Después de ver esto, estamos pensando (justamente) en cambiar el nombre del blog.
sábado, 27 de febrero de 2010
EL FONDO DE LA CUESTIÓN
Por Luis Bruschtein
La sensación es que pocas veces se discute sobre el fondo de la cuestión. La mayor parte del debate está centrado en diferentes interpretaciones de las acciones de gobierno, y lo más paradójico es que el único que no ha desarrollado desde el principio un relato sobre estas acciones es el sujeto que las realiza, o sea el Gobierno. Se ha dicho mil veces como crítica que la quita sobre la deuda, el rechazo del ALCA, la renovación de la Corte, la reestatización de las jubilaciones o de Aerolíneas, del Correo o de Aguas, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual o la Asignación Universal por hijo, entre otras medidas, no formaban parte de un programa previo, ni fueron preparadas o discutidas en un proceso de información y discusión masiva anterior a su proclamación, que permitiera que la sociedad acompañara estas medidas. Como si el Gobierno pensara que la sorpresa, la medida fulminante, fuera más eficaz en algún sentido que los procesos más lentos de acompañamiento ciudadano.
El hueco que deja la ausencia de ese relato oficial sobre sus propias acciones lo ocupan los diferentes relatos de la oposición, que son básicamente interpretaciones libres de lo que “realmente” querría el Gobierno desde una configuración maligna, obviamente. Es decir, no se oponen a lo tangible sino a lo inmaterial, a lo que está oculto detrás de estas acciones. No hay discusión conceptual de esas medidas para rechazarlas, sino que son rechazadas porque se interpretan las intenciones que en realidad esconde el oficialismo detrás de ellas. Según esos discursos, las medidas son buenas, pero las intenciones no, entonces se rechazan las medidas o, en la mayor de las condescendencias, se aceptan con un discurso indignado sobre esas verdaderas intenciones.
Por ejemplo, la oposición a la Ley de Servicios Audiovisuales fue porque el Gobierno quería controlar los medios de comunicación. El tema de la concentración de la propiedad de los medios fue evitado cuidadosamente en la discusión y no hubo contrapropuestas sobre ese tema. “Es una mentira que este gobierno esté contra los monopolios, por lo tanto, el objetivo de esa ley es para controlar los medios porque está en una pelea con Clarín.” La nacionalización de Aerolíneas Argentinas. “Estamos de acuerdo con la nacionalización, pero este gobierno solamente lo hizo para realizar un gran negociado con la compra de aviones usados a precios exorbitantes.” En este caso, algún opositor, como Mauricio Macri o el nuevo paladín justicialista, Francisco de Narváez, llegó a reconocer que se oponía directamente a la medida, lo cual es un rasgo de honestidad intelectual.
La reestatización de las jubilaciones fue “para hacer caja”. “Estamos de acuerdo con esta medida, pero no con este gobierno, que se va a robar toda la plata de los jubilados.” Y la asignación por hijo es puro clientelismo pagado por el bolsillo de los trabajadores.
Existen dos líneas de explicaciones de este tipo. Una que, sobre la base de estas argumentaciones, intenta disputarle al Gobierno la categoría de centroizquierda y lo acusa de ser una especie de usurpador o de travesti del populismo conservador en ese espacio. Y la otra directamente evita cualquier discusión de fondo porque enhebra todas las medidas del Gobierno con el mismo hilo de la corrupción. Este es un Gobierno que solamente quiere robar y todo lo que hace tiene ese objetivo. Los dirigentes de esta falsa fiscalía hablan como si fueran guardianes permanentes contra la corrupción y, para ellos, cualquiera que tenga siquiera una mínima coincidencia con propuestas del oficialismo también está corrupto, ha sido comprado o es cómplice de algún latrocinio. Ellos no están para discutir, son pequeños savonarolas que están para juzgar y enviar a la hoguera. Un lugar comodísimo en la política, ya que está exento de defender o criticar ideas, propuestas y hasta proyectos de país. No se sabe nunca lo que proponen y con un tono de tribunos denuncistas y desprecio intentan ponerse por encima de un debate leal y claro sobre ideas.
Todo el mundo está de acuerdo en que los ladrones tienen que ir presos, sean del Gobierno, de la oposición o de Marte. El lugar de los ladrones es la cárcel. Pero tratar de explicar la acción global de un gobierno en todos los planos con la sola argumentación del robo, y sobre todo cuando se trata de medidas tan importantes como las que se han planteado, es tan infantil que hasta resulta sospechoso. Y no sospechoso de robo, sino de eludir un debate donde se coincide o se desacuerda con todos sus matices y responsabilidades. Nadie llega al gobierno sólo para robar. Eso no existe. Los antiperonistas acusaban a Perón con ese argumento porque en el fondo se oponían a todas las medidas progresivas que había tomado su gobierno. Y pareciera que eso sucede cada vez que se pone ese mismo telón por delante de todo lo demás,
Muchas de las medidas que ha tomado este gobierno eran reclamadas incluso por muchos de los que ahora están en la oposición. Sin embargo su discusión aportó poco a una sociedad que se enteró superficialmente de lo que se estaba discutiendo. Ha sido un debate pobre. Con excepción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que venía siendo discutida desde mucho antes y que ganó el Gobierno, y la resolución 125 de retenciones, que ganó la oposición porque planteó la discusión con más inteligencia, las otras medidas quedaron en un tiroteo entre policías y ladrones.
Como todas las medidas fueron planteadas por el Gobierno, no es tan inexplicable que la oposición haya llevado la discusión a ese rincón intrascendente. Pero también ha sido responsabilidad del gobierno el no haber desarrollado un discurso que contuviera estas medidas en una idea de comunidad, de país social, cultural y económico que hubiera permitido el enriquecimiento político de una ciudadanía que discute cada vez más en forma neurótica y gutural y cada vez menos reflexiva.
Enriquecimiento y acompañamiento, en el respaldo o en el rechazo, como forma de reapoderamiento de lo político. Las medidas discutidas han sido movimientos apasionantes que transforman la vida de las personas, que implican cambios en la sociedad y con proyecciones y consecuencias hacia al futuro, que en muchos casos son difíciles y necesarios de predecir, que tendrían que implicar saltos cualitativos en la cultura política de un país. Por lo general, sucede al revés: primero se lucha y se discute y desde el crecimiento de esa cultura política se impulsan las medidas. El desastre de los partidos políticos y la génesis de este gobierno hicieron que la crónica se trastrocara, lo cual hizo todo más bizarro: la discusión se dio entre formas políticas en plena crisis de mutaciones impredecibles y sin el acompañamiento de una sociedad marcada por el retroceso de las capas medias urbanas a sus momentos políticos más elementales. Azuzadas por lo mediático y alejadas de lo partidario, donde lo mediático es pasivo y lo partidario hubiera sido más interactivo y participativo, las capas medias urbanas se enriquecen materialmente mientras se empobrecen culturalmente.
Ha sido así en general, pero también hubo debates interesantes y al mismo tiempo la realidad se va encargando de reacomodar los jugadores. La persistencia del Gobierno en una misma línea de acción a lo largo de estos seis años permitió que las medidas, por sí solas, vayan dibujando en conjunto ese proyecto al cual aspira el kirchnerismo con sus cualidades y limitaciones. Es difícil percibir qué porción de la sociedad identifica al Gobierno por sus medidas y cuál por la imagen que proyecta la oposición, que son imágenes opuestas, pero también con puntos de contacto. Porque el impulso de esas medidas de fondo implicó lógicamente choques y confrontaciones y hasta manejos desprolijos o contradictorios y hubo intereses personales, económicos y hasta grupales afectados por cada una de ellas.
El debate es importante porque es la realidad –diría Lacan sobre el lenguaje–, delata el sustrato donde se apoya y a su vez lo regenera, produce alineamientos por ideas e intereses, que es lo que falta en la política argentina desde la famosa crisis de representación del fin de milenio. Podría decirse que de la limpieza con que se plantea depende la transparencia de las formas políticas que se generen. Y también lo opuesto: lo turbio y ramplón generan ídem.
Publicado en Página12
27 de Febrero de 2010
La sensación es que pocas veces se discute sobre el fondo de la cuestión. La mayor parte del debate está centrado en diferentes interpretaciones de las acciones de gobierno, y lo más paradójico es que el único que no ha desarrollado desde el principio un relato sobre estas acciones es el sujeto que las realiza, o sea el Gobierno. Se ha dicho mil veces como crítica que la quita sobre la deuda, el rechazo del ALCA, la renovación de la Corte, la reestatización de las jubilaciones o de Aerolíneas, del Correo o de Aguas, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual o la Asignación Universal por hijo, entre otras medidas, no formaban parte de un programa previo, ni fueron preparadas o discutidas en un proceso de información y discusión masiva anterior a su proclamación, que permitiera que la sociedad acompañara estas medidas. Como si el Gobierno pensara que la sorpresa, la medida fulminante, fuera más eficaz en algún sentido que los procesos más lentos de acompañamiento ciudadano.
El hueco que deja la ausencia de ese relato oficial sobre sus propias acciones lo ocupan los diferentes relatos de la oposición, que son básicamente interpretaciones libres de lo que “realmente” querría el Gobierno desde una configuración maligna, obviamente. Es decir, no se oponen a lo tangible sino a lo inmaterial, a lo que está oculto detrás de estas acciones. No hay discusión conceptual de esas medidas para rechazarlas, sino que son rechazadas porque se interpretan las intenciones que en realidad esconde el oficialismo detrás de ellas. Según esos discursos, las medidas son buenas, pero las intenciones no, entonces se rechazan las medidas o, en la mayor de las condescendencias, se aceptan con un discurso indignado sobre esas verdaderas intenciones.
Por ejemplo, la oposición a la Ley de Servicios Audiovisuales fue porque el Gobierno quería controlar los medios de comunicación. El tema de la concentración de la propiedad de los medios fue evitado cuidadosamente en la discusión y no hubo contrapropuestas sobre ese tema. “Es una mentira que este gobierno esté contra los monopolios, por lo tanto, el objetivo de esa ley es para controlar los medios porque está en una pelea con Clarín.” La nacionalización de Aerolíneas Argentinas. “Estamos de acuerdo con la nacionalización, pero este gobierno solamente lo hizo para realizar un gran negociado con la compra de aviones usados a precios exorbitantes.” En este caso, algún opositor, como Mauricio Macri o el nuevo paladín justicialista, Francisco de Narváez, llegó a reconocer que se oponía directamente a la medida, lo cual es un rasgo de honestidad intelectual.
La reestatización de las jubilaciones fue “para hacer caja”. “Estamos de acuerdo con esta medida, pero no con este gobierno, que se va a robar toda la plata de los jubilados.” Y la asignación por hijo es puro clientelismo pagado por el bolsillo de los trabajadores.
Existen dos líneas de explicaciones de este tipo. Una que, sobre la base de estas argumentaciones, intenta disputarle al Gobierno la categoría de centroizquierda y lo acusa de ser una especie de usurpador o de travesti del populismo conservador en ese espacio. Y la otra directamente evita cualquier discusión de fondo porque enhebra todas las medidas del Gobierno con el mismo hilo de la corrupción. Este es un Gobierno que solamente quiere robar y todo lo que hace tiene ese objetivo. Los dirigentes de esta falsa fiscalía hablan como si fueran guardianes permanentes contra la corrupción y, para ellos, cualquiera que tenga siquiera una mínima coincidencia con propuestas del oficialismo también está corrupto, ha sido comprado o es cómplice de algún latrocinio. Ellos no están para discutir, son pequeños savonarolas que están para juzgar y enviar a la hoguera. Un lugar comodísimo en la política, ya que está exento de defender o criticar ideas, propuestas y hasta proyectos de país. No se sabe nunca lo que proponen y con un tono de tribunos denuncistas y desprecio intentan ponerse por encima de un debate leal y claro sobre ideas.
Todo el mundo está de acuerdo en que los ladrones tienen que ir presos, sean del Gobierno, de la oposición o de Marte. El lugar de los ladrones es la cárcel. Pero tratar de explicar la acción global de un gobierno en todos los planos con la sola argumentación del robo, y sobre todo cuando se trata de medidas tan importantes como las que se han planteado, es tan infantil que hasta resulta sospechoso. Y no sospechoso de robo, sino de eludir un debate donde se coincide o se desacuerda con todos sus matices y responsabilidades. Nadie llega al gobierno sólo para robar. Eso no existe. Los antiperonistas acusaban a Perón con ese argumento porque en el fondo se oponían a todas las medidas progresivas que había tomado su gobierno. Y pareciera que eso sucede cada vez que se pone ese mismo telón por delante de todo lo demás,
Muchas de las medidas que ha tomado este gobierno eran reclamadas incluso por muchos de los que ahora están en la oposición. Sin embargo su discusión aportó poco a una sociedad que se enteró superficialmente de lo que se estaba discutiendo. Ha sido un debate pobre. Con excepción de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual que venía siendo discutida desde mucho antes y que ganó el Gobierno, y la resolución 125 de retenciones, que ganó la oposición porque planteó la discusión con más inteligencia, las otras medidas quedaron en un tiroteo entre policías y ladrones.
Como todas las medidas fueron planteadas por el Gobierno, no es tan inexplicable que la oposición haya llevado la discusión a ese rincón intrascendente. Pero también ha sido responsabilidad del gobierno el no haber desarrollado un discurso que contuviera estas medidas en una idea de comunidad, de país social, cultural y económico que hubiera permitido el enriquecimiento político de una ciudadanía que discute cada vez más en forma neurótica y gutural y cada vez menos reflexiva.
Enriquecimiento y acompañamiento, en el respaldo o en el rechazo, como forma de reapoderamiento de lo político. Las medidas discutidas han sido movimientos apasionantes que transforman la vida de las personas, que implican cambios en la sociedad y con proyecciones y consecuencias hacia al futuro, que en muchos casos son difíciles y necesarios de predecir, que tendrían que implicar saltos cualitativos en la cultura política de un país. Por lo general, sucede al revés: primero se lucha y se discute y desde el crecimiento de esa cultura política se impulsan las medidas. El desastre de los partidos políticos y la génesis de este gobierno hicieron que la crónica se trastrocara, lo cual hizo todo más bizarro: la discusión se dio entre formas políticas en plena crisis de mutaciones impredecibles y sin el acompañamiento de una sociedad marcada por el retroceso de las capas medias urbanas a sus momentos políticos más elementales. Azuzadas por lo mediático y alejadas de lo partidario, donde lo mediático es pasivo y lo partidario hubiera sido más interactivo y participativo, las capas medias urbanas se enriquecen materialmente mientras se empobrecen culturalmente.
Ha sido así en general, pero también hubo debates interesantes y al mismo tiempo la realidad se va encargando de reacomodar los jugadores. La persistencia del Gobierno en una misma línea de acción a lo largo de estos seis años permitió que las medidas, por sí solas, vayan dibujando en conjunto ese proyecto al cual aspira el kirchnerismo con sus cualidades y limitaciones. Es difícil percibir qué porción de la sociedad identifica al Gobierno por sus medidas y cuál por la imagen que proyecta la oposición, que son imágenes opuestas, pero también con puntos de contacto. Porque el impulso de esas medidas de fondo implicó lógicamente choques y confrontaciones y hasta manejos desprolijos o contradictorios y hubo intereses personales, económicos y hasta grupales afectados por cada una de ellas.
El debate es importante porque es la realidad –diría Lacan sobre el lenguaje–, delata el sustrato donde se apoya y a su vez lo regenera, produce alineamientos por ideas e intereses, que es lo que falta en la política argentina desde la famosa crisis de representación del fin de milenio. Podría decirse que de la limpieza con que se plantea depende la transparencia de las formas políticas que se generen. Y también lo opuesto: lo turbio y ramplón generan ídem.
Publicado en Página12
27 de Febrero de 2010
miércoles, 24 de febrero de 2010
¿COMUNICACIÓN O MEDIOS?
Washington Uranga se pregunta si basta discutir sobre los medios, sin mirar antes el ser humano como sujeto de la comunicación.
El desarrollo de las tecnologías de la comunicación y de los medios, vinculados con el mercado y el poder económico construido en torno de la industria infocomunicacional, ha traído como consecuencia una distorsión que, siendo obvia, no siempre resulta fácil de distinguir para el observador no especializado y, en muchos casos, tampoco para los especialistas (verdaderos o supuestos) de los temas comunicacionales. La comunicación, y de eso se trata el foco de la cuestión, es ante todo y fundamentalmente una realidad humana, de interrelación entre sujetos. Por lo tanto el centro de la comunicación es la persona, el sujeto humano, y no los medios.
En eso consiste la distorsión. El debate comunicacional se ha desplazado hacia la economía, el negocio, la tecnología, y, en un segundo plano se discute sobre los formatos y las estéticas, perdiendo de vista que todo ello no tiene sentido si no se parte de la premisa fundamental que pone al hombre en el centro de la historia y, por lo tanto, sujeto de la comunicación. En otras palabras podríamos decir que el hombre es un sujeto relacional y por lo tanto esencialmente comunicacional. ¿Obvio? Sí. ¿Mirada ingenua en medio de la realidad hipermercantilizada y consumista? Es muy probable. Pero ello no le quita validez a la afirmación y sí vacía de sentido muchos debates que se hacen al margen de esta certeza que para muchos se ha perdido en la pre historia de la comunicación.
No hay discusión posible sobre los derechos, o sobre ciudadanía comunicacional, o sobre tecnologías de comunicación o sobre el espacio público, si no se rescata el hecho central y fundamental: el sujeto que se comunica, que se relaciona en el ámbito de la vida cotidiana y que no puede prescindir de la comunicación en su constitución social y cultural. La comunicación sólo puede ser entendida en su profundidad –y también en sus desarrollos tecnológicos presentes y en sus luchas políticas– asumiendo que se trata una realidad humana que permite al sujeto relacionarse consigo mismo y con los otros, en un proceso que lo habilita a comprenderse en comunidad y en el espacio social.
Es necesario centrar la discusión en el ser humano y no en los medios o en la tecnología, ni en los formatos ni en las estéticas. Sin olvidar a ninguno de estos campos y aspectos, pero subordinándolos a lo esencial y fundamental. Así la discusión sobre el derecho a la comunicación podrá volver sobre sus pasos para convertirse genuinamente en un debate sobre el hombre, sus capacidades de relacionamiento, la vida cotidiana y no apenas sobre concentración, multimedios, megaempresas e intereses comerciales y económicos.
El ser humano comunicado es constructor de cultura, es decir, del tejido de relaciones que genera modos de entender y entenderse, de expresarse, de manifestar un sentir y un modo de vivir. Esta mirada invita también a revisar la discusión sobre la comunicación popular o comunitaria. No se trata, como algunos pretenden, de un debate sobre lo “alternativo” porque esto siempre refiere a la centralidad de otros (los medios comerciales). No puede ser alternativa aquella comunicación que sitúa al sujeto en el centro, que rescata su vida cotidiana y su cultura.
Volviendo al comienzo de estas líneas. ¿Comunicación o medios? Sólo eligiendo el camino de la comunicación, es decir, comprendiendo que para pensar en los medios antes hay que centrar la mirada en el hombre como sujeto relacional se puede reubicar el debate sobre los medios y su función en la sociedad. De lo contrario estaremos discutiendo sobre economía, sobre intereses y sobre poder. Algo que no está mal; pero una vez más será relegar la discusión de fondo.
Por Washington Uranga
Publicado en Pagina12
El desarrollo de las tecnologías de la comunicación y de los medios, vinculados con el mercado y el poder económico construido en torno de la industria infocomunicacional, ha traído como consecuencia una distorsión que, siendo obvia, no siempre resulta fácil de distinguir para el observador no especializado y, en muchos casos, tampoco para los especialistas (verdaderos o supuestos) de los temas comunicacionales. La comunicación, y de eso se trata el foco de la cuestión, es ante todo y fundamentalmente una realidad humana, de interrelación entre sujetos. Por lo tanto el centro de la comunicación es la persona, el sujeto humano, y no los medios.
En eso consiste la distorsión. El debate comunicacional se ha desplazado hacia la economía, el negocio, la tecnología, y, en un segundo plano se discute sobre los formatos y las estéticas, perdiendo de vista que todo ello no tiene sentido si no se parte de la premisa fundamental que pone al hombre en el centro de la historia y, por lo tanto, sujeto de la comunicación. En otras palabras podríamos decir que el hombre es un sujeto relacional y por lo tanto esencialmente comunicacional. ¿Obvio? Sí. ¿Mirada ingenua en medio de la realidad hipermercantilizada y consumista? Es muy probable. Pero ello no le quita validez a la afirmación y sí vacía de sentido muchos debates que se hacen al margen de esta certeza que para muchos se ha perdido en la pre historia de la comunicación.
