el barco
Ciudad, en base a que todo cantante es un actor, pero no lo conseguí-, mérito
aumentado respecto de lo previamente delineado, que iba a girar en torno a la
situación de los emprendedores o pequeños empresarios en búsqueda de ingresar a
una promoción industrial, porque prefirió filosofar, y siguió diciendo que en
una sociedad absurda, como esta y otras o acaso todas, el propio absurdo cuesta
muchísimo trabajo retraer, en base a que los hombres y mujeres de la platea
baja, tienen permisión autootorgada de producir arbitrariedades a "troche
y moche", incluyentes arbitrariedades de la imposibilidad de recibir
censura, toda vez que no les rinden cuentas a nadie, en base a que en la lógica
del absurdo en la cual penetraron, ellos son "el país" por
antonomasia, y los demás los apantallamos.
Marcos se afirmó en este rol
aumentado, de ciudadano opinante de lo meramente llamado coyuntural, a filósofo,
y agregó que en los palcos y gradas que requieren el esfuerzo de subir peldaños,
y fatigarse para llegar hasta los asientos, está, en términos generales, la
ciudad más auténtica. Personas sin
"credencial", muchas veces con un prestigio también, si hasta
muchos de ellos están inscriptos en un mármol o su apellido familiar, si fueren
arquitectos, pero de todos modos forzados a no ocupar los salones
imprescindibles, si el que establece las normas produce admonición en su
arbitraje abusivo y hace señalamiento de posible o imposible. En lo restante de
aquellas gradas el peatón variado, interesado en vivir y en progresar.
De este modo hizo descripción del
teatro, Marcos Enseñat, añadiendo que para la platea del prestigio, todo
el grupo anterior o aquéllas ramificaciones del arbolado de palcos y gradas de
altura, esos recursos humanos, les resultan potencialmente apropiables y
explotables, e inclusive pasibles de amedrentamiento si necesario fuese y
llegaren a rozar la lozanía propia de ellos, sentados al ras del hall de
ingreso triunfal. Agregó Marcos que así ha funcionado desde que él tiene
uso de razón, el festival de vanidades de los "pretensos auténticos".
Marcos Enseñat resuelve el
litigio sociocultural, frente a un entrevistador gordo y atónito, al agregar
que la realidad tiene formas que son inmanifiestas, pero además insondables, y
tiene la laxitud del absurdo, o la deformidad de lo por él llamado fenómenos
inerciales, para cuyos sostenedores del abuso, o asedio, la verdad carece
completamente de valor.
____________________
A partir de aquél miércoles a la
noche, Marcos Enseñat y Maura, su hija, fueron citados bastante
frecuentemente en esa mesa, no solamente por Vanessa Arias e Ingrid Palancar,
sus amigas, sino también por el profesor Ruggero quien los había conocido bien.
Yo mismo había conocido a Maura Enseñat, una vez que me llegué al
Estudio-Taller para encargar la reparación de una mesa de televisor grande, con
ruedas, que finalmente precisó de tres entrevistas, que me llevaron a conocerla
bastante, y me hacen posible rubricar lo expresado por Vanessa, quien trasmitió
más de lo que describió.
Muchos años después, una noche de
hace pocos días, por calle Mendoza vi a Maura ingresar a la
"Plataforma Lavardén", que yo no he ido a conocer aún, y di dos pasos
atrás para llamarla, y todavía cerca se dió vuelta y la saludé, fue apenas un
momento, sorprendiéndome que estaba igual, y sin esfuerzo se acordó de mí. Me
dijo que ahora ocupaba ella con su propia familia esa casa del taller, el cual
había cerrado.
