Es cierto que lo dramático predomina en nuestro País, producto de los padecimientos de su población por los reiterados procesos de empobrecimiento y saqueo de sus riquezas, premeditado por parte de los poderosos y sus cómplices del ámbito político, judicial y mediático. Pero también es real que, justamente desde esa política, tan desprestigiada a propósito para generar sensación de vacío y descontrol, de caos y desventuras, aparecen “comediantes” que provocan la hilaridad de quienes observan los “pasos de comedia” de algunos de esos personajes con pretensiones de estadistas de cabotaje.