No hay discusión posible sobre los derechos, o sobre ciudadanía comunicacional, o sobre tecnologías de comunicación o sobre el espacio público, si no se rescata el hecho central y fundamental: el sujeto que se comunica, que se relaciona en el ámbito de la vida cotidiana y que no puede prescindir de la comunicación en su constitución social y cultural. La comunicación sólo puede ser entendida en su profundidad –y también en sus desarrollos tecnológicos presentes y en sus luchas políticas– asumiendo que se trata una realidad humana que permite al sujeto relacionarse consigo mismo y con los otros, en un proceso que lo habilita a comprenderse en comunidad y en el espacio social.
Es necesario centrar la discusión en el ser humano y no en los medios o en la tecnología, ni en los formatos ni en las estéticas. Sin olvidar a ninguno de estos campos y aspectos, pero subordinándolos a lo esencial y fundamental. Así la discusión sobre el derecho a la comunicación podrá volver sobre sus pasos para convertirse genuinamente en un debate sobre el hombre, sus capacidades de relacionamiento, la vida cotidiana y no apenas sobre concentración, multimedios, megaempresas e intereses comerciales y económicos.
El ser humano comunicado es constructor de cultura, es decir, del tejido de relaciones que genera modos de entender y entenderse, de expresarse, de manifestar un sentir y un modo de vivir. Esta mirada invita también a revisar la discusión sobre la comunicación popular o comunitaria. No se trata, como algunos pretenden, de un debate sobre lo “alternativo” porque esto siempre refiere a la centralidad de otros (los medios comerciales). No puede ser alternativa aquella comunicación que sitúa al sujeto en el centro, que rescata su vida cotidiana y su cultura.
Volviendo al comienzo de estas líneas. ¿Comunicación o medios? Sólo eligiendo el camino de la comunicación, es decir, comprendiendo que para pensar en los medios antes hay que centrar la mirada en el hombre como sujeto relacional se puede reubicar el debate sobre los medios y su función en la sociedad. De lo contrario estaremos discutiendo sobre economía, sobre intereses y sobre poder. Algo que no está mal; pero una vez más será relegar la discusión de fondo.
Por Washington Uranga
Publicado en Pagina12
EL ODIO
Por Eduardo Aliverti
Sí, el tema de estas líneas es el odio. Planteado así, de manera tan seca y contundente, quizás y ante todo deba reconocerse que es más propio de cientistas sociales que de un simple periodista u opinólogo. Pero, precisamente porque uno es esto último, registra que su razonamiento respecto del clima político y social de la Argentina desemboca en algo que ya excede a la mera observación periodística.
Hay –es probable– una única cosa con la que muy difícilmente no nos pongamos todos de acuerdo, si se parte de una básica honestidad intelectual. Con cuantos méritos y deficiencias quieran reconocérsele e imputarle, desde 2003 el kirchnerismo reintrodujo el valor de la política, como ámbito en el que decidir la economía y como herramienta para poner en discusión los dogmas impuestos por el neoliberalismo. Ambos dispositivos habían desaparecido casi desde el mismo comienzo del menemismo, continuaron evaporados durante la gestión de la Alianza y, obviamente, el interregno del Padrino no estaba en actitud ni aptitud para alterarlos.
Fueron trece años o más (si se toman los últimos del gobierno de Alfonsín, cuando quedó al arbitrio de las “fuerzas del mercado”) de un vaciamiento político portentoso. El país fue rematado bajo las leyes del Consenso de Washington y la rata, con una audacia que es menester admitirle, se limitó a aplicar el ordenamiento que, por cierto, estaba en línea con la corriente mundial. También de la mano con algunos aires de cambio en ese estándar, y así se concediera que no quedaba otra chance tras la devastación, la etapa arrancada hace siete años volvió a familiarizarnos con algunos de los significados que se creían prehistóricos: intervención del Estado en la economía a efectos de ciertas reparaciones sociales; apuesta al mercado interno como motor o batería de los negocios; reactivación industrial; firmeza en las relaciones con varios de los núcleos duros del establishment.
Y a esa suma hay que agregar algo a lo cual, como adelanto de alguna hipótesis, parecería que debe dársele una relevancia enorme. Son las acciones y gestos en el escenario definido como estrictamente político, desde un lugar de recategorización simbólica: impulso de los juicios a los genocidas; transformación de la Corte Suprema; enfriamiento subrayado con la cúpula de la Iglesia Católica; Madres y Abuelas resaltadas como orgullo nacional y entrando a la Casa Rosada antes que los CEO de las multinacionales; militancia de los ’70 en posiciones de poder. En definitiva, y –para ampliar– aun cuando se otorgara que este bagaje provino de circunstancias de época, sobreactuaciones, conciencia culposa o cuanto quisiera argüirse para restarles cualidades a sus ejecutores, nadie, con sinceridad, puede refutar que se trató de un “reingreso” de la política. Las grandes patronales de la economía ya no eran lo único habilitado para decir y mandar. Hasta acá llegamos. Adelante de esta coincidencia que a derecha e izquierda podría presumirse generalizada, no hay ninguna otra. Se pudre todo. Pero se pudre de dos formas diferentes. Una que podría considerarse “natural”. Y otra que es el motivo de nuestros desvelos. O bien, de una ratificación que no quisiéramos encontrar.
La primera nace en el entendimiento de la política como un espacio de disputa de intereses y necesidades de clase y sector. Por lo tanto, es un terreno de conflicto permanente, que ondula entre la crispación y la tranquilidad relativa según sean el volumen y la calidad de los actores que forcejean. Este Gobierno, está claro, afectó algunos intereses muy importantes. Seguramente menos que los aspirables desde una perspectiva de izquierda clásica, pero eso no invalida lo anterior. Tres de esos enfrentamientos en particular, debido al tamaño de los bandos conmovidos, representan un quiebre fatal en el modo con que la clase dominante visualiza al oficialismo. Las retenciones agropecuarias, la reestatización del sistema jubilatorio y la ley de medios audiovisuales. Ese combo aunó la furia. Una mano en el bolsillo del “campo”; otra en uno de los negociados públicos más espeluznantes que sobrevivían de los ’90, y otra en el del grupo comunicacional más grande del país, con el bonus track de haberle quitado la televisación del fútbol. De vuelta: no vienen al caso las motivaciones que el kirchnerismo tenga o haya tenido y no por no ser apasionante y hasta necesario discutirlas, sino porque no son aquí el objeto de estudio.
Es irrebatible que ese trío de medidas –y algunas acompañantes– desató sobre el Gobierno el ataque más fanático de que se tenga memoria. Hay que retroceder hasta el segundo mandato de Perón, o al de Illia, para encontrar –tal vez– algo semejante. Potenciados por el papel aplastante que adquirieron, los medios de comunicación son un vehículo primordial de esa ira. El firmante confiesa que sólo la obligación profesional lo mueve a continuar prestando atención puntillosa a la mayoría de los diarios, programas radiofónicos, noticieros televisivos. No es ya una cuestión de intolerancia ideológica sino de repugnancia, literalmente, por la impudicia con que se tergiversa la información, con que se inventa, con que se apela a cualquier recurso, con que se bastardea a la actividad periodística hasta el punto de sentir vergüenza ajena. Todo abonado, claro está, por el hecho de que uno pertenece a este ambiente hace ya muchos años, y entonces conoce los bueyes y no puede creer, no quiere creer, que caigan tan bajo colegas que hasta ayer nomás abrevaban en el ideario de la rigurosidad profesional. Ni siquiera hablamos de que eran progresistas. La semana pasada se pudo leer que los K son susceptibles de ser comparados con Galtieri. Se pudo escuchar que hay olor a 2001. Hay un límite, carajo, para seguir afirmando lo que el interés del medio requiere. Gente de renombre, además, que no se va a quedar sin trabajo. Gente –no toda, desde ya– de la que uno sabe que no piensa políticamente lo que está diciendo, a menos que haya mentido toda su vida.
Sin embargo, más allá de estas disquisiciones, todavía estamos en el campo de batalla “natural” de la lucha política; es decir, aquel en el que la profundidad o percepción de unas medidas gubernamentales, y del tono oficialista en general, dividieron las aguas con virulencia. Son colisiones con saña entre factores de poder, los grandes medios forman parte implícita de la oposición (como alternativamente ocurre en casi todo el mundo) y no habría de qué asombrarse ni temer. Pero las cosas se complican cuando nos salimos de la esfera de esos tanques chocadores, y pasamos a lo que el convencionalismo denomina “la gente” común. Y específicamente la clase media, no sólo de Buenos Aires, cuyas vastas porciones –junto con muchas populares del conurbano bonaerense– fueron las que el 28-J produjo la derrota electoral del kirchnerismo. ¿Hay sincronía entre la situación económica de los sectores medios y su bronca ya pareciera que crónica? Por fuera de la escalada inflacionaria de las últimas semanas, tanto en el repaso del total de la gestión como de la coyuntura, los números dan a favor. En cotejo con lo que ocurría en 2003, cuando calculado en ingresos de bolsillo pasó a ser pobre el 50 por ciento del país, o con las marquesinas de esta temporada veraniega, en la que se batieron todos los records de movimiento turístico y consumo, suena inconcebible que el grueso de la clase media pueda decir que está peor o que le va decididamente mal. Pero eso sería lo que en buena medida expresaron las urnas, y lo que en forma monotemática señalan los medios.
Veamos las graduaciones con que se manifiesta ese disconformismo. Porque podría conferirse la licencia de que, justamente por ir mejor las cosas en lo económico, la “gente” se permite atender otros aspectos en los que el oficialismo queda muy mal parado, o apto para las acusaciones. Ya se sabe: autoritarismo, sospechas de corrupción, desprecio por el consenso, ausencia de vocación federalista, capitalismo de amigotes y tanto más por el estilo. Nada distinto, sin ir más lejos, a lo que recién sobre su final se le endilgó a Menem y su harén de mafiosos. ¿Qué habrá sucedido para que, de aquel tiempo a hoy, y a escalas tan similares de bonanza económica real o presunta, éstos sean el Gobierno montonero, la puta guerrillera, la grasa que se enchastra de maquillaje, los blogs rebosantes de felicidad por la carótida de Kirchner, los ladrones de Santa Cruz, la degenerada que usa carteras de 5 mil dólares, la instalación mediática de que no llegan al 2011, el olor al 2001, el uso del avión presidencial para viajes particulares? ¿Cómo es que la avispa de uno sirvió para que se cagaran todos de la risa y las cirugías de la otra son el símbolo de a qué se dedica esta yegua mientras el campo se nos muere? ¿Cómo es que cuando perpetraron el desfalco de la jubilación privada nos habíamos alineado con la modernidad, y cuando se volvió al Estado es para que estos chorros sigan comprándose El Calafate? Pero sobre todo, ¿cómo es que todo eso lo dice tanta gente a la que en plata le va mejor?
Uno sospecharía principalmente de los medios. De sus maniobras. De que es un escenario que montan. Pues no. Por mucho que haya de eso, de lo que en verdad sospecha es de que el odio generado en las clases altas, por la afectación de algunos de sus símbolos intocables, ha reinstalado entre la media el temor de que todo se vaya al diablo y pueda perder algunas de las parcelas pequebú que se le terminaron yendo irremediablemente ahí, al diablo, cada vez que gobernaron los tipos a los que les hace el coro.
Debería ser increíble, pero más de 50 años después parece que volvió el “Viva el Cáncer” con que los antepasados de estos miserables festejaron la muerte de Eva.
Editorial de "Marca de Radio" y publicado en Pagina12
Sí, el tema de estas líneas es el odio. Planteado así, de manera tan seca y contundente, quizás y ante todo deba reconocerse que es más propio de cientistas sociales que de un simple periodista u opinólogo. Pero, precisamente porque uno es esto último, registra que su razonamiento respecto del clima político y social de la Argentina desemboca en algo que ya excede a la mera observación periodística.
Hay –es probable– una única cosa con la que muy difícilmente no nos pongamos todos de acuerdo, si se parte de una básica honestidad intelectual. Con cuantos méritos y deficiencias quieran reconocérsele e imputarle, desde 2003 el kirchnerismo reintrodujo el valor de la política, como ámbito en el que decidir la economía y como herramienta para poner en discusión los dogmas impuestos por el neoliberalismo. Ambos dispositivos habían desaparecido casi desde el mismo comienzo del menemismo, continuaron evaporados durante la gestión de la Alianza y, obviamente, el interregno del Padrino no estaba en actitud ni aptitud para alterarlos.
Fueron trece años o más (si se toman los últimos del gobierno de Alfonsín, cuando quedó al arbitrio de las “fuerzas del mercado”) de un vaciamiento político portentoso. El país fue rematado bajo las leyes del Consenso de Washington y la rata, con una audacia que es menester admitirle, se limitó a aplicar el ordenamiento que, por cierto, estaba en línea con la corriente mundial. También de la mano con algunos aires de cambio en ese estándar, y así se concediera que no quedaba otra chance tras la devastación, la etapa arrancada hace siete años volvió a familiarizarnos con algunos de los significados que se creían prehistóricos: intervención del Estado en la economía a efectos de ciertas reparaciones sociales; apuesta al mercado interno como motor o batería de los negocios; reactivación industrial; firmeza en las relaciones con varios de los núcleos duros del establishment.
Y a esa suma hay que agregar algo a lo cual, como adelanto de alguna hipótesis, parecería que debe dársele una relevancia enorme. Son las acciones y gestos en el escenario definido como estrictamente político, desde un lugar de recategorización simbólica: impulso de los juicios a los genocidas; transformación de la Corte Suprema; enfriamiento subrayado con la cúpula de la Iglesia Católica; Madres y Abuelas resaltadas como orgullo nacional y entrando a la Casa Rosada antes que los CEO de las multinacionales; militancia de los ’70 en posiciones de poder. En definitiva, y –para ampliar– aun cuando se otorgara que este bagaje provino de circunstancias de época, sobreactuaciones, conciencia culposa o cuanto quisiera argüirse para restarles cualidades a sus ejecutores, nadie, con sinceridad, puede refutar que se trató de un “reingreso” de la política. Las grandes patronales de la economía ya no eran lo único habilitado para decir y mandar. Hasta acá llegamos. Adelante de esta coincidencia que a derecha e izquierda podría presumirse generalizada, no hay ninguna otra. Se pudre todo. Pero se pudre de dos formas diferentes. Una que podría considerarse “natural”. Y otra que es el motivo de nuestros desvelos. O bien, de una ratificación que no quisiéramos encontrar.
La primera nace en el entendimiento de la política como un espacio de disputa de intereses y necesidades de clase y sector. Por lo tanto, es un terreno de conflicto permanente, que ondula entre la crispación y la tranquilidad relativa según sean el volumen y la calidad de los actores que forcejean. Este Gobierno, está claro, afectó algunos intereses muy importantes. Seguramente menos que los aspirables desde una perspectiva de izquierda clásica, pero eso no invalida lo anterior. Tres de esos enfrentamientos en particular, debido al tamaño de los bandos conmovidos, representan un quiebre fatal en el modo con que la clase dominante visualiza al oficialismo. Las retenciones agropecuarias, la reestatización del sistema jubilatorio y la ley de medios audiovisuales. Ese combo aunó la furia. Una mano en el bolsillo del “campo”; otra en uno de los negociados públicos más espeluznantes que sobrevivían de los ’90, y otra en el del grupo comunicacional más grande del país, con el bonus track de haberle quitado la televisación del fútbol. De vuelta: no vienen al caso las motivaciones que el kirchnerismo tenga o haya tenido y no por no ser apasionante y hasta necesario discutirlas, sino porque no son aquí el objeto de estudio.
Es irrebatible que ese trío de medidas –y algunas acompañantes– desató sobre el Gobierno el ataque más fanático de que se tenga memoria. Hay que retroceder hasta el segundo mandato de Perón, o al de Illia, para encontrar –tal vez– algo semejante. Potenciados por el papel aplastante que adquirieron, los medios de comunicación son un vehículo primordial de esa ira. El firmante confiesa que sólo la obligación profesional lo mueve a continuar prestando atención puntillosa a la mayoría de los diarios, programas radiofónicos, noticieros televisivos. No es ya una cuestión de intolerancia ideológica sino de repugnancia, literalmente, por la impudicia con que se tergiversa la información, con que se inventa, con que se apela a cualquier recurso, con que se bastardea a la actividad periodística hasta el punto de sentir vergüenza ajena. Todo abonado, claro está, por el hecho de que uno pertenece a este ambiente hace ya muchos años, y entonces conoce los bueyes y no puede creer, no quiere creer, que caigan tan bajo colegas que hasta ayer nomás abrevaban en el ideario de la rigurosidad profesional. Ni siquiera hablamos de que eran progresistas. La semana pasada se pudo leer que los K son susceptibles de ser comparados con Galtieri. Se pudo escuchar que hay olor a 2001. Hay un límite, carajo, para seguir afirmando lo que el interés del medio requiere. Gente de renombre, además, que no se va a quedar sin trabajo. Gente –no toda, desde ya– de la que uno sabe que no piensa políticamente lo que está diciendo, a menos que haya mentido toda su vida.
Sin embargo, más allá de estas disquisiciones, todavía estamos en el campo de batalla “natural” de la lucha política; es decir, aquel en el que la profundidad o percepción de unas medidas gubernamentales, y del tono oficialista en general, dividieron las aguas con virulencia. Son colisiones con saña entre factores de poder, los grandes medios forman parte implícita de la oposición (como alternativamente ocurre en casi todo el mundo) y no habría de qué asombrarse ni temer. Pero las cosas se complican cuando nos salimos de la esfera de esos tanques chocadores, y pasamos a lo que el convencionalismo denomina “la gente” común. Y específicamente la clase media, no sólo de Buenos Aires, cuyas vastas porciones –junto con muchas populares del conurbano bonaerense– fueron las que el 28-J produjo la derrota electoral del kirchnerismo. ¿Hay sincronía entre la situación económica de los sectores medios y su bronca ya pareciera que crónica? Por fuera de la escalada inflacionaria de las últimas semanas, tanto en el repaso del total de la gestión como de la coyuntura, los números dan a favor. En cotejo con lo que ocurría en 2003, cuando calculado en ingresos de bolsillo pasó a ser pobre el 50 por ciento del país, o con las marquesinas de esta temporada veraniega, en la que se batieron todos los records de movimiento turístico y consumo, suena inconcebible que el grueso de la clase media pueda decir que está peor o que le va decididamente mal. Pero eso sería lo que en buena medida expresaron las urnas, y lo que en forma monotemática señalan los medios.
Veamos las graduaciones con que se manifiesta ese disconformismo. Porque podría conferirse la licencia de que, justamente por ir mejor las cosas en lo económico, la “gente” se permite atender otros aspectos en los que el oficialismo queda muy mal parado, o apto para las acusaciones. Ya se sabe: autoritarismo, sospechas de corrupción, desprecio por el consenso, ausencia de vocación federalista, capitalismo de amigotes y tanto más por el estilo. Nada distinto, sin ir más lejos, a lo que recién sobre su final se le endilgó a Menem y su harén de mafiosos. ¿Qué habrá sucedido para que, de aquel tiempo a hoy, y a escalas tan similares de bonanza económica real o presunta, éstos sean el Gobierno montonero, la puta guerrillera, la grasa que se enchastra de maquillaje, los blogs rebosantes de felicidad por la carótida de Kirchner, los ladrones de Santa Cruz, la degenerada que usa carteras de 5 mil dólares, la instalación mediática de que no llegan al 2011, el olor al 2001, el uso del avión presidencial para viajes particulares? ¿Cómo es que la avispa de uno sirvió para que se cagaran todos de la risa y las cirugías de la otra son el símbolo de a qué se dedica esta yegua mientras el campo se nos muere? ¿Cómo es que cuando perpetraron el desfalco de la jubilación privada nos habíamos alineado con la modernidad, y cuando se volvió al Estado es para que estos chorros sigan comprándose El Calafate? Pero sobre todo, ¿cómo es que todo eso lo dice tanta gente a la que en plata le va mejor?
Uno sospecharía principalmente de los medios. De sus maniobras. De que es un escenario que montan. Pues no. Por mucho que haya de eso, de lo que en verdad sospecha es de que el odio generado en las clases altas, por la afectación de algunos de sus símbolos intocables, ha reinstalado entre la media el temor de que todo se vaya al diablo y pueda perder algunas de las parcelas pequebú que se le terminaron yendo irremediablemente ahí, al diablo, cada vez que gobernaron los tipos a los que les hace el coro.
Debería ser increíble, pero más de 50 años después parece que volvió el “Viva el Cáncer” con que los antepasados de estos miserables festejaron la muerte de Eva.
