El
lenguaje de la memoria es, aunque muchos periodistas complacientes lo
ignoren, todo lo contrario del discurso único. Incluso del relato. Se
denuncia el pensamiento “único” y la “intolerancia” del gobierno que más
favoreció a la memoria. Que rompió un velo de silencio, impunidad y
olvido (tendido por muchos medios) donde no había ni voz ni derecho ni
tampoco palabra. La memoria es, como ninguna otra manifestación de la
vida social y cultural argentina, pluralidad de voces. Tolerancia y
apertura. Pluralismo.
No se puede negar la realidad y menos
desconocerla. La decadencia de la educación fue una decisión política
desde la dictadura militar, que tuvo su estocada final en los ’90. La
simbólica educación pública argentina, igualitaria, integradora de
clases sociales, desapareció.