____________________
Estas
pequeñas historias hacen pensar, cual metáfora, en la destrucción de las
biblio-museos de Alejandría incendiadas por el odio. Y hacen pensar, se me dió
por relacionar con el deshonor que le renuevan de ordinario en Egipto a las Recámaras
de Ramsés 2º y Nefertári, ubicadas a uno y otro lado del
Nilo en cierto lugar, siendo ambos monumentos, acaso la cima de las
aspiraciones sidéreas de un tiempo cuando hubo soñadores, en ese país. Porque
en este relato se habla de la indiferencia, se intenta parangonar a los indiferentes
descriptos más arriba, expresion del agua fría que corre por las arterias de
los llamados morbo, con aquéllos transoceánicos que aborrecen y han aborrecido
históricamente las expresiones del Serapeyón o el Museo, bibliotecas de
Alejandría, y museos a la vez; los que aborrecen lo invaluable del multicolorido del interior del panteón de
Nefertári, a nivel rupestre, o el oro colosal del panteón de Ramsés.
Evidentemente
se ha vuelto fácil de descifrar, el patrón inenarrable, descifrable pero inenarrable,
que avergüenza tanto.
____________________________________________
ANEXO DE OPINIÓN
La última
sección del relato parece converger, con el hecho reciente de que han vuelto a
hacer la gran Madeleine, en Grecia y en otras partes. Hace unos años, cuando
aquella niña inglesita desapareció, España recién se había notificado de la
desaparición de la niña española numero seis, en poco tiempo. Parece que
ninguna de las seis era maravillosamente blanca como Madeleine. En la prensa
oral telivisiva etc, no pasaban del tedioso y ocasional reporte policial para
las seis niñas, sin repercusión especial
alguna.
Un
tiempo después de que diversas fuerzas sociales
de Inglaterra, se desplegaron para contribuir a la acción de búsqueda de
la niña perdida en Portugal, la prensa española concedía, aunando manojos de
dignidad, un poco a caballo de la reciente incriminación en cierto momento o la
sospecha sobre los propios padres de Madeleine, concedía que le habían dedicado
demasiadísimas horas a este caso, y ni la décima parte de ese tiempo a las seis
niñas propias españolas, y se llegó a hablar en algún que otro programa de tv,
que algo debió haber tenido que ver la blancura de Madeleine. Lo mismo se podría
hacer extensivo a otros países evidentemente, con nóminas de niños y niñas
desaparecidos, que a veces uno las ve reproducidas a las 4 de la madrugada, si
en un insomnio prende uno la tv un rato con un vaso de agua en la mano, y nada
más.
Y bien,
ahora esto del "Ángel Rubio"-así le han llamado-, morando cerca de
Larissa en un campamento gitano, y que fuera cedida a otros padres por los
suyos propios, como millares de veces ha ocurrido en todas partes con niños no
gitanos, como los propios padres de la niña y ella misma -hecha la comprobación
de las pruebas de ADN- que sí lo son, a causa de la desesperación de la falta
de recursos que produce la comprensible decisión de ceder a un niño por un fajo
de euros, que en el caso presente ocurría cuando los papás búlgaros de
la niña y ella misma, se encontraban en Grecia para trabajar en una cosecha de
pimienta, lo cual me hace relacionarlo con aquél filme italiano Arroz Amargo,
o hasta la americana Viñas de ira, vistos los cuales, nadie dudaría un
instante de lo comprensible que se vuelve la desición de ceder a un niñito por
un fajo de billetes, en ocasiones en las cuales la vida de los pobres vale ya
muy poco. Pero ocurre que ahora la pobre mamá biológica podría afrontar cargos
que la pudiesen recluir entre uno y seis años, más costas, si se comprueba que
vendió a su niña.
El caso
es que cargaron violentamente otra vez contra los gitanos todos, aprovechando
el innegable aspecto nórdico de la niña, incluso después de los resultados de
ADN ya públicos, otra vez contra esta etnia de unos 12 millones en la Europa
actual. Nuevamente un manto de sospecha sobre ellos, "gitanos
secuestradores de niños", ha sonado por allí en estos últimos días,
incluso sonó: ..."que la niña es rubia, que es preciosa." Otra vez la
basura esta, a la par de que resulta evidente a todas luces, ya expertos en
esta materia del racismo, que muchos vocingleros de los sectores acomodados
quisieran en verdad hurtarse a la niña María Atanas.
*Escritor
No hay comentarios:
Publicar un comentario