Editorial de "Marca de Radio" y publicado en Pagina12
domingo, 21 de febrero de 2010
Cómo hacer que la carne siga subiendo
El avance de la soja juega su rol en la oferta y el precio de la carne. Un estudio del Senasa muestra la expulsión de la ganadería de la pampa húmeda. La batalla por las retenciones móviles también la perdieron los consumidores de carne.
Por Raúl Dellatorre
La discusión en torno del precio de la carne y las causas de la suba está llevando a acusaciones cruzadas entre ganaderos, frigoríficos y minoristas respecto del nivel de responsabilidad de cada uno en el golpe al bolsillo de los consumidores. Pero un aspecto que vuelve a quedar oculto en la discusión es el impacto que puede haber tenido, pero por sobre todo tendrá, en el volumen de oferta y en los costos de producción de carne, la expansión de la superficie sembrada con soja. En los últimos dos años, ese proceso vino acompañado del consecuente desplazamiento del ganado bovino hacia zonas marginales, el bloqueo a la acción del Estado para limitar las rentas extraordinarias de aquella oleaginosa y la responsabilidad que tuvo en esa acción parte de la sociedad que apoyó la lucha de resistencias contra las retenciones móviles a la exportación. La misma sociedad que, ahora, se enfrenta a una inusitada elevación del precio de uno de sus alimentos básicos.
Un reciente relevamiento realizado por Senasa da cuenta de la caída del stock bovino en tan sólo un año, entre 2008 y 2009, de 3,1 millones de cabezas. Proceso que, se supone, debe haber continuado durante el año siguiente (2009/2010). En una nota publicada por Página/12 (Fernando Krakowiak, jueves 11 de febrero pasado), se señaló la responsabilidad del incremento de la faena, en un contexto de menores pariciones y alta mortandad provocado por la sequía, en aquella caída. Pero otro aspecto de la misma investigación está referida al desplazamiento del stock a propósito de la sequía, pero también por efecto de la ocupación de las tierras más fértiles por parte de la soja.
Los distintos fenómenos están relacionados, y no se los puede analizar en una sola dirección. El fuerte crecimiento de rentabilidad que tuvo la soja hizo que la ganadería quedara desplazada a un segundo plano. No podría haber existido política de “libre mercado”, así fuera diseñada por el propio Mario Llambías, que hubiera podido hacer competitivo el negocio de criar y engordar bovinos a un nivel comparable a contratar la siembra y cosecha de soja para exportación. Desde otro enfoque, privilegiando la planificación de mediano y largo plazo del Estado, la alternativa era aplicar estímulos específicos a la producción de hacienda –los hubo, pero sin la eficiencia ni los resultados esperados– y una intervención en los precios relativos, por vía de retenciones, para compensar las ganancias entre uno y otro sector de agronegocios. Los hubo, hasta que un bloque de oposición de derecha y centroizquierda, en el que debutó como opositor el vicepresidente de la Nación, lo frenó.
¿Y qué pasó? El espectacular avance del territorio ganado por la soja siguió su rumbo. Para analizar cuáles son las producciones que van quedando desplazadas por ese avance de la soja, es útil seguir la descripción que realizó el Senasa en base al relevamiento de la Red de Información Agropecuaria Nacional (RIAN), que habitualmente publica el INTA.
La sequía y el avance de la soja entre 2008 y 2009 provocaron desplazamiento de hacienda, pero también liquidación de stock. Este último fenómeno es observable por las cifras de faena, que siguen batiendo records. El primero, el desplazamiento, se comprueba con las cifras de disminución del stock ganadero por área geográfica y, a la vez y dentro del mismo período, aumento del stock en otras áreas.
Entre marzo de 2008 y marzo de 2009, tan sólo en doce meses, hubo nueve departamentos del país que perdieron no menos de 80 mil cabezas y hasta 135 mil, pero a la vez hubo otros 30 en los que la pérdida osciló entre 35 mil y 80 mil animales. En la pampa húmeda, hay otros 60 departamentos que vieron declinar, en el mismo período, su stock ganadero en no menos de 10 mil cabezas, con un límite de 35 mil. Si se analiza la ubicación geográfica de los departamentos en los que se produjeron las mayores pérdidas de existencias, podría trazarse un cuadro así:
- El stock ganadero se redujo en más de 80 mil y hasta 135 mil cabezas, en los 12 meses señalados, en 3 departamentos de la provincia de Buenos Aires, 2 de Córdoba, 3 de Santa Fe y 1 en La Pampa. Pérdida total estimada, alrededor de 900 mil cabezas.
- Los departamentos que perdieron más de 35 mil cabezas y hasta un máximo de 80 mil se ubican 14 en territorio bonaerense, 4 en La Pampa, 4 en Córdoba, 3 en Entre Ríos y 5 en provincias extrapampeanas. La pérdida de cabezas en la pampa húmeda puede ubicarse entre 1,25 y 1,4 millones.
- Los departamentos que sufrieron reducción de existencias bovinas superiores a 10 mil cabezas pero menores a 35 mil se distribuyen entre provincia de Buenos Aires (41), Entre Ríos (10), La Pampa (9) y 6 en provincias extrapampeanas. Es decir, que sólo las tres primeras representan una baja de aproximadamente 1,2 millón de cabezas.
Hay que recordar que los datos se refieren, exclusivamente, a un período de 12 meses, en un proceso en similar sentido que se había iniciado en años anteriores y que continuó, sin ninguna duda, a partir de marzo de 2009. Es tan sólo una muestra, pero significativa porque abarca, justamente, el período en el que el gobierno perdió la batalla por un esquema de retenciones que equilibrara la rentabilidad entre distintos productos (marzo/julio de 2008).
Pero es útil ver, en el mismo estudio y para el mismo período, qué provincias registraron crecimiento del stock ganadero en algunos de sus departamentos:
- Santiago del Estero contabilizó el aumento del stock de ganado en un departamento en más de 23 mil (y menos de 50 mil) animales, y en otros 4 departamentos registró incrementos de entre 5 mil y 23 mil cabezas.
- San Luis tuvo un aumento de más de 23 mil cabezas en un departamento y de entre 5 y 23 mil animales en otros 6.
- En Misiones hay 4 departamentos con aumentos de hasta 23 mil animales en el mismo período en cada uno.
- En Salta, hay un departamento en el que creció el stock entre 23 mil y 50 mil, y 2 con aumentos de menos de 23 mil. En Mendoza se produce una situación similar.
- En Corrientes hubo crecimiento en el stock de más de 23 mil animales en un departamento, y de entre 5 y 23 mil en otro.
- En Formosa y Chaco se registran aumentos del stock vacuno de ese mismo rango en dos departamentos en cada provincia. En Catamarca el mismo fenómeno se da en 3 departamentos, y en Tucumán, Neuquén, Río Negro, Chubut y hasta Tierra del Fuego, en un departamento en cada una de ellas se observa el mismo aumento de existencias de entre 5 mil y 23 mil cabezas.
Por supuesto, también se produjeron aumentos de stock ganadero en departamentos de provincias de la pampa húmeda, particulamente en Santa Fe (7 departamentos) y Entre Ríos (4), pero es un fenómeno menor frente al resto. Entre los casos citados, hay por lo menos 400 mil animales más en las provincias extrapampeanas señaladas que un año antes. Está lejos de compensar las más de tres millones de cabezas en que se redujo el stock de la pampa húmeda en el mismo año, pero es un indicador de la dirección que tuvo el desplazamiento.
Aunque el grueso del stock todavía sigue “radicado” en las provincias litoraleñas (Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe), en Buenos Aires y La Pampa, el fenómeno nuevo y sorprendente es el desplazamiento de parte de la cría a Chaco, Formosa, Salta, Santiago del Estero y San Luis. Con tierras menos productivas, la reestructuración agropecuaria parece indicar que las fértiles tierras de la pampa húmeda van siendo tomadas por la producción para exportación (destino del 95 por ciento de la soja producida en el país), mientras que la ganadería tiende a asentarse en tierras marginales, de menor rendimiento y a mayor distancia de los centros de consumo. No es de extrañar, entonces, que el pronóstico del militante sojero Alfredo De Angeli de un año atrás, de que “el lomo se va a tener que pagar a 80 o 100 pesos el kilo”, finalmente se cumpla.
Artículo publicado en
Pagina12 - 21/02/2010
Por Raúl Dellatorre
La discusión en torno del precio de la carne y las causas de la suba está llevando a acusaciones cruzadas entre ganaderos, frigoríficos y minoristas respecto del nivel de responsabilidad de cada uno en el golpe al bolsillo de los consumidores. Pero un aspecto que vuelve a quedar oculto en la discusión es el impacto que puede haber tenido, pero por sobre todo tendrá, en el volumen de oferta y en los costos de producción de carne, la expansión de la superficie sembrada con soja. En los últimos dos años, ese proceso vino acompañado del consecuente desplazamiento del ganado bovino hacia zonas marginales, el bloqueo a la acción del Estado para limitar las rentas extraordinarias de aquella oleaginosa y la responsabilidad que tuvo en esa acción parte de la sociedad que apoyó la lucha de resistencias contra las retenciones móviles a la exportación. La misma sociedad que, ahora, se enfrenta a una inusitada elevación del precio de uno de sus alimentos básicos.
Un reciente relevamiento realizado por Senasa da cuenta de la caída del stock bovino en tan sólo un año, entre 2008 y 2009, de 3,1 millones de cabezas. Proceso que, se supone, debe haber continuado durante el año siguiente (2009/2010). En una nota publicada por Página/12 (Fernando Krakowiak, jueves 11 de febrero pasado), se señaló la responsabilidad del incremento de la faena, en un contexto de menores pariciones y alta mortandad provocado por la sequía, en aquella caída. Pero otro aspecto de la misma investigación está referida al desplazamiento del stock a propósito de la sequía, pero también por efecto de la ocupación de las tierras más fértiles por parte de la soja.
Los distintos fenómenos están relacionados, y no se los puede analizar en una sola dirección. El fuerte crecimiento de rentabilidad que tuvo la soja hizo que la ganadería quedara desplazada a un segundo plano. No podría haber existido política de “libre mercado”, así fuera diseñada por el propio Mario Llambías, que hubiera podido hacer competitivo el negocio de criar y engordar bovinos a un nivel comparable a contratar la siembra y cosecha de soja para exportación. Desde otro enfoque, privilegiando la planificación de mediano y largo plazo del Estado, la alternativa era aplicar estímulos específicos a la producción de hacienda –los hubo, pero sin la eficiencia ni los resultados esperados– y una intervención en los precios relativos, por vía de retenciones, para compensar las ganancias entre uno y otro sector de agronegocios. Los hubo, hasta que un bloque de oposición de derecha y centroizquierda, en el que debutó como opositor el vicepresidente de la Nación, lo frenó.
¿Y qué pasó? El espectacular avance del territorio ganado por la soja siguió su rumbo. Para analizar cuáles son las producciones que van quedando desplazadas por ese avance de la soja, es útil seguir la descripción que realizó el Senasa en base al relevamiento de la Red de Información Agropecuaria Nacional (RIAN), que habitualmente publica el INTA.
La sequía y el avance de la soja entre 2008 y 2009 provocaron desplazamiento de hacienda, pero también liquidación de stock. Este último fenómeno es observable por las cifras de faena, que siguen batiendo records. El primero, el desplazamiento, se comprueba con las cifras de disminución del stock ganadero por área geográfica y, a la vez y dentro del mismo período, aumento del stock en otras áreas.
Entre marzo de 2008 y marzo de 2009, tan sólo en doce meses, hubo nueve departamentos del país que perdieron no menos de 80 mil cabezas y hasta 135 mil, pero a la vez hubo otros 30 en los que la pérdida osciló entre 35 mil y 80 mil animales. En la pampa húmeda, hay otros 60 departamentos que vieron declinar, en el mismo período, su stock ganadero en no menos de 10 mil cabezas, con un límite de 35 mil. Si se analiza la ubicación geográfica de los departamentos en los que se produjeron las mayores pérdidas de existencias, podría trazarse un cuadro así:
- El stock ganadero se redujo en más de 80 mil y hasta 135 mil cabezas, en los 12 meses señalados, en 3 departamentos de la provincia de Buenos Aires, 2 de Córdoba, 3 de Santa Fe y 1 en La Pampa. Pérdida total estimada, alrededor de 900 mil cabezas.
- Los departamentos que perdieron más de 35 mil cabezas y hasta un máximo de 80 mil se ubican 14 en territorio bonaerense, 4 en La Pampa, 4 en Córdoba, 3 en Entre Ríos y 5 en provincias extrapampeanas. La pérdida de cabezas en la pampa húmeda puede ubicarse entre 1,25 y 1,4 millones.
- Los departamentos que sufrieron reducción de existencias bovinas superiores a 10 mil cabezas pero menores a 35 mil se distribuyen entre provincia de Buenos Aires (41), Entre Ríos (10), La Pampa (9) y 6 en provincias extrapampeanas. Es decir, que sólo las tres primeras representan una baja de aproximadamente 1,2 millón de cabezas.
Hay que recordar que los datos se refieren, exclusivamente, a un período de 12 meses, en un proceso en similar sentido que se había iniciado en años anteriores y que continuó, sin ninguna duda, a partir de marzo de 2009. Es tan sólo una muestra, pero significativa porque abarca, justamente, el período en el que el gobierno perdió la batalla por un esquema de retenciones que equilibrara la rentabilidad entre distintos productos (marzo/julio de 2008).
Pero es útil ver, en el mismo estudio y para el mismo período, qué provincias registraron crecimiento del stock ganadero en algunos de sus departamentos:
- Santiago del Estero contabilizó el aumento del stock de ganado en un departamento en más de 23 mil (y menos de 50 mil) animales, y en otros 4 departamentos registró incrementos de entre 5 mil y 23 mil cabezas.
- San Luis tuvo un aumento de más de 23 mil cabezas en un departamento y de entre 5 y 23 mil animales en otros 6.
- En Misiones hay 4 departamentos con aumentos de hasta 23 mil animales en el mismo período en cada uno.
- En Salta, hay un departamento en el que creció el stock entre 23 mil y 50 mil, y 2 con aumentos de menos de 23 mil. En Mendoza se produce una situación similar.
- En Corrientes hubo crecimiento en el stock de más de 23 mil animales en un departamento, y de entre 5 y 23 mil en otro.
- En Formosa y Chaco se registran aumentos del stock vacuno de ese mismo rango en dos departamentos en cada provincia. En Catamarca el mismo fenómeno se da en 3 departamentos, y en Tucumán, Neuquén, Río Negro, Chubut y hasta Tierra del Fuego, en un departamento en cada una de ellas se observa el mismo aumento de existencias de entre 5 mil y 23 mil cabezas.
Por supuesto, también se produjeron aumentos de stock ganadero en departamentos de provincias de la pampa húmeda, particulamente en Santa Fe (7 departamentos) y Entre Ríos (4), pero es un fenómeno menor frente al resto. Entre los casos citados, hay por lo menos 400 mil animales más en las provincias extrapampeanas señaladas que un año antes. Está lejos de compensar las más de tres millones de cabezas en que se redujo el stock de la pampa húmeda en el mismo año, pero es un indicador de la dirección que tuvo el desplazamiento.
Aunque el grueso del stock todavía sigue “radicado” en las provincias litoraleñas (Entre Ríos, Corrientes y Santa Fe), en Buenos Aires y La Pampa, el fenómeno nuevo y sorprendente es el desplazamiento de parte de la cría a Chaco, Formosa, Salta, Santiago del Estero y San Luis. Con tierras menos productivas, la reestructuración agropecuaria parece indicar que las fértiles tierras de la pampa húmeda van siendo tomadas por la producción para exportación (destino del 95 por ciento de la soja producida en el país), mientras que la ganadería tiende a asentarse en tierras marginales, de menor rendimiento y a mayor distancia de los centros de consumo. No es de extrañar, entonces, que el pronóstico del militante sojero Alfredo De Angeli de un año atrás, de que “el lomo se va a tener que pagar a 80 o 100 pesos el kilo”, finalmente se cumpla.
Artículo publicado en
Pagina12 - 21/02/2010
ZOOM SOBRE HAITÍ
El pasado lunes 18 de enero la Secretaria de Estado norteamericana Hillary Clinton hizo declaraciones y dijo: “…la tragedia que continúa asolando a Haití y al Pueblo haitiano es bíblica…”, la repetición desde hace mucho tiempo en los medios masivos de escenas violentas y de pobreza provenientes de Haití, sin ahondar en sus causas, parecen darle la razón a las palabras de Hillary Clinton. El terremoto es un hecho natural, y pareciera que la pobreza también, pero nada más lejos de la realidad, o de una auténtica historia.
Puede tomarse a este cúmulo de escombros que es hoy Haití como un caso testigo para analizar distintos aspectos de su realidad y también de la nuestra, la continental, la de Latinoamérica.
Estamos en pleno comienzo del Bicentenario de la Revolución de Mayo, muchas veces ocurre cierta discusión acerca de catalogar y establecer una línea demarcatoria frente a las varias insurrecciones indias y los precursores criollos de la revolución en Hispanoamérica, en esos casos Haití suele quedar de lado. Lo cierto es que la primera revolución contra un sistema colonial, contra una metrópoli europea fue haitiana, y tuvo un doble carácter: independentista y antiesclavista.
Por estas latitudes, los gritos de mayo también tuvieron una impronta antiesclavista. Pero también sabemos que desde época temprana comenzó una lucha casi paralela por imponer un modelo de nación, entonces no es de extrañar que la ley emanada de la Asamblea del Año XIII aboliendo la esclavitud se la haya dejado sin efecto tiempo después. Otro ejemplo más, décadas después y con la esclavitud abolida por la Constitución Nacional de 1853, cuando ya estaba en plena marcha la Argentina agro-exportadora, indios sobrevivientes eran ofrecidos y repartidos en convocatorias publicitadas en los diarios de la época y encontraban eco masivo en las familias de alta alcurnia de Buenos Aires tras culminar la denominada “Campaña del Desierto”. Es lo que nos cuenta Osvaldo Bayer, la esclavitud se reimplantó de hecho.
Haití pretendía ser antiesclavista a kilómetros no más del gigante del norte que llegó incluso a una guerra civil (1860), por la esclavitud entre otros motivos. Gran pecado de Haití.
Igualmente es un caso testigo de la victoria del modelo liberal impulsado por Inglaterra y continuado por los Estados Unidos. Desde comienzos del período revolucionario a partir del XIX, toda la información, los movimientos políticos, lo conversado entre vecinos, la prensa de ese entonces y la bibliografía, el lenguaje, etc. hacía referencia al resto del Continente. El único obstáculo era el tiempo debido a las distancias, pero era común hablar o mencionar lo ocurrido o lo por venir en Cochabamba, el Alto Perú, Santiago, Montevideo, Asunción, la Gran Colombia, Guayaquil, México, Santo Domingo, y un largo etcétera, había -sino una conciencia- una visión continental.
El proyecto liberal de las manos de las oligarquías locales fue imponiéndose y para mediados del XIX la idea de una América unida o la América del Sud era algo casi olvidado y solamente reivindicado por algún caudillo marginal y rápidamente tildado de delincuente o salvaje por la prensa del sistema imperante. Es decir, en todo el Continente triunfó un modelo de dominación que nos fragmentó y nos redireccionó hacia Europa primero y luego hacia los EUA. Divide para reinar, Haití también quedó aislada y al igual que cada Estado Latinoamericano de espaldas al resto. En Argentina muchos se convencieron con el tiempo, que “descendían de los barcos”.
Testigo de la casi imposibilidad de importar modelos que no son nuestros y que han sido pensados para otros Pueblos. Siempre suenan y resuenan las palabras de Scalabrini Ortíz: “virginidad mental”. Es que la Revolución francesa se hizo para Francia, y porqué no, para Europa; sus ideales de “igualdad fraternidad y libertad” no eran para las colonias. La osadía haitiana le costó caro, desde el comienzo de su vida “independiente” a la isla se le impuso una deuda unilateral desde el otro lado del Atlántico, unos 150.000.000 de francos oro, un presupuesto anual francés de aquella época, y esto en calidad de indemnización al Estado Francés y a sus colonos que perdieron sus posesiones. Y también de hecho una imposición de gobernantes títeres que sólo debían satisfacer los deseos de Francia por cobrar esa suma y seguir teniendo influencia en los asuntos de la isla. Y después de Francia… el imperialismo yanqui, el dueño del garrote. Inauguró el siglo XX invadiendo Haití saqueando su Banco y quedándose hasta asegurarse que el poder en la isla fuera de capataces obedientes desembocando en la mitad del siglo en el reinado de la familia Duvalier, derribada por una rebelión popular. ¡Oh casualidad! Los Duvalier encontraron asilo político en Francia.
En definitiva Haití cayó como todo el continente en la archiconocida historia de dictadores, endeudamiento externo, recetas del FMI y del Banco Mundial e intervenciones de marines.
Un agravante más, entre tanta tragedia, en tiempos del coloniaje francés, esclavitud mediante, la poca tierra de Haití se destruyó con el monocultivo de bananas baratas, no había que pagar sueldos. Con la injerencia yanqui a través de su organismo Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) impuso a los agricultores el abandono del cultivo de granos, sobrevino la importación masiva de alimentos, la migración masiva de ex-agricultores a engrosar los cordones de pobreza, villas miseria, y más endeudamiento para comprar esos alimentos.
Contrapuestamente y sin ánimo de ejercer ninguna defensa del sistema cubano, existe a pocos kilómetros de tanto desastre un panorama diferente. Un modelo con sus características pero pensado para el Pueblo y desde ese Pueblo de autonomía, de orgullo nacional, de dignidad que en algunos rincones de este continente muchas veces brilla por su ausencia.
Desde este camino nuevo de Integración que retoma aquel camino de Independencia común, es que Haití pueda encontrar oxígeno a tanto agobio. Es tarea nuestra dejar de vivir de espaldas a nuestros hermanos del continente. No es fácil vivir al lado del dueño del garrote, pero tampoco imposible, es cuestión de voluntad y solidaridad, de los haitianos y nuestra, pero en esta circunstancia más nuestra que nunca. También es un deber, porque a pesar de que no es momento de especulaciones, cuando el olor de los muertos se incrementa, y mientras medio mundo envía médicos, socorristas y medicamentos, el imperialismo yanqui ya instaló algunos miles de soldados primero en el aeropuerto, horas más tarde en el palacio de gobierno, y con un portaviones nuclear a la vista.
Walter Paz - CEP
Puede tomarse a este cúmulo de escombros que es hoy Haití como un caso testigo para analizar distintos aspectos de su realidad y también de la nuestra, la continental, la de Latinoamérica.
Estamos en pleno comienzo del Bicentenario de la Revolución de Mayo, muchas veces ocurre cierta discusión acerca de catalogar y establecer una línea demarcatoria frente a las varias insurrecciones indias y los precursores criollos de la revolución en Hispanoamérica, en esos casos Haití suele quedar de lado. Lo cierto es que la primera revolución contra un sistema colonial, contra una metrópoli europea fue haitiana, y tuvo un doble carácter: independentista y antiesclavista.
Por estas latitudes, los gritos de mayo también tuvieron una impronta antiesclavista. Pero también sabemos que desde época temprana comenzó una lucha casi paralela por imponer un modelo de nación, entonces no es de extrañar que la ley emanada de la Asamblea del Año XIII aboliendo la esclavitud se la haya dejado sin efecto tiempo después. Otro ejemplo más, décadas después y con la esclavitud abolida por la Constitución Nacional de 1853, cuando ya estaba en plena marcha la Argentina agro-exportadora, indios sobrevivientes eran ofrecidos y repartidos en convocatorias publicitadas en los diarios de la época y encontraban eco masivo en las familias de alta alcurnia de Buenos Aires tras culminar la denominada “Campaña del Desierto”. Es lo que nos cuenta Osvaldo Bayer, la esclavitud se reimplantó de hecho.
Haití pretendía ser antiesclavista a kilómetros no más del gigante del norte que llegó incluso a una guerra civil (1860), por la esclavitud entre otros motivos. Gran pecado de Haití.
Igualmente es un caso testigo de la victoria del modelo liberal impulsado por Inglaterra y continuado por los Estados Unidos. Desde comienzos del período revolucionario a partir del XIX, toda la información, los movimientos políticos, lo conversado entre vecinos, la prensa de ese entonces y la bibliografía, el lenguaje, etc. hacía referencia al resto del Continente. El único obstáculo era el tiempo debido a las distancias, pero era común hablar o mencionar lo ocurrido o lo por venir en Cochabamba, el Alto Perú, Santiago, Montevideo, Asunción, la Gran Colombia, Guayaquil, México, Santo Domingo, y un largo etcétera, había -sino una conciencia- una visión continental.
El proyecto liberal de las manos de las oligarquías locales fue imponiéndose y para mediados del XIX la idea de una América unida o la América del Sud era algo casi olvidado y solamente reivindicado por algún caudillo marginal y rápidamente tildado de delincuente o salvaje por la prensa del sistema imperante. Es decir, en todo el Continente triunfó un modelo de dominación que nos fragmentó y nos redireccionó hacia Europa primero y luego hacia los EUA. Divide para reinar, Haití también quedó aislada y al igual que cada Estado Latinoamericano de espaldas al resto. En Argentina muchos se convencieron con el tiempo, que “descendían de los barcos”.
Testigo de la casi imposibilidad de importar modelos que no son nuestros y que han sido pensados para otros Pueblos. Siempre suenan y resuenan las palabras de Scalabrini Ortíz: “virginidad mental”. Es que la Revolución francesa se hizo para Francia, y porqué no, para Europa; sus ideales de “igualdad fraternidad y libertad” no eran para las colonias. La osadía haitiana le costó caro, desde el comienzo de su vida “independiente” a la isla se le impuso una deuda unilateral desde el otro lado del Atlántico, unos 150.000.000 de francos oro, un presupuesto anual francés de aquella época, y esto en calidad de indemnización al Estado Francés y a sus colonos que perdieron sus posesiones. Y también de hecho una imposición de gobernantes títeres que sólo debían satisfacer los deseos de Francia por cobrar esa suma y seguir teniendo influencia en los asuntos de la isla. Y después de Francia… el imperialismo yanqui, el dueño del garrote. Inauguró el siglo XX invadiendo Haití saqueando su Banco y quedándose hasta asegurarse que el poder en la isla fuera de capataces obedientes desembocando en la mitad del siglo en el reinado de la familia Duvalier, derribada por una rebelión popular. ¡Oh casualidad! Los Duvalier encontraron asilo político en Francia.
En definitiva Haití cayó como todo el continente en la archiconocida historia de dictadores, endeudamiento externo, recetas del FMI y del Banco Mundial e intervenciones de marines.
Un agravante más, entre tanta tragedia, en tiempos del coloniaje francés, esclavitud mediante, la poca tierra de Haití se destruyó con el monocultivo de bananas baratas, no había que pagar sueldos. Con la injerencia yanqui a través de su organismo Agencia estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) impuso a los agricultores el abandono del cultivo de granos, sobrevino la importación masiva de alimentos, la migración masiva de ex-agricultores a engrosar los cordones de pobreza, villas miseria, y más endeudamiento para comprar esos alimentos.
Contrapuestamente y sin ánimo de ejercer ninguna defensa del sistema cubano, existe a pocos kilómetros de tanto desastre un panorama diferente. Un modelo con sus características pero pensado para el Pueblo y desde ese Pueblo de autonomía, de orgullo nacional, de dignidad que en algunos rincones de este continente muchas veces brilla por su ausencia.
Desde este camino nuevo de Integración que retoma aquel camino de Independencia común, es que Haití pueda encontrar oxígeno a tanto agobio. Es tarea nuestra dejar de vivir de espaldas a nuestros hermanos del continente. No es fácil vivir al lado del dueño del garrote, pero tampoco imposible, es cuestión de voluntad y solidaridad, de los haitianos y nuestra, pero en esta circunstancia más nuestra que nunca. También es un deber, porque a pesar de que no es momento de especulaciones, cuando el olor de los muertos se incrementa, y mientras medio mundo envía médicos, socorristas y medicamentos, el imperialismo yanqui ya instaló algunos miles de soldados primero en el aeropuerto, horas más tarde en el palacio de gobierno, y con un portaviones nuclear a la vista.
Walter Paz - CEP
La cara social de la CIA
La profunda crisis norteamericana es una buena oportunidad para sacar a la luz el entramado de fundaciones y organizaciones no gubernamentales financiadas por supuestos programas de cooperación para medios de comunicación y entidades políticas y sociales destinadas a consolidar a las derechas latinoamericanas.
El peligroso transcurrir de la IV Flota de Estados Unidos, reactivada como una señal de guerra preventiva para nuestro continente, no debiera hacer perder de vista la invasión silenciosa de una avanzada de fundaciones de nombres muy atractivos que aluden a democracia, libertad, transparencia y hasta temas humanitarios y que conforman una verdadera red de telarañas en la región. Esa presencia encubierta, y en todo caso publicitada falsamente como "esfuerzos democratizadores", es un entramado de dimensiones sorprendentes.
Es importante conocer cómo se han extendido estas fundaciones actuando como verdaderos caballos de Troya, financiando centenares de ONG que actúan a su vez financiadas por los sectores más fundamentalistas de Washington. Muchas organizaciones locales ni siquiera saben quién está detrás de los fondos de cooperación destinados a medios de comunicación, agrupaciones políticas, entidades en todas las áreas como el campo o la industria. Sería interminable la lista de las organizaciones dependientes de las fundaciones centrales como la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid en sus siglas en inglés) o la National Endowment Foundation (NED) –que aparece entre nosotros como destinada a financiar la democracia– y otras similares con sede en Estados Unidos, además de las europeas, que también responden a las mismas centrales. Sin embargo es importante conocer sus conexiones locales, conocidas como la cara social de la CIA.
Ambas fundaciones trabajan activamente en Argentina "financiando proyectos y movimientos democráticos" y creando otras bajo diversos nombres. Una de estas es la Fundación Libertad (FL) que echó raíces en Rosario. Creada en 1988, por un grupo de "empresarios, profesionales e intelectuales", está relacionada con más de 200 empresas privadas y da cursos, seminarios y mantienen "una intensa presencia en los medios de comunicación, a través de columnas y programas propios". Asociada con otras instituciones como la Heritage Foundation, la misma cuyos integrantes han sido claves en la redacción de los conocidos Documentos de Santa Fe uno, dos, tres y cuatro, entre otros, que trazan los planes de política exterior estadounidense desde la visión más intervencionista en nuestra región, realizan seminarios conjuntos. Además, FL está asociada con la Fundación para el Análisis Económico Social (Faes) que dirige el ex presidente de España José María Aznar y ligada al derechista Partido Popular español, o la Fundación Internacional para la Libertad presidida por el escritor Mario Vargas Llosa, quien en estos tiempos ocupa tribunas para denostar a los gobiernos de América latina no alineados con Washington.
Vale recordar también a Atlas Foundation, uno de cuyos héroes es el ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, ya fallecido y que junto con su socia británica Margaret Thatcher encarnaron el esplendor de la "revolución neoconservadora". Uno de los satélites más activos de FL aquí es Pensar, integrada por diputados y políticos de Propuesta Republicana (PRO) que dirige Mauricio Macri.
El gran campanazo lo dio FL este año en la organización del Seminario Internacional sobre los Desafíos en América latina realizado entre el 26 y el 28 de marzo en Rosario y que reunió a personajes como Roger Noriega, quien fue subsecretario para América latina del gobierno de George W. Bush. También estuvieron Vargas Llosa, Aznar y otras figuras de la internacional derechista del mundo, como los ex presidentes Vicente Fox (México), Francisco Flores (Salvador,) Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Osvaldo Hurtado Larrea (Ecuador), Jorge Quiroga (Bolivia), además de ex funcionarios de dictaduras como la chilena y entre otros el periodista y hombre de vieja data en la CIA, el anticastrista Carlos Alberto Montanner y venezolanos y bolivianos con tradición golpista en sus países.
Otras curiosidades. En 2005 se creó en el seno de la Fundación Libertad el Centro de Gestión Agropecuaria, al considerar la importancia de Rosario y "su ubicación estratégica". Fue pensado como "ámbito de conexión entre los distintos actores del sector agropecuario" para abordar temáticas específicas. Desde entonces se organizaron charlas sobre las perspectivas económicas y financieras para el sector agrícola, "con visión de futuro" y capacitaciones diversas para "alumnos" que provienen de "distintos eslabones del sector agropecuario".
Además de lo económico la propuesta fue el compromiso de "continuar con su esfuerzo tendiente a difundir las ideas de la libertad como factor del desarrollo".
Sería bueno estudiar qué sucedió desde 2005 con este asesoramiento y hacia dónde derivaron los modelos de capacitación y los acuerdos con los hombres del campo que encontraron apoyo en FL durante su rebelión agraria y sus planes de lucha con desabastecimientos incluidos.
El Congreso de FL coincidió así con el huracán del lockout patronal de cuatro entidades del campo, analizado en todas sus vertientes como un conflicto con trasfondo abiertamente destituyente y que dejó serias consecuencias en sus intentos de debilitar al gobierno. Veamos que opinaban el 27 de marzo, por ejemplo, los presidentes de Fundación Libertad y de Fundación Atlas: Gerardo Bongiovanni y Guillermo Yeatts, respectivamente, sobre lo que debía hacer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en esos días.
Para Bongiovani era necesario "rectificar la medida" y llevar todo hacia lo que existía en materia de retenciones al 10 de marzo. Desde su punto de vista las retenciones eran "nocivas, confiscatorias, antisociales y eso no ayuda al crecimiento de un país en libertad". Para Yeatts la mandataria debía "eliminar las retenciones, pero al mismo tiempo anunciar que se terminan todos los privilegios, como los precios subsidiados al gasoil, los créditos a tasa blanda del Banco de la Nación, el tipo de cambio alto, las exenciones fiscales por emergencia agropecuaria (…). Eso también implica sacar los privilegios para la industria". Proponía un cambio total del modelo económico volviendo hacia los "buenos tiempos" del mejor neoliberalismo. Por su parte, Eduardo Marty, Fundador y Director de Junior Achievement, sostenía que la Presidenta debía comprender "que la necesidad no crea derechos y que se debe respetar la propiedad privada, que no es otra cosa que el derecho a la vida". Y añadía que "los granos y semillas oleaginosas son de los productores no del Gobierno, por lo tanto debe anunciar la marcha atrás del aumento de las retenciones". También mencionaba la necesidad de revisar el nivel del gasto público y aconsejaba para hacerlo a "gente capacitada como Martín Lousteau".
Hay coincidencias también sugestivas en estos días. Entre el 18 y 19 de septiembre pasado la Fundación Libertad realizó un Congreso de Economía Provincial para tratar el tema del momento y "el federalismo" que hoy está de moda, en el criterio que sustentan los prefectos golpistas de Bolivia. Para cerrar este Congreso fue invitado el vicepresidente de la nación, Julio Cleto Cobos, cuando estaba en ejercicio de la presidencia en ausencia de la mandataria que viajó para asistir a la Asamblea de Naciones Unidas. En realidad todo estuvo en familia porque luego recibiría Cobos a Macri y a Buzzi de la Federación Agraria, entre otros; una especie de prolongación de aquel congreso de Fundación Libertad. Sucedió a escasos días de que las cuatro entidades de productores rurales anuncien un nuevo paro de productores o patrones.
¿Estaremos o no durmiendo con el enemigo? No dudo de que Rodolfo Walsh hubiera tenido una larga relación de personajes hechos y coincidencias más que asombrosos.
Por Stella Calloni en “Miradas al Sur”.
El peligroso transcurrir de la IV Flota de Estados Unidos, reactivada como una señal de guerra preventiva para nuestro continente, no debiera hacer perder de vista la invasión silenciosa de una avanzada de fundaciones de nombres muy atractivos que aluden a democracia, libertad, transparencia y hasta temas humanitarios y que conforman una verdadera red de telarañas en la región. Esa presencia encubierta, y en todo caso publicitada falsamente como "esfuerzos democratizadores", es un entramado de dimensiones sorprendentes.
Es importante conocer cómo se han extendido estas fundaciones actuando como verdaderos caballos de Troya, financiando centenares de ONG que actúan a su vez financiadas por los sectores más fundamentalistas de Washington. Muchas organizaciones locales ni siquiera saben quién está detrás de los fondos de cooperación destinados a medios de comunicación, agrupaciones políticas, entidades en todas las áreas como el campo o la industria. Sería interminable la lista de las organizaciones dependientes de las fundaciones centrales como la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid en sus siglas en inglés) o la National Endowment Foundation (NED) –que aparece entre nosotros como destinada a financiar la democracia– y otras similares con sede en Estados Unidos, además de las europeas, que también responden a las mismas centrales. Sin embargo es importante conocer sus conexiones locales, conocidas como la cara social de la CIA.
Ambas fundaciones trabajan activamente en Argentina "financiando proyectos y movimientos democráticos" y creando otras bajo diversos nombres. Una de estas es la Fundación Libertad (FL) que echó raíces en Rosario. Creada en 1988, por un grupo de "empresarios, profesionales e intelectuales", está relacionada con más de 200 empresas privadas y da cursos, seminarios y mantienen "una intensa presencia en los medios de comunicación, a través de columnas y programas propios". Asociada con otras instituciones como la Heritage Foundation, la misma cuyos integrantes han sido claves en la redacción de los conocidos Documentos de Santa Fe uno, dos, tres y cuatro, entre otros, que trazan los planes de política exterior estadounidense desde la visión más intervencionista en nuestra región, realizan seminarios conjuntos. Además, FL está asociada con la Fundación para el Análisis Económico Social (Faes) que dirige el ex presidente de España José María Aznar y ligada al derechista Partido Popular español, o la Fundación Internacional para la Libertad presidida por el escritor Mario Vargas Llosa, quien en estos tiempos ocupa tribunas para denostar a los gobiernos de América latina no alineados con Washington.
Vale recordar también a Atlas Foundation, uno de cuyos héroes es el ex presidente de Estados Unidos Ronald Reagan, ya fallecido y que junto con su socia británica Margaret Thatcher encarnaron el esplendor de la "revolución neoconservadora". Uno de los satélites más activos de FL aquí es Pensar, integrada por diputados y políticos de Propuesta Republicana (PRO) que dirige Mauricio Macri.
El gran campanazo lo dio FL este año en la organización del Seminario Internacional sobre los Desafíos en América latina realizado entre el 26 y el 28 de marzo en Rosario y que reunió a personajes como Roger Noriega, quien fue subsecretario para América latina del gobierno de George W. Bush. También estuvieron Vargas Llosa, Aznar y otras figuras de la internacional derechista del mundo, como los ex presidentes Vicente Fox (México), Francisco Flores (Salvador,) Luis Alberto Lacalle (Uruguay), Osvaldo Hurtado Larrea (Ecuador), Jorge Quiroga (Bolivia), además de ex funcionarios de dictaduras como la chilena y entre otros el periodista y hombre de vieja data en la CIA, el anticastrista Carlos Alberto Montanner y venezolanos y bolivianos con tradición golpista en sus países.
Otras curiosidades. En 2005 se creó en el seno de la Fundación Libertad el Centro de Gestión Agropecuaria, al considerar la importancia de Rosario y "su ubicación estratégica". Fue pensado como "ámbito de conexión entre los distintos actores del sector agropecuario" para abordar temáticas específicas. Desde entonces se organizaron charlas sobre las perspectivas económicas y financieras para el sector agrícola, "con visión de futuro" y capacitaciones diversas para "alumnos" que provienen de "distintos eslabones del sector agropecuario".
Además de lo económico la propuesta fue el compromiso de "continuar con su esfuerzo tendiente a difundir las ideas de la libertad como factor del desarrollo".
Sería bueno estudiar qué sucedió desde 2005 con este asesoramiento y hacia dónde derivaron los modelos de capacitación y los acuerdos con los hombres del campo que encontraron apoyo en FL durante su rebelión agraria y sus planes de lucha con desabastecimientos incluidos.
El Congreso de FL coincidió así con el huracán del lockout patronal de cuatro entidades del campo, analizado en todas sus vertientes como un conflicto con trasfondo abiertamente destituyente y que dejó serias consecuencias en sus intentos de debilitar al gobierno. Veamos que opinaban el 27 de marzo, por ejemplo, los presidentes de Fundación Libertad y de Fundación Atlas: Gerardo Bongiovanni y Guillermo Yeatts, respectivamente, sobre lo que debía hacer la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en esos días.
Para Bongiovani era necesario "rectificar la medida" y llevar todo hacia lo que existía en materia de retenciones al 10 de marzo. Desde su punto de vista las retenciones eran "nocivas, confiscatorias, antisociales y eso no ayuda al crecimiento de un país en libertad". Para Yeatts la mandataria debía "eliminar las retenciones, pero al mismo tiempo anunciar que se terminan todos los privilegios, como los precios subsidiados al gasoil, los créditos a tasa blanda del Banco de la Nación, el tipo de cambio alto, las exenciones fiscales por emergencia agropecuaria (…). Eso también implica sacar los privilegios para la industria". Proponía un cambio total del modelo económico volviendo hacia los "buenos tiempos" del mejor neoliberalismo. Por su parte, Eduardo Marty, Fundador y Director de Junior Achievement, sostenía que la Presidenta debía comprender "que la necesidad no crea derechos y que se debe respetar la propiedad privada, que no es otra cosa que el derecho a la vida". Y añadía que "los granos y semillas oleaginosas son de los productores no del Gobierno, por lo tanto debe anunciar la marcha atrás del aumento de las retenciones". También mencionaba la necesidad de revisar el nivel del gasto público y aconsejaba para hacerlo a "gente capacitada como Martín Lousteau".
Hay coincidencias también sugestivas en estos días. Entre el 18 y 19 de septiembre pasado la Fundación Libertad realizó un Congreso de Economía Provincial para tratar el tema del momento y "el federalismo" que hoy está de moda, en el criterio que sustentan los prefectos golpistas de Bolivia. Para cerrar este Congreso fue invitado el vicepresidente de la nación, Julio Cleto Cobos, cuando estaba en ejercicio de la presidencia en ausencia de la mandataria que viajó para asistir a la Asamblea de Naciones Unidas. En realidad todo estuvo en familia porque luego recibiría Cobos a Macri y a Buzzi de la Federación Agraria, entre otros; una especie de prolongación de aquel congreso de Fundación Libertad. Sucedió a escasos días de que las cuatro entidades de productores rurales anuncien un nuevo paro de productores o patrones.
¿Estaremos o no durmiendo con el enemigo? No dudo de que Rodolfo Walsh hubiera tenido una larga relación de personajes hechos y coincidencias más que asombrosos.
Por Stella Calloni en “Miradas al Sur”.
viernes, 19 de febrero de 2010
CANIBALISMO
Además de no explicitar alternativas en algunos casos y en otros exhibir un evidente deseo de volver a pasados terribles, unos cuantos dirigentes de la oposición muestran características propias de una manada de lobos o depredadores similares. Y pareciera que a medida que corren los días para acercarnos más al 2011, esa ferocidad irá in crescendo.
Quien a partir del famoso voto no positivo es decir de no cumplir con su rol de Vicepresidente representando al Ejecutivo Nacional, tornose para algunos en prócer -photoshop mediante- para desmedro de nuestra máxima figura José de San Martín, Julio Cobos está ligando para todo el viaje. Por compartir la fórmula presidencial con Cristina fue expulsado de la UCR hace un par de años; en sintonía con los intentos destituyentes ventilados durante el 2008 y atizados tras las elecciones del 28 de junio en cambio, todo el arco dirigencial tenía en claro que Cobos debía permanecer en su cargo. Hoy en día ya son dos o tres o cuatro o más los que le reclaman renunciar a ese devaluado cargo si pretende ser candidato el año que viene. Para colmo a Cobos se le ocurrió sumar su voto negativo en la Comisión Bicameral que revisó la situación del ex titular del Banco Central, Martín Redrado. Fue un voto no positivo para el “Golden boy” o no negativo para Cristina, o no tan positivo para la UCR ¡Qué complicado que es este Cobos! Los demás cabezones radicales están que trinan, esta actitud desnuda la mezquina táctica de la oposición, la de responder a todo lo que provenga del Gobierno Nacional con una negativa, no importa cual tema, y Cobos no cumplió. La pitonisa, la agorera o la calamitosa Carrió ya vituperó hace un tiempo al Cleto, en entrevista televisiva lo llamo “ameba” para desgracia de este pobre organismo unicelular que algunos recordarán de las clases de biología durante la secundaria.
Siguiendo con el BCRA, Martín Redrado unos veinte días atrás cosechó una catarata de “apoyos” desde la misma oposición, los que llegaron a tildarlo casi de patriota. Sin entrar a analizar que se trató de un globo inflado por el monopolio mediático y sostenido por los líderes opositores, a la semana comenzó a desinflarse. La Stolbizer le pegó, Ricardo Alfonsín y Adolfo Prat Gay reconocieron que la situación de Redrado era insostenible, la convocatoria a la Bicameral sólo fue un trámite administrativo. El “apoyo” de la oposición a Redrado casi no amerita la frase “flor de un día, amor de una noche”
Y dentro de eso llamado “Peronismo Disidente”, en realidad más disidente que peronista, también hay un muestrario interesante. Duhalde se erige en defensor de las FFAA al tiempo que se tiran la pelota con Reutemann, a ver quien es candidato. La tan ponderada mesura del dos veces gobernador de Santa Fe se fue al tacho al pedir este que se metan la candidatura en el fondo de… como dice Mendieta “donde más duele”. Su lenguaje ha mutado tanto que hasta la Chiche dijo que era “un guarango”. En medio de esos dos y sin tanto cartel, Felipe Sola le critica a Cobos una insuficiente actitud opositora haciendo referencia a su actuación en la Bicameral. Quizás envalentonado por rodearse en un acto de productores rurales el Lole se despachó contra el matrimonio Kirchner diciendo dando a entender que se están robando todo, flojo de convicciones a las 48 o 72 hs le cargó la culpa al periodismo y trató de enderezar en la curva, en realidad esas críticas eran para Moyano dijo.
Ya que mencionamos al cabezón o “el titiritero”, a finales del pasado 2009 la Carrió debió desdecirse porque en su incontinencia dijo que Duhalde controlaba el narcotráfico. Tras ir a un corto juicio, ella dijo que en realidad no fue su intención, que no tuvo animus injuriandi; y recurriendo a todo su conocimiento de la lengua castellana explicó que controlar quiere significar saber y examinar y, de ninguna manera estar al frente de un cartel narco.
El casi desaparecido López Murphy no se queda atrás y viene despachándose contra su ex-pollo Mauricio Macri por “hacer marketing” en lugar de gobernar la ciudad, ya había dicho que perdió el rumbo y llegó a hablar de ineptitud y, expresó su arrepentimiento por haberlo apadrinado en su momento. Algo de razón tiene el bulldog porque no se nota siquiera que Mauricio mande limpiar el alcantarillado, en varios de los cien barrios porteños el agua acumulada por la lluvia de los otros días llegó a un metro e incluso dos metros.
Todo indica que en la Coalición Cívica existe no una fisura sino una falla geológica entre el ARI y la UCR, cruces entre Patricia, Elisa, Margarita, acusando a algunos radicales de “pactistas”. ¡Ay Ricardito, si te viera tu viejo! Hoy aliado de la Carrió prefirió olvidarse de uno de los últimos actos del ex-Presidente tildando a gorililita de “enemiga de la UCR”… “la peor enemiga porque es hipócrita”. Pero la CC también incluye en Santa Fe al “Socialismo” y frente al próximo debate parlamentario sobre el uso de excedentes de las reservas del BCRA, comenzó fuego cruzado, Gorililita advirtió acerca de un posible pacto entre Binner y la Nación al tiempo de rescatar la figura de Giustiniani, desde estos pagos se le recomendó que haga una mejor lectura de la realidad y le exigieron que también presente propuestas. No viene mal recordar que dos años atrás cuando a ella le preguntaban por Lifschitz, respondía con voz ronca y entrecerrando los ojos: “da asco”.
Y también por el tema reservas y el BCRA, Carrió reclamó a los demás dirigentes opositores De Narváez, Solá & Cía. que vengan a laburar, que se sumen a la defensa de vaya a saber qué cosa, las malas lenguas dicen que varios de ellos ya no la aguantan y la andan esquivando. Desde hace rato que continúa la sangría de dirigentes y militantes del ARI, claro que cuando llegan las elecciones y no junta la cantidad necesaria de fiscales resulta más fácil decir que le robaron los votos.
…Después de todo esto cabe preguntarse si esa ferocidad entre ellos que comparten un mismo espacio llamado oposición y sus antecedentes, que los tienen porque todos estuvieron en algún momento desde 1976 a 2002 vinculados o fueron parte de aquellos gobiernos, sea el Proceso, Alfon-cinismo, Menemismo, y la Alianza, volverá a traducirse en las mismas políticas salvajes de ajustes, achicamiento del Estado, endeudamiento y retracción del consumo, favoreciendo a los poderosos para volverlos más poderosos a costa del Pueblo. De ser así, las próximas presas de estos caníbales somos nosotros.
Walter Paz - CEP
Quien a partir del famoso voto no positivo es decir de no cumplir con su rol de Vicepresidente representando al Ejecutivo Nacional, tornose para algunos en prócer -photoshop mediante- para desmedro de nuestra máxima figura José de San Martín, Julio Cobos está ligando para todo el viaje. Por compartir la fórmula presidencial con Cristina fue expulsado de la UCR hace un par de años; en sintonía con los intentos destituyentes ventilados durante el 2008 y atizados tras las elecciones del 28 de junio en cambio, todo el arco dirigencial tenía en claro que Cobos debía permanecer en su cargo. Hoy en día ya son dos o tres o cuatro o más los que le reclaman renunciar a ese devaluado cargo si pretende ser candidato el año que viene. Para colmo a Cobos se le ocurrió sumar su voto negativo en la Comisión Bicameral que revisó la situación del ex titular del Banco Central, Martín Redrado. Fue un voto no positivo para el “Golden boy” o no negativo para Cristina, o no tan positivo para la UCR ¡Qué complicado que es este Cobos! Los demás cabezones radicales están que trinan, esta actitud desnuda la mezquina táctica de la oposición, la de responder a todo lo que provenga del Gobierno Nacional con una negativa, no importa cual tema, y Cobos no cumplió. La pitonisa, la agorera o la calamitosa Carrió ya vituperó hace un tiempo al Cleto, en entrevista televisiva lo llamo “ameba” para desgracia de este pobre organismo unicelular que algunos recordarán de las clases de biología durante la secundaria.
Siguiendo con el BCRA, Martín Redrado unos veinte días atrás cosechó una catarata de “apoyos” desde la misma oposición, los que llegaron a tildarlo casi de patriota. Sin entrar a analizar que se trató de un globo inflado por el monopolio mediático y sostenido por los líderes opositores, a la semana comenzó a desinflarse. La Stolbizer le pegó, Ricardo Alfonsín y Adolfo Prat Gay reconocieron que la situación de Redrado era insostenible, la convocatoria a la Bicameral sólo fue un trámite administrativo. El “apoyo” de la oposición a Redrado casi no amerita la frase “flor de un día, amor de una noche”
Y dentro de eso llamado “Peronismo Disidente”, en realidad más disidente que peronista, también hay un muestrario interesante. Duhalde se erige en defensor de las FFAA al tiempo que se tiran la pelota con Reutemann, a ver quien es candidato. La tan ponderada mesura del dos veces gobernador de Santa Fe se fue al tacho al pedir este que se metan la candidatura en el fondo de… como dice Mendieta “donde más duele”. Su lenguaje ha mutado tanto que hasta la Chiche dijo que era “un guarango”. En medio de esos dos y sin tanto cartel, Felipe Sola le critica a Cobos una insuficiente actitud opositora haciendo referencia a su actuación en la Bicameral. Quizás envalentonado por rodearse en un acto de productores rurales el Lole se despachó contra el matrimonio Kirchner diciendo dando a entender que se están robando todo, flojo de convicciones a las 48 o 72 hs le cargó la culpa al periodismo y trató de enderezar en la curva, en realidad esas críticas eran para Moyano dijo.
Ya que mencionamos al cabezón o “el titiritero”, a finales del pasado 2009 la Carrió debió desdecirse porque en su incontinencia dijo que Duhalde controlaba el narcotráfico. Tras ir a un corto juicio, ella dijo que en realidad no fue su intención, que no tuvo animus injuriandi; y recurriendo a todo su conocimiento de la lengua castellana explicó que controlar quiere significar saber y examinar y, de ninguna manera estar al frente de un cartel narco.
El casi desaparecido López Murphy no se queda atrás y viene despachándose contra su ex-pollo Mauricio Macri por “hacer marketing” en lugar de gobernar la ciudad, ya había dicho que perdió el rumbo y llegó a hablar de ineptitud y, expresó su arrepentimiento por haberlo apadrinado en su momento. Algo de razón tiene el bulldog porque no se nota siquiera que Mauricio mande limpiar el alcantarillado, en varios de los cien barrios porteños el agua acumulada por la lluvia de los otros días llegó a un metro e incluso dos metros.
Todo indica que en la Coalición Cívica existe no una fisura sino una falla geológica entre el ARI y la UCR, cruces entre Patricia, Elisa, Margarita, acusando a algunos radicales de “pactistas”. ¡Ay Ricardito, si te viera tu viejo! Hoy aliado de la Carrió prefirió olvidarse de uno de los últimos actos del ex-Presidente tildando a gorililita de “enemiga de la UCR”… “la peor enemiga porque es hipócrita”. Pero la CC también incluye en Santa Fe al “Socialismo” y frente al próximo debate parlamentario sobre el uso de excedentes de las reservas del BCRA, comenzó fuego cruzado, Gorililita advirtió acerca de un posible pacto entre Binner y la Nación al tiempo de rescatar la figura de Giustiniani, desde estos pagos se le recomendó que haga una mejor lectura de la realidad y le exigieron que también presente propuestas. No viene mal recordar que dos años atrás cuando a ella le preguntaban por Lifschitz, respondía con voz ronca y entrecerrando los ojos: “da asco”.
Y también por el tema reservas y el BCRA, Carrió reclamó a los demás dirigentes opositores De Narváez, Solá & Cía. que vengan a laburar, que se sumen a la defensa de vaya a saber qué cosa, las malas lenguas dicen que varios de ellos ya no la aguantan y la andan esquivando. Desde hace rato que continúa la sangría de dirigentes y militantes del ARI, claro que cuando llegan las elecciones y no junta la cantidad necesaria de fiscales resulta más fácil decir que le robaron los votos.
…Después de todo esto cabe preguntarse si esa ferocidad entre ellos que comparten un mismo espacio llamado oposición y sus antecedentes, que los tienen porque todos estuvieron en algún momento desde 1976 a 2002 vinculados o fueron parte de aquellos gobiernos, sea el Proceso, Alfon-cinismo, Menemismo, y la Alianza, volverá a traducirse en las mismas políticas salvajes de ajustes, achicamiento del Estado, endeudamiento y retracción del consumo, favoreciendo a los poderosos para volverlos más poderosos a costa del Pueblo. De ser así, las próximas presas de estos caníbales somos nosotros.
Walter Paz - CEP
domingo, 14 de febrero de 2010
LA LUCHA POR EL BANCO CENTRAL
LA LUCHA POR EL BANCO CENTRAL DE LA REPÚBLICA ARGENTINA
8 Feb 2010
Gentileza de Aldo Battisaco
Autores: Walter Formento y Gabriel Merino
“Denme el control del suministro de dinero de una nación, y no me interesa quien haga sus leyes”
M.A. Rothschild
Más allá de las formas y ribetes que adquiere el hecho del pedido de renuncia del presidente del Banco Central, Martín Redrado, y su resistencia a dejar el cargo, y las discusiones formales e institucionales acerca de la conformación del Fondo del Bicentenario, lo que está en juego es el control del Banco Central de la República Argentina por parte de los distintos proyectos estratégicos en pugna que configuran el drama de nuestro presente y de nuestra historia.
La creación de un Banco Central independiente y autónomo de las políticas de gobierno, controlado por los pulpos financieros transnacionales a través de sus cuadros (léase Martín Redrado) formados en sus universidades (Harvard, etc.) y en sus organismos financieros (Director Gerente de Security Pacific Bank; Salomon Brothers), es una de las formas institucionales claves que adquiere el control global del dinero y del sistema financiero global para apropiarse de la riqueza producida por los pueblos. Un Banco Central por país y un Banco Central Global que es el Banco de Descuentos Internacionales de Basilea . A esto le sigue un conjunto de instituciones globales de control, coerción, reglamentación e instrumentación de las políticas neoliberales cuyas máximas expresiones son el FMI y el Banco Mundial.
Dos instrumentos legales cristalizaron en Argentina el cambio de correlación de fuerzas a favor del poder financiero transnacional, con preponderancia de las redes angloamericanas, y sellaron el triunfo de dicha estrategia: la Ley de entidades Financieras sancionada en la dictadura neoliberal del 76′ y la Carta Orgánica del Banco Central creada en los 90′ bajo el menemismo, con la conducción arquitectónica de Domingo Cavallo, mediante la cual se planteó como objetivo del Banco Central solamente el sostenimiento del valor de la moneda quitando a la entidad el compromiso con el empleo, el desarrollo nacional y el crecimiento económico. Con estos dos instrumentos legales se formalizó el control del sistema financiero argentino por parte del bloque de poder financiero-primario exportador, con la consecuente destrucción de las fuerzas productivas nacionales y el pasaje de de la pobreza del 5% del total de la población (1974) a casi el 60% (2002) y de la desocupación de un 3% (1974) al 28% (2002) llegando al 50% si se le agrega la subocupación.
La creación del Fondo del Bicentenario por parte del ejecutivo nacional para usar parte de las reservas acumuladas fue lo que medió para que estallara el enfrentamiento por el control del Banco Central. La aparente contradicción de que dicho fondo se utilice para pagar deuda o para garantizar la misma con el fin de obtener tasas más bajas y, por otro lado, que los mismos tenedores de la deuda (las redes financieras y sus instrumentos: fondos de inversión, bancos, aseguradoras, etc.) así como sus representantes y el conjunto de fuerzas del proyecto estratégico colonial financiero-primario-exportador (de derecha, centro, centro-izquierda, izquierda, más arriba o más abajo, concientes o funcionales, pertenecientes a una u otra fracción, pero todas parte del régimen y consecuentes con sus 200 años de historia) otorga un manto de oscuridad a la situación.
La pregunta es, ¿Por qué esta aparente ‘tibia’ medida provoca tal reacción de escala internacional?
Parte de la explicación podemos encontrarla mucho antes desde los propios órganos del globalismo financiero con el pago de la deuda al FMI, que deja manifiestamente ridiculizada la incapacidad intrínseca de algunos sectores pretendidamente populares para comprender la realidad sobre la cual intervienen y, por lo tanto, interviniendo mal, en contra de los intereses del pueblo. El periódico The New York Times es muy claro con respecto a este hecho: “…el pago de 9.800 millones de dólares es un hecho simbólico importante y una señal más de que el presidente Néstor Kirchner parece estar concentrando más poder en sus manos e inclinando el gobierno hacia la izquierda. Desde una victoria electoral en octubre, Kirchner avanzó para establecer una alianza con el líder populista de Venezuela, Hugo Chávez, y para extender el control estatal en la economía, el poder judicial y los medios de comunicación … se asoma la amenaza antiinflacionaria y Kirchner respondió de una manera estatista, intentando imponer controles de precios a ciertos productos esenciales… Chávez ya compró más de 1.000 millones de dólares en bonos y podría comprar otros 2.000 millones más. Eso, más las fuertes exportaciones, le dieron a Kirchner el margen que necesita para cancelar las obligaciones con el FMI y postergar futuras negociaciones sobres cuestiones como política monetaria y tarifas de servicios públicos.” (citado por el diario Clarín, 4 de enero de 2006).
Como claramente lo observa el propio periódico de Nueva York, el pago de la deuda al FMI, que fue coordinado regionalmente con Brasil y Venezuela, significó un “giro a la izquierda”, un cambio drástico en la política regional para avanzar en el control de la economía por parte del estado en detrimento del “mercado” (léase del capital concentrado conducido por los grandes jugadores mundiales). Es decir, un avance de la autonomía relativa nacional-regional para desarrollar un proyecto propio de industrialización y valor agregado o, por lo menos, para cercenar el poder del bloque neoliberal. Obviamente, existía y existe otro escenario posible que es el no pago de la deuda externa por ser una herramienta de saqueo de los pueblos impuesta a partir de la dictadura con la estatización de la deuda privada y la imposición de deuda a las empresas públicas para luego ser privatizadas a precio vil. Siempre existe en términos abstractos un escenario más progresivo, un escenario puro e ideal. Sin embargo, existe una correlación de fuerzas concreta, existen otros que tienen otros objetivos y fuerza para llevarlos adelante y bloquear las estrategias que afectan sus intereses; y, por otro lado, aunque fuera posible llevar adelante la medida máxima del no pago del 100% de la deuda no por ello hay que dejar de observar el significado concreto de un hecho a la luz del enfrentamiento del conjunto de los intereses en pugna. Parafraseando: ‘un paso adelante del movimiento vale más que mil gramos de teorías y proclamas’.
Será un ex director del FMI para el hemisferio occidental, el argentino Claudio Loser (formado en la Universidad de Chicago y el argentino que más alto llegó en el Fondo Monetario Internacional), quien desde la vereda de enfrente ponga claridad sobre el asunto del Banco Central y el Fondo del Bicentenario: “‘Mi interpretación y de otros es que el gobierno quería tener más recursos para gastar internamente ya que el presupuesto tenía las partidas’ previstas para la cancelación de vencimientos de deuda de 2010″ (El Cronista Comercial, 16 de enero de 2010).
Tal cual lo señala y reprueba Claudio Loser, la medida del gobierno significa, en primer lugar, mayor inversión pública con lo cual se fortalece el mercado interno y se motoriza la economía en un escenario de crisis internacional que constituye una oportunidad para los países dependientes o semi-coloniales para desarrollar sus propios objetivos nacionales. Ante la posibilidad de pagar deuda con reservas o garantizarla para bajar la tasa de interés que se debe pagar por el préstamo, quedan liberados recursos del presupuesto para destinarlos al mercado interno a través de la inversión pública, que los neoliberales denominan “gasto público” como forma simbólica en su lucha para deslegitimar y propiciar la destrucción de lo público-estatal-nacional- regional.
Por ello el diario Londinense Financial Times, principal órgano financiero global angloamericano, advierte sobre la cuestión: “El sumario despido del presidente del Banco Central de la Argentina , Martín Redrado, por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es una señal más de que dicho potencialmente próspero país está siendo conducido en círculos por el filoso timón del populismo peronista.” (Financial Times, 10 de enero de 2010). Dicha editorial observa como populista el destinar fondos para el mercado interno y la inversión pública, en vez de guardar dichas reservas para proteger el sistema financiero hecho a su imagen y semejanza, que en algún momento derramará prosperidad más allá de los bolsillos de un puñado de empresas. Es decir, las reservas tienen que estar, por ejemplo, para fugar capital con total tranquilidad como hicieron los últimos dos años con cifras exorbitantes y no para invertir internamente ya que ello es populista y afecta la prosperidad del país -o mejor dicho su prosperidad.
En segundo lugar, la creación del fondo significa saltear el ahogo financiero externo, establecido tácitamente a través de las tasas usurarias del 15%, establecidas a partir del “riesgo país” (que para los países semi-coloniales o dependientes mide el grado de acercamiento o alejamiento con respecto a los grandes intereses financieros en general y con respecto al JP Morgan en particular), que actúa como forma de apriete para que la Argentina se discipline a las reglas impuestas por los pulpos financieros mundiales, esto es, según el decálogo establecido: achicamiento de la inversión pública (salud, educación, trabajo, infraestructura, etc.= “gasto” público), suba de las tarifas de los servicios públicos, no intervención del estado en la economía (control de precios, retenciones a las exportaciones, estatizaciones, inversiones, etc.) salvo para defender los intereses del capital concentrado, imposición de las reglas de juego pretendidas por los inversores extranjeros que se denomina “seguridad jurídica”, etc.
En tercer lugar, significa mermar la autarquía e independencia del Banco Central respecto de los intereses nacionales y, por lo tanto, mermar su heteronomía y dependencia con respecto al capital financiero, especialmente a las redes angloamericanas transnacionales, de las cuales Martín Redrado (presidente del Banco Central, proveniente del Cavallismo, graduado en Harvard y ligado a Alberto Fernández) es su fiel representante. Este punto es central ya que hace al problema estratégico, al fondo de la cuestión. Por ello, la primer acción de Redrado, junto con los distintos actores del bloque agro-mediático-financiero, fue obstaculizar la conformación del Fondo del Bicentenario. Y, ante el pedido de renuncia por parte del gobierno, atrincherarse en su cargo mediante las formas institucionales como fiel guardián de la “independencia” del Banco Central o, desde el otro lado del mostrador, de la dependencia del Banco Central con respecto al bloque de poder establecido a partir de la dictadura del 76′ y consolidado en los 90′ después de terminar de destruir al pueblo mediante la Guerra de Malvinas y el Golpe Hiperinflacionario del 88′- 89′ .
Con la conducción de Redrado en el Banco Central se garantizó la fuga del país de 37.178 millones de dólares entre 2008 y 2009, seis veces lo que significaría el fondo del bicentenario. Evidentemente, en ese momento no le interesó demasiado cuidar el dinero de los argentinos sino que por el contrario, en plena crisis internacional, avaló en la práctica, esgrimiendo su autonomía e independencia del gobierno, una impresionante fuga de capitales que representan aproximadamente un 10% del PBI. Es decir, como garante del poder financiero, formado en las redes que tienen al Citigroup como vértice (la fracción de capital más golpeada con la crisis financiera ya que al Lehman Brothers se lo tiraron sobre sus espaldas) garantizó que dispongan libremente de la riqueza argentina en un contexto en dónde más había que protegerla. El decidió, fiel a sus intereses, proteger al poder financiero en detrimento de los intereses nacionales. Poco creíble su actual defensa acérrima de los “ahorros de los argentinos” y demás arengas en defensa de los intereses nacionales.
Redrado, sabiendo que su salida del Banco Central es cuestión de tiempo ya que la comisión que se conforma en el congreso para evaluar su destitución es sólo consultiva, logra producir elementos para orquestar una “crisis institucional” mediante la amplificación mediática y la puesta en funcionamiento de los resortes de poder de la restauración conservadora, además de que se posiciona como posible candidato a Ministro de Economía de cara al 2011 (o antes) si logran su cometido de derribar al gobierno; posibilidad “diagnosticada” por el semanario financiero británico The Economist (diciembre de 2009), propiedad de Rothschild-Financial Times (aquí Cronista Comercial, propiedad práctica aunque no teórica de De Narváez).
En realidad, la llamada “crisis institucional” no es más que otro momento superior de la crisis orgánica de la Argentina producto de la lucha por la hegemonía entre proyectos estratégicos. La institucionalidad, cristalización de una correlación de fuerzas, institucionalización de los intereses dominantes en el estado, es lo que está en crisis desde la propia crisis de la convertibilidad que era el manto jurídico a partir del cual se consolidó el bloque de poder neoliberal en los 90′ . Cada medida transformadora, cada reforma que implique un cambio de orden, una nueva correlación de fuerzas, un cambio que no puede ser absorbido por el sistema neoliberal, pone en crisis la institucionalidad emanada del mismo. El enfrentamiento entre poderes del estado y la lucha con la utilización de instrumentos institucionales no refleja otra cosa que el enfrentamiento entre proyectos en el estado de correlaciones de fuerzas en nuestro territorio nacional-latinoamericano que se expresa incluso como contradicciones al interior del propio gobierno, producto de que la crisis orgánica de la Argentina , en el marco de la crisis global, barrió con los partidos políticos que organizaban a la sociedad y que pasaron a organizar -una vez destruidos y cooptados- el régimen de dominio de saqueo del pueblo y la desorganización del pueblo. Pero la escala de la crisis orgánica, que aquí se desarrolla en todo su esplendor y en plena superficie, es parte de la crisis orgánica de Nuestra América que se debate entre lo nuevo -el proyecto nacional, popular y latinoamericano- y la restauración de los viejo -el proyecto financiero primario exportador (neoliberalismo en términos generales)- , y es parte de la crisis internacional que no es otra cosa que la lucha por el establecimiento de un Nuevo Orden Mundial. Incluso Chile, país exaltado como modelo por las distintas fracciones neoliberales, entró en crisis con su modelo de progresismo financiero global-neoliberal, señalando que no existe posibilidad del híbrido neoliberalismo socialdemócrata (aquí ya estalló con la caída de De la Rúa , quien fue su estandarte), de un rostro progresista manteniendo la estructura excluyente, la fragmentación social, la desigualdad y el conjunto de los derechos humanos-sociales básicos privatizados.
Las llamadas “traiciones”, “golpes institucionales”, “movidas destituyentes” al interior del palacio protagonizadas por supuestos representantes del propio “gobierno”, que cambian su postura de la noche a la mañana, en realidad no expresan otra cosa que los tornillos que se aflojan a medida que se sumerge el submarino. Es decir, a medida que se profundiza el proceso de transformación, a medida de que en la resultante del gobierno -el poder ejecutivo- se producen cambios y reformas que rebasan los niveles de tolerancia de las estructuras de poder del régimen de dominio tradicional de la Argentina y sobrepasan los límites impuestos por los distintos intereses del bloque político-mediático financiero-primario-exportador porque producen transformaciones que instituyen los intereses del bloque nacional-popular de desarrollo industrial autónomo sostenido por el Estado, la producción y el Trabajo; a medida que se dan esos pasos, aunque fueran pequeños pasos, aunque a veces desde el campo del pueblo parezcan medidas tibias, los representantes de los intereses neoliberales, de sus distintas fracciones y expresiones políticas, de aquellas más débiles que incluso hasta ayer acompañaban -en función de sus intereses- el proceso histórico (cómo los grupos económicos locales), necesariamente se pasan “del otro lado”. En realidad no se pasan a ningún lado, siempre estuvieron allí, simplemente el tren siguió andando y ya no podían ir hacia la siguiente estación, se lo impide su lugar en el drama de la historia, en la estructura político-social, sus intereses concretos-materiales y su formación cultural.
Tanto Redrado-Citigroup-Clarin-Cavallo en la pelea por la política del Banco Central, como Cobos-AlbertoFernández-Clarín-Cargill-Citigroup con la 125 en 2008, o el Duhaldismo y el Vaticano en la discusión de la profundización del bloque suramericano-popular, la pelea contra el ALCA, la redistribución del ingreso con el restablecimiento de las paritarias y la presencia pública-estatal en la economía en 2005, ante ciertas medidas que afectan profundamente sus intereses estratégicos deben pasarse plenamente a la oposición política, utilizando incluso sus cuadros al interior del sistema institucional y que forman parte del “gobierno”.
La recuperación del Banco para los intereses nacionales
La respuesta institucional del gobierno al interior del Banco Central quitando la suma del poder a su presidente y volviendo el control del banco al directorio, es una medida central que trasciende incluso la coyuntura de la pelea con Redrado. Al haber delegado los poderes, el presidente del Banco Central poseía el control absoluto de la entidad. Si bien debía disciplinarse a la correlación de fuerzas y a las negociaciones con el gobierno, el margen de maniobra del presidente del Banco Central seguía siendo muy grande como para preservar la institucionalidad neoliberal y garantizar el control del sistema financiero argentina por parte de los Monopolios Financieros Transnacionales, Multinacionales y Regionales. Al haber 7 de los 10 directores del banco comprometidos o, por lo menos, cercanos a la idea y a los intereses que pretenden recuperar el Banco Central como herramienta de desarrollo nacional se da un paso concreto en el cambio de direccionamiento de la entidad.
Si esta ecuación se mantiene, con la política del Banco Central decidida por el directorio, incluso el otorgamiento de la presidencia a otro de los principales cuadros locales de los intereses financieros transnacionales, como lo es Mario Blejer, no mermaría el paso adelante que se ha dado.
Sin embargo, es solamente mediante la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, la sanción de una nueva ley de entidades financieras y la conformación del Banco del Sur junto con el establecimiento de la moneda común del Sur -el Sucre- y el desarrollo de un Fondo Soberano del Sur, que se puede retomar el control del Sistema Financiero nacional-latinoamericano, para que el sistema financiero deje de ser la herramienta central de despojo de los Argentinos y Latinoamericanos, desde el cual se subordinan-controlan el conjunto de actividades productivas para apropiarse de la riqueza producida por los pueblos.
No es casualidad que el gobierno de Venezuela, el 11 de enero de 2010, tomara la medida de utilizar las reservas para crear un fondo de desarrollo, en línea con la estrategia de la Argentina. Venezuela posee 35 mil millones de dólares de reservas y se consideran 28 mil millones el nivel a partir del cual se considera de libre disponibilidad (En argentina hay 47mil millones y 30mil millones sería el limite de libre disponibilidad) por lo cual va a destinar los 7mil millones de diferencia para la creación de dicho fondo. Es decir, se trata de una misma estrategia suramericana en línea para la creación del Banco del Sur, la moneda del Sur y Fondo del Sur para lo cual es imprescindible recuperar el control soberano del Banco Central y de las reservas.
Es importante entender, para no caer en proposiciones abstractas y voluntaristas, que la única posibilidad de tener la suficiente masa crítica de poder para recuperar el sistema financiero y el control soberano de la moneda, así como también para cesar el pago de la deuda e iniciar su revisión, es mediante la integración Suramericana y la conformación del Banco del Sur junto, la moneda del Sur y el Fondo del Sur.
La importancia del Fondo del Sur, en la triada de instrumentos, es central ya que constituye el instrumento económico estratégico desde el cual desarrollar las fuerzas productivas endógenas, en una escala regional y con conocimiento estratégico propio. Sumando además, su capacidad flexible de desplazamiento rápido para desarticular diferentes modos subterráneos de ataques financieros destituyentes. Bajo las formas actuales de producción, junto con la banca como instrumento formal del desarrollo de las finanzas se desarrollan, por debajo de la superficie y como unidad económica central, los fondos de inversión, los cuales constituyen un sofisticado instrumento de inteligencia-inversión que maneja una enorme masa de dinero invertida en acciones, bonos, etc., y a partir del cual se controlan los directorios de bancos y corporaciones tecnológicas, automovilísticas, energéticas, mediáticas, comunicacionales, agrícolas, educativas (y de todo tipo). Es decir, se desarrolla la red financiera transnacional, en donde los bancos constituyen parte de la gerencia estratégica y los fondo de inversión son el dispositivo central de una red hiper-diversificada, con un máximo de anonimato y “clandestinidad”, donde se concentra la capacidad estratégica de operar globalmente controlando (y disputando el control) de las principales corporaciones multinacionales, que a su vez controlan hacia abajo a su red de proveedoras y tercerizadas.
Por ello en el escenario actual el conjunto de países-actores-territorios subordinados desarrollan estatalmente los fondos soberanos de inversión para contar con una herramienta económica (nutrida por lo general de las rentas producidas por la exportación de materias primas) que le de la fuerza necesaria, con la escala suficiente y la concentración de medios adecuada, para tener una relativa independencia en el escenario global. Este es el caso de China, Rusia e Irán (e incluso Francia) aunque no hay que confundir con otros fondos de países más bien cercanos a los poderes financieros globales, como en el caso de los Emiratos Árabes Unidos. Estos fondos soberanos constituyen una herramienta de poder con el cual avanzar en términos públicos-estatales sobre el control de la economía, enfrentándose al control capilar que las redes financieras mantienen sobre el conjunto de la producción, controlando los nodos centrales del proceso de generación de riqueza. Obviamente, la escala de los fondos soberanos, incluso de China, no llegan a compararse con la inmensidad de la escala de los fondos financieros transnacionales angloamericanos (y otros de menor escala como los japonenses y franco-germanos). Un fondo como el State Street Corp, fundado en Boston en 1832 y ligado al Citigroup (mayor accionista de dicho banco antes de la debacle financiera), tiene bajo custodia 17,9 billones de dólares (superando el PBI anual de los EEUU) y posee bajo administración 1,7 billones de dólares (aproximadamente 5 veces el PBI anual de argentina), dinero con el cual posee porcentajes de cientos de empresas multinacionales, a través de los cuales es parte de su directorio.
Desarrollar una escala regional y pensarnos en términos de nación latinoamericana-iberoamericana es la única forma de:
- tener la fuerza para imposibilitar las movidas hiperinflacionarias y las corridas financieras que repetidamente los dueños internacionales del dinero lanzan a aquellos que pretenden huir de sus garras;
- tener la escala suficiente para repatriar las Reservas (que son nuestras pero están afuera financiando, por ejemplo, la capitalización del sistema financiero global para rescatarlo después del desfalco);
- romper con la dependencia del Central al Banco de Descuentos de Basilea y que pase a depender de Banco Propio;
- establecer un Fondo de Inversión del Sur para el Desarrollo;
- controlar soberanamente la moneda (que como equivalente general es ante todo una correlación de fuerzas, por lo cual se entiende que EEUU tenga una emisión monetaria del 340% del PBI, sin ningún respaldo en Reserva y nosotros tengamos una emisión del 16% de nuestro PBI), para que la moneda sirva como instrumento de desarrollo y no como instrumento de estrangulamiento económico y despojo mediante la subemisión monetaria (ver Si el Banco Central fuera nuestro todos los argentinos seríamos ricos, Walter A. Moore, 2-11-09);
- modificar la carta orgánica del Central para que no sólo proteja el valor de la moneda sino que también tenga como objetivos el crecimiento, el pleno empleo, el desarrollo y la distribución de la riqueza.
En Resumen, con el desarrollo y la expansión de las redes financieras transnacionales, al comando del bloque de poder angloamericano, el orden institucional que comenzó a configurarse es el del Estado Global, siendo la crisis actual parte de esa transición. El imperio global del dinero, o la forma imperialista más avanzada del capitalismo financiero transnacional, buscó institucionalizar como núcleo central de su dominio, el control del dinero y el control del sistema financiero mundial. En tanto la forma de capital dominante es el capital financiero, específicamente en su forma transnacional en la escala actual, dicho control permite configurar el mundo a su imagen y semejanza, desarrollar su poder transnacional, subordinar a los pueblos del orbe, como así también a bloques de poder y formas de capital más débiles.
Como ya lo dijo con claridad el famoso banquero M.A. Rothschild “Denme el control del suministro de dinero de una nación, y no me interesa quien haga sus leyes”. Eso es lo que está en juego en la Argentina y Latinoamericana, y no si el decreto del ejecutivo es correcto o no, si se dieron los pasos necesarios o no y si se respetó la forma de destitución del presidente del Banco Central. Sobre esta superficie acontece una batalla de escala global, para la cual es necesario comprender profundamente que la nación será latinoamericana o la nación nunca será.
CIEPE, enero de 2010
8 Feb 2010
Gentileza de Aldo Battisaco
Autores: Walter Formento y Gabriel Merino
“Denme el control del suministro de dinero de una nación, y no me interesa quien haga sus leyes”
M.A. Rothschild
Más allá de las formas y ribetes que adquiere el hecho del pedido de renuncia del presidente del Banco Central, Martín Redrado, y su resistencia a dejar el cargo, y las discusiones formales e institucionales acerca de la conformación del Fondo del Bicentenario, lo que está en juego es el control del Banco Central de la República Argentina por parte de los distintos proyectos estratégicos en pugna que configuran el drama de nuestro presente y de nuestra historia.
La creación de un Banco Central independiente y autónomo de las políticas de gobierno, controlado por los pulpos financieros transnacionales a través de sus cuadros (léase Martín Redrado) formados en sus universidades (Harvard, etc.) y en sus organismos financieros (Director Gerente de Security Pacific Bank; Salomon Brothers), es una de las formas institucionales claves que adquiere el control global del dinero y del sistema financiero global para apropiarse de la riqueza producida por los pueblos. Un Banco Central por país y un Banco Central Global que es el Banco de Descuentos Internacionales de Basilea . A esto le sigue un conjunto de instituciones globales de control, coerción, reglamentación e instrumentación de las políticas neoliberales cuyas máximas expresiones son el FMI y el Banco Mundial.
Dos instrumentos legales cristalizaron en Argentina el cambio de correlación de fuerzas a favor del poder financiero transnacional, con preponderancia de las redes angloamericanas, y sellaron el triunfo de dicha estrategia: la Ley de entidades Financieras sancionada en la dictadura neoliberal del 76′ y la Carta Orgánica del Banco Central creada en los 90′ bajo el menemismo, con la conducción arquitectónica de Domingo Cavallo, mediante la cual se planteó como objetivo del Banco Central solamente el sostenimiento del valor de la moneda quitando a la entidad el compromiso con el empleo, el desarrollo nacional y el crecimiento económico. Con estos dos instrumentos legales se formalizó el control del sistema financiero argentino por parte del bloque de poder financiero-primario exportador, con la consecuente destrucción de las fuerzas productivas nacionales y el pasaje de de la pobreza del 5% del total de la población (1974) a casi el 60% (2002) y de la desocupación de un 3% (1974) al 28% (2002) llegando al 50% si se le agrega la subocupación.
La creación del Fondo del Bicentenario por parte del ejecutivo nacional para usar parte de las reservas acumuladas fue lo que medió para que estallara el enfrentamiento por el control del Banco Central. La aparente contradicción de que dicho fondo se utilice para pagar deuda o para garantizar la misma con el fin de obtener tasas más bajas y, por otro lado, que los mismos tenedores de la deuda (las redes financieras y sus instrumentos: fondos de inversión, bancos, aseguradoras, etc.) así como sus representantes y el conjunto de fuerzas del proyecto estratégico colonial financiero-primario-exportador (de derecha, centro, centro-izquierda, izquierda, más arriba o más abajo, concientes o funcionales, pertenecientes a una u otra fracción, pero todas parte del régimen y consecuentes con sus 200 años de historia) otorga un manto de oscuridad a la situación.
La pregunta es, ¿Por qué esta aparente ‘tibia’ medida provoca tal reacción de escala internacional?
Parte de la explicación podemos encontrarla mucho antes desde los propios órganos del globalismo financiero con el pago de la deuda al FMI, que deja manifiestamente ridiculizada la incapacidad intrínseca de algunos sectores pretendidamente populares para comprender la realidad sobre la cual intervienen y, por lo tanto, interviniendo mal, en contra de los intereses del pueblo. El periódico The New York Times es muy claro con respecto a este hecho: “…el pago de 9.800 millones de dólares es un hecho simbólico importante y una señal más de que el presidente Néstor Kirchner parece estar concentrando más poder en sus manos e inclinando el gobierno hacia la izquierda. Desde una victoria electoral en octubre, Kirchner avanzó para establecer una alianza con el líder populista de Venezuela, Hugo Chávez, y para extender el control estatal en la economía, el poder judicial y los medios de comunicación … se asoma la amenaza antiinflacionaria y Kirchner respondió de una manera estatista, intentando imponer controles de precios a ciertos productos esenciales… Chávez ya compró más de 1.000 millones de dólares en bonos y podría comprar otros 2.000 millones más. Eso, más las fuertes exportaciones, le dieron a Kirchner el margen que necesita para cancelar las obligaciones con el FMI y postergar futuras negociaciones sobres cuestiones como política monetaria y tarifas de servicios públicos.” (citado por el diario Clarín, 4 de enero de 2006).
Como claramente lo observa el propio periódico de Nueva York, el pago de la deuda al FMI, que fue coordinado regionalmente con Brasil y Venezuela, significó un “giro a la izquierda”, un cambio drástico en la política regional para avanzar en el control de la economía por parte del estado en detrimento del “mercado” (léase del capital concentrado conducido por los grandes jugadores mundiales). Es decir, un avance de la autonomía relativa nacional-regional para desarrollar un proyecto propio de industrialización y valor agregado o, por lo menos, para cercenar el poder del bloque neoliberal. Obviamente, existía y existe otro escenario posible que es el no pago de la deuda externa por ser una herramienta de saqueo de los pueblos impuesta a partir de la dictadura con la estatización de la deuda privada y la imposición de deuda a las empresas públicas para luego ser privatizadas a precio vil. Siempre existe en términos abstractos un escenario más progresivo, un escenario puro e ideal. Sin embargo, existe una correlación de fuerzas concreta, existen otros que tienen otros objetivos y fuerza para llevarlos adelante y bloquear las estrategias que afectan sus intereses; y, por otro lado, aunque fuera posible llevar adelante la medida máxima del no pago del 100% de la deuda no por ello hay que dejar de observar el significado concreto de un hecho a la luz del enfrentamiento del conjunto de los intereses en pugna. Parafraseando: ‘un paso adelante del movimiento vale más que mil gramos de teorías y proclamas’.
Será un ex director del FMI para el hemisferio occidental, el argentino Claudio Loser (formado en la Universidad de Chicago y el argentino que más alto llegó en el Fondo Monetario Internacional), quien desde la vereda de enfrente ponga claridad sobre el asunto del Banco Central y el Fondo del Bicentenario: “‘Mi interpretación y de otros es que el gobierno quería tener más recursos para gastar internamente ya que el presupuesto tenía las partidas’ previstas para la cancelación de vencimientos de deuda de 2010″ (El Cronista Comercial, 16 de enero de 2010).
Tal cual lo señala y reprueba Claudio Loser, la medida del gobierno significa, en primer lugar, mayor inversión pública con lo cual se fortalece el mercado interno y se motoriza la economía en un escenario de crisis internacional que constituye una oportunidad para los países dependientes o semi-coloniales para desarrollar sus propios objetivos nacionales. Ante la posibilidad de pagar deuda con reservas o garantizarla para bajar la tasa de interés que se debe pagar por el préstamo, quedan liberados recursos del presupuesto para destinarlos al mercado interno a través de la inversión pública, que los neoliberales denominan “gasto público” como forma simbólica en su lucha para deslegitimar y propiciar la destrucción de lo público-estatal-nacional- regional.
Por ello el diario Londinense Financial Times, principal órgano financiero global angloamericano, advierte sobre la cuestión: “El sumario despido del presidente del Banco Central de la Argentina , Martín Redrado, por parte de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, es una señal más de que dicho potencialmente próspero país está siendo conducido en círculos por el filoso timón del populismo peronista.” (Financial Times, 10 de enero de 2010). Dicha editorial observa como populista el destinar fondos para el mercado interno y la inversión pública, en vez de guardar dichas reservas para proteger el sistema financiero hecho a su imagen y semejanza, que en algún momento derramará prosperidad más allá de los bolsillos de un puñado de empresas. Es decir, las reservas tienen que estar, por ejemplo, para fugar capital con total tranquilidad como hicieron los últimos dos años con cifras exorbitantes y no para invertir internamente ya que ello es populista y afecta la prosperidad del país -o mejor dicho su prosperidad.
En segundo lugar, la creación del fondo significa saltear el ahogo financiero externo, establecido tácitamente a través de las tasas usurarias del 15%, establecidas a partir del “riesgo país” (que para los países semi-coloniales o dependientes mide el grado de acercamiento o alejamiento con respecto a los grandes intereses financieros en general y con respecto al JP Morgan en particular), que actúa como forma de apriete para que la Argentina se discipline a las reglas impuestas por los pulpos financieros mundiales, esto es, según el decálogo establecido: achicamiento de la inversión pública (salud, educación, trabajo, infraestructura, etc.= “gasto” público), suba de las tarifas de los servicios públicos, no intervención del estado en la economía (control de precios, retenciones a las exportaciones, estatizaciones, inversiones, etc.) salvo para defender los intereses del capital concentrado, imposición de las reglas de juego pretendidas por los inversores extranjeros que se denomina “seguridad jurídica”, etc.
En tercer lugar, significa mermar la autarquía e independencia del Banco Central respecto de los intereses nacionales y, por lo tanto, mermar su heteronomía y dependencia con respecto al capital financiero, especialmente a las redes angloamericanas transnacionales, de las cuales Martín Redrado (presidente del Banco Central, proveniente del Cavallismo, graduado en Harvard y ligado a Alberto Fernández) es su fiel representante. Este punto es central ya que hace al problema estratégico, al fondo de la cuestión. Por ello, la primer acción de Redrado, junto con los distintos actores del bloque agro-mediático-financiero, fue obstaculizar la conformación del Fondo del Bicentenario. Y, ante el pedido de renuncia por parte del gobierno, atrincherarse en su cargo mediante las formas institucionales como fiel guardián de la “independencia” del Banco Central o, desde el otro lado del mostrador, de la dependencia del Banco Central con respecto al bloque de poder establecido a partir de la dictadura del 76′ y consolidado en los 90′ después de terminar de destruir al pueblo mediante la Guerra de Malvinas y el Golpe Hiperinflacionario del 88′- 89′ .
Con la conducción de Redrado en el Banco Central se garantizó la fuga del país de 37.178 millones de dólares entre 2008 y 2009, seis veces lo que significaría el fondo del bicentenario. Evidentemente, en ese momento no le interesó demasiado cuidar el dinero de los argentinos sino que por el contrario, en plena crisis internacional, avaló en la práctica, esgrimiendo su autonomía e independencia del gobierno, una impresionante fuga de capitales que representan aproximadamente un 10% del PBI. Es decir, como garante del poder financiero, formado en las redes que tienen al Citigroup como vértice (la fracción de capital más golpeada con la crisis financiera ya que al Lehman Brothers se lo tiraron sobre sus espaldas) garantizó que dispongan libremente de la riqueza argentina en un contexto en dónde más había que protegerla. El decidió, fiel a sus intereses, proteger al poder financiero en detrimento de los intereses nacionales. Poco creíble su actual defensa acérrima de los “ahorros de los argentinos” y demás arengas en defensa de los intereses nacionales.
Redrado, sabiendo que su salida del Banco Central es cuestión de tiempo ya que la comisión que se conforma en el congreso para evaluar su destitución es sólo consultiva, logra producir elementos para orquestar una “crisis institucional” mediante la amplificación mediática y la puesta en funcionamiento de los resortes de poder de la restauración conservadora, además de que se posiciona como posible candidato a Ministro de Economía de cara al 2011 (o antes) si logran su cometido de derribar al gobierno; posibilidad “diagnosticada” por el semanario financiero británico The Economist (diciembre de 2009), propiedad de Rothschild-Financial Times (aquí Cronista Comercial, propiedad práctica aunque no teórica de De Narváez).
En realidad, la llamada “crisis institucional” no es más que otro momento superior de la crisis orgánica de la Argentina producto de la lucha por la hegemonía entre proyectos estratégicos. La institucionalidad, cristalización de una correlación de fuerzas, institucionalización de los intereses dominantes en el estado, es lo que está en crisis desde la propia crisis de la convertibilidad que era el manto jurídico a partir del cual se consolidó el bloque de poder neoliberal en los 90′ . Cada medida transformadora, cada reforma que implique un cambio de orden, una nueva correlación de fuerzas, un cambio que no puede ser absorbido por el sistema neoliberal, pone en crisis la institucionalidad emanada del mismo. El enfrentamiento entre poderes del estado y la lucha con la utilización de instrumentos institucionales no refleja otra cosa que el enfrentamiento entre proyectos en el estado de correlaciones de fuerzas en nuestro territorio nacional-latinoamericano que se expresa incluso como contradicciones al interior del propio gobierno, producto de que la crisis orgánica de la Argentina , en el marco de la crisis global, barrió con los partidos políticos que organizaban a la sociedad y que pasaron a organizar -una vez destruidos y cooptados- el régimen de dominio de saqueo del pueblo y la desorganización del pueblo. Pero la escala de la crisis orgánica, que aquí se desarrolla en todo su esplendor y en plena superficie, es parte de la crisis orgánica de Nuestra América que se debate entre lo nuevo -el proyecto nacional, popular y latinoamericano- y la restauración de los viejo -el proyecto financiero primario exportador (neoliberalismo en términos generales)- , y es parte de la crisis internacional que no es otra cosa que la lucha por el establecimiento de un Nuevo Orden Mundial. Incluso Chile, país exaltado como modelo por las distintas fracciones neoliberales, entró en crisis con su modelo de progresismo financiero global-neoliberal, señalando que no existe posibilidad del híbrido neoliberalismo socialdemócrata (aquí ya estalló con la caída de De la Rúa , quien fue su estandarte), de un rostro progresista manteniendo la estructura excluyente, la fragmentación social, la desigualdad y el conjunto de los derechos humanos-sociales básicos privatizados.
Las llamadas “traiciones”, “golpes institucionales”, “movidas destituyentes” al interior del palacio protagonizadas por supuestos representantes del propio “gobierno”, que cambian su postura de la noche a la mañana, en realidad no expresan otra cosa que los tornillos que se aflojan a medida que se sumerge el submarino. Es decir, a medida que se profundiza el proceso de transformación, a medida de que en la resultante del gobierno -el poder ejecutivo- se producen cambios y reformas que rebasan los niveles de tolerancia de las estructuras de poder del régimen de dominio tradicional de la Argentina y sobrepasan los límites impuestos por los distintos intereses del bloque político-mediático financiero-primario-exportador porque producen transformaciones que instituyen los intereses del bloque nacional-popular de desarrollo industrial autónomo sostenido por el Estado, la producción y el Trabajo; a medida que se dan esos pasos, aunque fueran pequeños pasos, aunque a veces desde el campo del pueblo parezcan medidas tibias, los representantes de los intereses neoliberales, de sus distintas fracciones y expresiones políticas, de aquellas más débiles que incluso hasta ayer acompañaban -en función de sus intereses- el proceso histórico (cómo los grupos económicos locales), necesariamente se pasan “del otro lado”. En realidad no se pasan a ningún lado, siempre estuvieron allí, simplemente el tren siguió andando y ya no podían ir hacia la siguiente estación, se lo impide su lugar en el drama de la historia, en la estructura político-social, sus intereses concretos-materiales y su formación cultural.
Tanto Redrado-Citigroup-Clarin-Cavallo en la pelea por la política del Banco Central, como Cobos-AlbertoFernández-Clarín-Cargill-Citigroup con la 125 en 2008, o el Duhaldismo y el Vaticano en la discusión de la profundización del bloque suramericano-popular, la pelea contra el ALCA, la redistribución del ingreso con el restablecimiento de las paritarias y la presencia pública-estatal en la economía en 2005, ante ciertas medidas que afectan profundamente sus intereses estratégicos deben pasarse plenamente a la oposición política, utilizando incluso sus cuadros al interior del sistema institucional y que forman parte del “gobierno”.
La recuperación del Banco para los intereses nacionales
La respuesta institucional del gobierno al interior del Banco Central quitando la suma del poder a su presidente y volviendo el control del banco al directorio, es una medida central que trasciende incluso la coyuntura de la pelea con Redrado. Al haber delegado los poderes, el presidente del Banco Central poseía el control absoluto de la entidad. Si bien debía disciplinarse a la correlación de fuerzas y a las negociaciones con el gobierno, el margen de maniobra del presidente del Banco Central seguía siendo muy grande como para preservar la institucionalidad neoliberal y garantizar el control del sistema financiero argentina por parte de los Monopolios Financieros Transnacionales, Multinacionales y Regionales. Al haber 7 de los 10 directores del banco comprometidos o, por lo menos, cercanos a la idea y a los intereses que pretenden recuperar el Banco Central como herramienta de desarrollo nacional se da un paso concreto en el cambio de direccionamiento de la entidad.
Si esta ecuación se mantiene, con la política del Banco Central decidida por el directorio, incluso el otorgamiento de la presidencia a otro de los principales cuadros locales de los intereses financieros transnacionales, como lo es Mario Blejer, no mermaría el paso adelante que se ha dado.
Sin embargo, es solamente mediante la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central, la sanción de una nueva ley de entidades financieras y la conformación del Banco del Sur junto con el establecimiento de la moneda común del Sur -el Sucre- y el desarrollo de un Fondo Soberano del Sur, que se puede retomar el control del Sistema Financiero nacional-latinoamericano, para que el sistema financiero deje de ser la herramienta central de despojo de los Argentinos y Latinoamericanos, desde el cual se subordinan-controlan el conjunto de actividades productivas para apropiarse de la riqueza producida por los pueblos.
No es casualidad que el gobierno de Venezuela, el 11 de enero de 2010, tomara la medida de utilizar las reservas para crear un fondo de desarrollo, en línea con la estrategia de la Argentina. Venezuela posee 35 mil millones de dólares de reservas y se consideran 28 mil millones el nivel a partir del cual se considera de libre disponibilidad (En argentina hay 47mil millones y 30mil millones sería el limite de libre disponibilidad) por lo cual va a destinar los 7mil millones de diferencia para la creación de dicho fondo. Es decir, se trata de una misma estrategia suramericana en línea para la creación del Banco del Sur, la moneda del Sur y Fondo del Sur para lo cual es imprescindible recuperar el control soberano del Banco Central y de las reservas.
Es importante entender, para no caer en proposiciones abstractas y voluntaristas, que la única posibilidad de tener la suficiente masa crítica de poder para recuperar el sistema financiero y el control soberano de la moneda, así como también para cesar el pago de la deuda e iniciar su revisión, es mediante la integración Suramericana y la conformación del Banco del Sur junto, la moneda del Sur y el Fondo del Sur.
La importancia del Fondo del Sur, en la triada de instrumentos, es central ya que constituye el instrumento económico estratégico desde el cual desarrollar las fuerzas productivas endógenas, en una escala regional y con conocimiento estratégico propio. Sumando además, su capacidad flexible de desplazamiento rápido para desarticular diferentes modos subterráneos de ataques financieros destituyentes. Bajo las formas actuales de producción, junto con la banca como instrumento formal del desarrollo de las finanzas se desarrollan, por debajo de la superficie y como unidad económica central, los fondos de inversión, los cuales constituyen un sofisticado instrumento de inteligencia-inversión que maneja una enorme masa de dinero invertida en acciones, bonos, etc., y a partir del cual se controlan los directorios de bancos y corporaciones tecnológicas, automovilísticas, energéticas, mediáticas, comunicacionales, agrícolas, educativas (y de todo tipo). Es decir, se desarrolla la red financiera transnacional, en donde los bancos constituyen parte de la gerencia estratégica y los fondo de inversión son el dispositivo central de una red hiper-diversificada, con un máximo de anonimato y “clandestinidad”, donde se concentra la capacidad estratégica de operar globalmente controlando (y disputando el control) de las principales corporaciones multinacionales, que a su vez controlan hacia abajo a su red de proveedoras y tercerizadas.
Por ello en el escenario actual el conjunto de países-actores-territorios subordinados desarrollan estatalmente los fondos soberanos de inversión para contar con una herramienta económica (nutrida por lo general de las rentas producidas por la exportación de materias primas) que le de la fuerza necesaria, con la escala suficiente y la concentración de medios adecuada, para tener una relativa independencia en el escenario global. Este es el caso de China, Rusia e Irán (e incluso Francia) aunque no hay que confundir con otros fondos de países más bien cercanos a los poderes financieros globales, como en el caso de los Emiratos Árabes Unidos. Estos fondos soberanos constituyen una herramienta de poder con el cual avanzar en términos públicos-estatales sobre el control de la economía, enfrentándose al control capilar que las redes financieras mantienen sobre el conjunto de la producción, controlando los nodos centrales del proceso de generación de riqueza. Obviamente, la escala de los fondos soberanos, incluso de China, no llegan a compararse con la inmensidad de la escala de los fondos financieros transnacionales angloamericanos (y otros de menor escala como los japonenses y franco-germanos). Un fondo como el State Street Corp, fundado en Boston en 1832 y ligado al Citigroup (mayor accionista de dicho banco antes de la debacle financiera), tiene bajo custodia 17,9 billones de dólares (superando el PBI anual de los EEUU) y posee bajo administración 1,7 billones de dólares (aproximadamente 5 veces el PBI anual de argentina), dinero con el cual posee porcentajes de cientos de empresas multinacionales, a través de los cuales es parte de su directorio.
Desarrollar una escala regional y pensarnos en términos de nación latinoamericana-iberoamericana es la única forma de:
- tener la fuerza para imposibilitar las movidas hiperinflacionarias y las corridas financieras que repetidamente los dueños internacionales del dinero lanzan a aquellos que pretenden huir de sus garras;
- tener la escala suficiente para repatriar las Reservas (que son nuestras pero están afuera financiando, por ejemplo, la capitalización del sistema financiero global para rescatarlo después del desfalco);
- romper con la dependencia del Central al Banco de Descuentos de Basilea y que pase a depender de Banco Propio;
- establecer un Fondo de Inversión del Sur para el Desarrollo;
- controlar soberanamente la moneda (que como equivalente general es ante todo una correlación de fuerzas, por lo cual se entiende que EEUU tenga una emisión monetaria del 340% del PBI, sin ningún respaldo en Reserva y nosotros tengamos una emisión del 16% de nuestro PBI), para que la moneda sirva como instrumento de desarrollo y no como instrumento de estrangulamiento económico y despojo mediante la subemisión monetaria (ver Si el Banco Central fuera nuestro todos los argentinos seríamos ricos, Walter A. Moore, 2-11-09);
- modificar la carta orgánica del Central para que no sólo proteja el valor de la moneda sino que también tenga como objetivos el crecimiento, el pleno empleo, el desarrollo y la distribución de la riqueza.
En Resumen, con el desarrollo y la expansión de las redes financieras transnacionales, al comando del bloque de poder angloamericano, el orden institucional que comenzó a configurarse es el del Estado Global, siendo la crisis actual parte de esa transición. El imperio global del dinero, o la forma imperialista más avanzada del capitalismo financiero transnacional, buscó institucionalizar como núcleo central de su dominio, el control del dinero y el control del sistema financiero mundial. En tanto la forma de capital dominante es el capital financiero, específicamente en su forma transnacional en la escala actual, dicho control permite configurar el mundo a su imagen y semejanza, desarrollar su poder transnacional, subordinar a los pueblos del orbe, como así también a bloques de poder y formas de capital más débiles.
Como ya lo dijo con claridad el famoso banquero M.A. Rothschild “Denme el control del suministro de dinero de una nación, y no me interesa quien haga sus leyes”. Eso es lo que está en juego en la Argentina y Latinoamericana, y no si el decreto del ejecutivo es correcto o no, si se dieron los pasos necesarios o no y si se respetó la forma de destitución del presidente del Banco Central. Sobre esta superficie acontece una batalla de escala global, para la cual es necesario comprender profundamente que la nación será latinoamericana o la nación nunca será.
CIEPE, enero de 2010
jueves, 11 de febrero de 2010
LA CONSTRUCCION DE EDIFICIOS EN LOS BARRIOS DE ROSARIO
Por Arq. Roberto O. Marra*
En la nota publicada en el Diario La Capital del 8/2/10, la Asociación de Empresarios de la Vivienda y el Colegio de Arquitectos explican las razones del corrimiento de las inversiones en construcción de edificios de departamentos hacia los barrios, como producto de la aplicación del nuevo Código Urbano que impide construir más de 7 pisos en el Área Central y otras limitaciones similares en el primer anillo perimetral.
Todo lo que dicen los representantes de estas Instituciones refieren a un solo tema: el costo-beneficio económico.
domingo, 7 de febrero de 2010
APOLOGÍA DEL APAGÓN
Por: Santiago Alba Rico
Los aeropuertos se han convertido en el símbolo y el motor de la civilización capitalista: lugares de paso -hacia otros lugares de paso- donde está siempre a punto de estancarse un tiempo muerto, o un tiempo-basura, cuya superfluidad total sólo puede dirigirse hacia el consumo. En el Leonardo da Vinci, en Roma, hace dos años, tuve una experiencia angustiosa. En tránsito hacia Túnez, me dirigía hacia mi puerta de embarque por un pasillo de maravillas, flanqueado por una sucesión de cafés, comercios y boutiques -todas las marcas, todos los prestigios- que saturaban de luz cegadora hasta el último rincón del campo visual. De pronto, a mi derecha, un enorme cartel apremiante me alertó de las consecuencias de seguir avanzando. Se me encogió el corazón. "ATENCIÓN. Todavía está usted a tiempo de volver atrás. A partir de este punto ya no hay tiendas". Lo malo no es que a partir de ese punto no hubiera tiendas; es que no había nada. Las puertas de embarque habían sido confinadas en un espacio intencionadamente desnudo y sombrío, sucio y vacío, abandonado a su suerte. Como en los cuentos, si se hacía caso omiso de la advertencia se pasaba abruptamente de un mundo brillante y colorido a otro sórdido y amenazador: de la felicidad a la pesadumbre, de la libertad a la prisión, de la luz a la oscuridad. El efecto era tan traumático que resultaba imposible no volver sobre los propios pasos para buscar con ansiedad, no alimentos, bebidas o chucherías, no, sino un poco de luz eléctrica.
Somos adictos al sexo, a la velocidad, a los espectáculos, al plástico, pero somos adictos, sobre todo, a la luz eléctrica. No hay nada de extraño en nuestra dependencia energética; sin ella ni la industria ni la sanidad ni la cultura serían ya posibles. Lo extraño es nuestra dependencia estética; el hecho, es decir, de que esa luz que el novelista inglés Robert Louis Stevenson consideraba, por contraste con la del fuego, "un horror para realzar otros horrores", nos parezca tan hermosa, hasta el punto de que su prestigio se utiliza para reforzar todas las otras adicciones. La Razón, que los franceses llamaban les lumiéres -las luces- sólo necesitaba una lamparita para activarse; las luces que persiguen y destierran hoy todas las sombras han acabado por ofuscar y cegar a la Razón misma. ¿Necesitamos tanta luz? ¿Es realmente bonita la luz eléctrica? ¿Es de verdad interesante una luz que no produce sombras?
Nunca me atrevería a hacer en Cuba una "apología del apagón", pero todos los niños saben cuántos mundos más excitantes se ocultan detrás de ese muro de claridad plana; cuando cae se levantan tras él profundidades inauditas. En las casas tradicionales japonesas, nos cuenta el escritor Tanizaki, el centro del hogar no era la televisión sino un "hueco" -el toko no ma - destinado a delimitar una sombra como punto de arraigo y exploración de la mirada. La sombra, que es la ropa del tiempo, ha sido arrancada de todas las superficies en un frenesí de vatios, trapos y cosméticos. No sólo hemos acabado por identificar la seguridad, la higiene y la belleza con la luz eléctrica sino que también la asociamos a la emoción del espectáculo. Al contrario de lo que le ocurre a la razón, nada inmóvil y oscuro puede atraer la mirada del consumidor.
Y sin embargo, el primer espectáculo, aquel que define al ser humano como precisamente humano, aquel del que ha surgido todo lo que hemos hecho y todo lo que somos, tiene que ver con la oscuridad y la quietud. El exceso de luz del capitalismo, lo sabemos, tiene un coste ecológico insostenible: el mediodía perpetuo de las grandes ciudades -mientras 2.000 millones de personas permanecen a oscuras- consume 1,5 Gtep de energía eléctrica, del que el 81% procede de centrales termoeléctricas. Dubai, el país con la mayor huella ecológica del planeta, acaba de construir la torre más alta del mundo, 860 metros, cuyo consumo diario de electricidad -mientras un keniata disfruta de tan sólo 140 kwh al año- equivale a 500.000 bombillas de 100 w encendidos al mismo tiempo y sin interrupción. Pero la llamada "contaminación lumínica" no tiene sólo un coste ecológico de dimensiones catastróficas; se acompaña también de una catástrofe cultural, estética, antropológica. En el campo, en una noche sin luna, pueden verse a ojo desnudo hasta 2.500 estrellas. En las ciudades, donde vive ya la mayor parte de la humanidad, si levantamos la cabeza (¿y quién va a levantar la cabeza habiendo escaparates iluminados a un lado y otro de la calle?) apenas si alcanzamos a distinguir entre diez y doscientas estrellas, según se viva más o menos cerca del centro urbano. Un estudio de Global at night indica que el 99% de la población estadounidense y europea y los dos tercios de la población mundial vive bajo un cielo fotocontaminado. Más inquietante aún: el 93% de los habitantes de Estados Unidos, el 90% de los europeos y el 40% de la población mundial vive en un permanente y artificial claro de luna. Pero más inquietante aún: el 80% de los estadounidenses, el 70% de los europeos y más de un cuarto de la población mundial vive en un falso plenilunio ininterrumpido. Para ellos -para nosotros- nunca llega a hacerse realmente de noche, de manera que hemos perdido la posibilidad de ver la Vía Láctea; es decir, la galaxia en la que habitamos y que nos permite orientarnos en el cosmos. Nuestros cielos son tapas o valvas que ocultan el firmamento. Como moluscos, estamos encerrados dentro.
¿Es muy grave esta pérdida? En uno de sus más famosos poemas de amor, Neruda escribió: " La noche está estrellada y tiritan, azules, los astros a lo lejos". Al final de una de sus más famosas obras, el filósofo Kant escribió: "Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí". Y en uno de los pasajes de una de sus más famosas novelas, Joseph Conrad escribió: "Era una de esas noches claras, estrelladas, cubiertas de rocío, que oprimen el espíritu y aplastan nuestro orgullo con la brillante prueba de la terrible soledad, de la oscura insignificancia desesperada de nuestro planeta".
¿Y qué? ¿Es tan grave no poder escribir ya frases como ésta? ¿Habrá que conservar las estrellas por cursi elitismo literario? No. Fueron necesarios millones de años de evolución para que una criatura viva se irguiese sobre sus pies, rellenase su casco craneal y levantase sus ojos hacia las estrellas. Desde allí se vio, desde allí se conoció, desde allí interiorizó sus límites: mediante ese gesto de alzar la cabeza hacia el cielo para compararse con él, un animal -y sólo ése- se hizo humano. El amor, la moral, la razón, la conciencia de la mortalidad -que es de lo que hablan Neruda, Kant y Conrad cuando evocan las estrellas- son inseparables de esa transformación. Y la contaminación lumínica, por tanto, tiene el efecto de un retroceso catastrófico en la evolución filogenética de la Humanidad. En un tiempo estuvimos encerrados en valvas, escamas, plumas, pieles, sin ninguna salida a la luz; hoy estamos encerrados precisamente en nuestra luz, de la que no podemos salir hacia las estrellas.
Es imperativo desintoxicarse de la luz eléctrica, reacostumbrarse a la belleza de las sombras, recuperar el misterio y profundidad de la razón. Sí, me voy a atrever a hacer una apología del apagón: del apagón controlado, relativo, igualitario, liberador, humanizador. De ese apagón que embridará los vatios y desnudará los astros, velados por un puritano exceso de luz. De ese apagón que apagará Dubai y Nueva York y encenderá la Osa Mayor. De ese apagón, en fin, del que depende, en materia y en espíritu, la posibilidad misma de formar parte de la Humanidad.
¿Es apagón? ¿O es revolución?
Este texto forma parte de un libro de inminente aparición, ''El naufragio del Hombre'', del que también es autor Carlos Fernández Liria y que publicará la editorial Hiru: http://www.hiru-ed.com/COLECCIONES/PENSAR/El-naufragio-del-hombre.htm
Enlace a la editorial Hiru: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=99585
JUEVES 4 DE FEBRERO DE 2010 - TELESUR.
Por: Santiago Alba Rico
Los aeropuertos se han convertido en el símbolo y el motor de la civilización capitalista: lugares de paso -hacia otros lugares de paso- donde está siempre a punto de estancarse un tiempo muerto, o un tiempo-basura, cuya superfluidad total sólo puede dirigirse hacia el consumo. En el Leonardo da Vinci, en Roma, hace dos años, tuve una experiencia angustiosa. En tránsito hacia Túnez, me dirigía hacia mi puerta de embarque por un pasillo de maravillas, flanqueado por una sucesión de cafés, comercios y boutiques -todas las marcas, todos los prestigios- que saturaban de luz cegadora hasta el último rincón del campo visual. De pronto, a mi derecha, un enorme cartel apremiante me alertó de las consecuencias de seguir avanzando. Se me encogió el corazón. "ATENCIÓN. Todavía está usted a tiempo de volver atrás. A partir de este punto ya no hay tiendas". Lo malo no es que a partir de ese punto no hubiera tiendas; es que no había nada. Las puertas de embarque habían sido confinadas en un espacio intencionadamente desnudo y sombrío, sucio y vacío, abandonado a su suerte. Como en los cuentos, si se hacía caso omiso de la advertencia se pasaba abruptamente de un mundo brillante y colorido a otro sórdido y amenazador: de la felicidad a la pesadumbre, de la libertad a la prisión, de la luz a la oscuridad. El efecto era tan traumático que resultaba imposible no volver sobre los propios pasos para buscar con ansiedad, no alimentos, bebidas o chucherías, no, sino un poco de luz eléctrica.
Somos adictos al sexo, a la velocidad, a los espectáculos, al plástico, pero somos adictos, sobre todo, a la luz eléctrica. No hay nada de extraño en nuestra dependencia energética; sin ella ni la industria ni la sanidad ni la cultura serían ya posibles. Lo extraño es nuestra dependencia estética; el hecho, es decir, de que esa luz que el novelista inglés Robert Louis Stevenson consideraba, por contraste con la del fuego, "un horror para realzar otros horrores", nos parezca tan hermosa, hasta el punto de que su prestigio se utiliza para reforzar todas las otras adicciones. La Razón, que los franceses llamaban les lumiéres -las luces- sólo necesitaba una lamparita para activarse; las luces que persiguen y destierran hoy todas las sombras han acabado por ofuscar y cegar a la Razón misma. ¿Necesitamos tanta luz? ¿Es realmente bonita la luz eléctrica? ¿Es de verdad interesante una luz que no produce sombras?
Nunca me atrevería a hacer en Cuba una "apología del apagón", pero todos los niños saben cuántos mundos más excitantes se ocultan detrás de ese muro de claridad plana; cuando cae se levantan tras él profundidades inauditas. En las casas tradicionales japonesas, nos cuenta el escritor Tanizaki, el centro del hogar no era la televisión sino un "hueco" -el toko no ma - destinado a delimitar una sombra como punto de arraigo y exploración de la mirada. La sombra, que es la ropa del tiempo, ha sido arrancada de todas las superficies en un frenesí de vatios, trapos y cosméticos. No sólo hemos acabado por identificar la seguridad, la higiene y la belleza con la luz eléctrica sino que también la asociamos a la emoción del espectáculo. Al contrario de lo que le ocurre a la razón, nada inmóvil y oscuro puede atraer la mirada del consumidor.
Y sin embargo, el primer espectáculo, aquel que define al ser humano como precisamente humano, aquel del que ha surgido todo lo que hemos hecho y todo lo que somos, tiene que ver con la oscuridad y la quietud. El exceso de luz del capitalismo, lo sabemos, tiene un coste ecológico insostenible: el mediodía perpetuo de las grandes ciudades -mientras 2.000 millones de personas permanecen a oscuras- consume 1,5 Gtep de energía eléctrica, del que el 81% procede de centrales termoeléctricas. Dubai, el país con la mayor huella ecológica del planeta, acaba de construir la torre más alta del mundo, 860 metros, cuyo consumo diario de electricidad -mientras un keniata disfruta de tan sólo 140 kwh al año- equivale a 500.000 bombillas de 100 w encendidos al mismo tiempo y sin interrupción. Pero la llamada "contaminación lumínica" no tiene sólo un coste ecológico de dimensiones catastróficas; se acompaña también de una catástrofe cultural, estética, antropológica. En el campo, en una noche sin luna, pueden verse a ojo desnudo hasta 2.500 estrellas. En las ciudades, donde vive ya la mayor parte de la humanidad, si levantamos la cabeza (¿y quién va a levantar la cabeza habiendo escaparates iluminados a un lado y otro de la calle?) apenas si alcanzamos a distinguir entre diez y doscientas estrellas, según se viva más o menos cerca del centro urbano. Un estudio de Global at night indica que el 99% de la población estadounidense y europea y los dos tercios de la población mundial vive bajo un cielo fotocontaminado. Más inquietante aún: el 93% de los habitantes de Estados Unidos, el 90% de los europeos y el 40% de la población mundial vive en un permanente y artificial claro de luna. Pero más inquietante aún: el 80% de los estadounidenses, el 70% de los europeos y más de un cuarto de la población mundial vive en un falso plenilunio ininterrumpido. Para ellos -para nosotros- nunca llega a hacerse realmente de noche, de manera que hemos perdido la posibilidad de ver la Vía Láctea; es decir, la galaxia en la que habitamos y que nos permite orientarnos en el cosmos. Nuestros cielos son tapas o valvas que ocultan el firmamento. Como moluscos, estamos encerrados dentro.
¿Es muy grave esta pérdida? En uno de sus más famosos poemas de amor, Neruda escribió: " La noche está estrellada y tiritan, azules, los astros a lo lejos". Al final de una de sus más famosas obras, el filósofo Kant escribió: "Dos cosas llenan el ánimo de admiración y respeto, siempre nuevos y crecientes, cuanto con más frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí". Y en uno de los pasajes de una de sus más famosas novelas, Joseph Conrad escribió: "Era una de esas noches claras, estrelladas, cubiertas de rocío, que oprimen el espíritu y aplastan nuestro orgullo con la brillante prueba de la terrible soledad, de la oscura insignificancia desesperada de nuestro planeta".
¿Y qué? ¿Es tan grave no poder escribir ya frases como ésta? ¿Habrá que conservar las estrellas por cursi elitismo literario? No. Fueron necesarios millones de años de evolución para que una criatura viva se irguiese sobre sus pies, rellenase su casco craneal y levantase sus ojos hacia las estrellas. Desde allí se vio, desde allí se conoció, desde allí interiorizó sus límites: mediante ese gesto de alzar la cabeza hacia el cielo para compararse con él, un animal -y sólo ése- se hizo humano. El amor, la moral, la razón, la conciencia de la mortalidad -que es de lo que hablan Neruda, Kant y Conrad cuando evocan las estrellas- son inseparables de esa transformación. Y la contaminación lumínica, por tanto, tiene el efecto de un retroceso catastrófico en la evolución filogenética de la Humanidad. En un tiempo estuvimos encerrados en valvas, escamas, plumas, pieles, sin ninguna salida a la luz; hoy estamos encerrados precisamente en nuestra luz, de la que no podemos salir hacia las estrellas.
Es imperativo desintoxicarse de la luz eléctrica, reacostumbrarse a la belleza de las sombras, recuperar el misterio y profundidad de la razón. Sí, me voy a atrever a hacer una apología del apagón: del apagón controlado, relativo, igualitario, liberador, humanizador. De ese apagón que embridará los vatios y desnudará los astros, velados por un puritano exceso de luz. De ese apagón que apagará Dubai y Nueva York y encenderá la Osa Mayor. De ese apagón, en fin, del que depende, en materia y en espíritu, la posibilidad misma de formar parte de la Humanidad.
¿Es apagón? ¿O es revolución?
Este texto forma parte de un libro de inminente aparición, ''El naufragio del Hombre'', del que también es autor Carlos Fernández Liria y que publicará la editorial Hiru: http://www.hiru-ed.com/COLECCIONES/PENSAR/El-naufragio-del-hombre.htm
Enlace a la editorial Hiru: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=99585
JUEVES 4 DE FEBRERO DE 2010 - TELESUR.
sábado, 6 de febrero de 2010
POLÍTICAS URBANAS
LA VIDA NO VALE NADA
Los obreros de la construcción son el último eslabón de una maquinaria que mueve una enorme cantidad de dinero, de la cual son ellos los que menos reciben y los que más dan para generarla. El desprecio por sus vidas de trabajadores es histórico, y la falta de alguna acción concreta y real que los proteja, expuestos como están en forma permanente a los riesgos que la actividad genera por sus características, lo confirma.
¿Dónde está la solidaridad con la que se llenan la boca los funcionarios en los discursos?. La primera reacción luego de cada “accidente” en una obra en construcción es salvar sus respectivos “pellejos”, marcando los supuestos límites de sus responsabilidades. Si el Reglamento no los obliga a cumplir con controles más estrictos y asiduos, entonces ¿no debieran entrar en acción esos mecanismos que se supone tenemos todos los seres humanos y que nos impulsan a proteger a los más débiles, a los más expuestos a riesgos salvables con simples medidas de prevención? La siguiente duda es casi obvia: ¿son humanos estos funcionarios que se escudan en las letras de un Reglamento a todas luces incompleto? ¿Qué defienden con sus actitudes burocráticas más propias de las ratas que se esconden en sus madrigueras? Seguro que la culpa final la termina teniendo la “falta de presupuesto” que, como sabemos, “depende de Dios”, no de quienes fueron electos o designados por éstos para administrarlo.
Tampoco ayuda mucho la falta de compromiso total y militante de los profesionales y sus respectivos Colegios con los controles más estrictos en sus obras para impedir más muertos en ellas. ¿Por qué, por ejemplo, no parar inmediatamente una obra cuando el profesional note la más mínima falta de elementos de seguridad? ¿Importan más los beneficios personales y corporativos que la vida de quienes con sus manos materializan sus ideas y proyectos? Para que hablar sobre la absoluta inutilidad de las “A.R.T”, empresas que solo tienen en cuenta sus rentabilidades, enormes y desproporcionadas con respecto a los beneficios que resultan de sus existencias.
Pero nada de todo esto sería posible sin una Sociedad que acepta pasivamente, con “naturalidad”, la muerte periódica de obreros de la construcción. Imposible esperar “cacerolazos” para defender la vida de esos “ciudadanos de segunda”, de los “negros”, de los “bolitas”, de los “paraguas”. Después de todo “si no se cuidan es su culpa”, dirán con su acostumbrado tono “paquete”. Además “siempre habrá otros pobres” que van a reemplazar a los que mueren por construir aquello que jamás podrán soñar siquiera en ocupar. Con el mismo desprecio que siempre se ha manifestado la clase media hacia los más pobres, así se dan las políticas desdeñosas del cuidado de sus vidas por un Gobierno Municipal que está decidido...... a continuar todo como está.
Arq. Roberto O. Marra
Los obreros de la construcción son el último eslabón de una maquinaria que mueve una enorme cantidad de dinero, de la cual son ellos los que menos reciben y los que más dan para generarla. El desprecio por sus vidas de trabajadores es histórico, y la falta de alguna acción concreta y real que los proteja, expuestos como están en forma permanente a los riesgos que la actividad genera por sus características, lo confirma.
¿Dónde está la solidaridad con la que se llenan la boca los funcionarios en los discursos?. La primera reacción luego de cada “accidente” en una obra en construcción es salvar sus respectivos “pellejos”, marcando los supuestos límites de sus responsabilidades. Si el Reglamento no los obliga a cumplir con controles más estrictos y asiduos, entonces ¿no debieran entrar en acción esos mecanismos que se supone tenemos todos los seres humanos y que nos impulsan a proteger a los más débiles, a los más expuestos a riesgos salvables con simples medidas de prevención? La siguiente duda es casi obvia: ¿son humanos estos funcionarios que se escudan en las letras de un Reglamento a todas luces incompleto? ¿Qué defienden con sus actitudes burocráticas más propias de las ratas que se esconden en sus madrigueras? Seguro que la culpa final la termina teniendo la “falta de presupuesto” que, como sabemos, “depende de Dios”, no de quienes fueron electos o designados por éstos para administrarlo.
Tampoco ayuda mucho la falta de compromiso total y militante de los profesionales y sus respectivos Colegios con los controles más estrictos en sus obras para impedir más muertos en ellas. ¿Por qué, por ejemplo, no parar inmediatamente una obra cuando el profesional note la más mínima falta de elementos de seguridad? ¿Importan más los beneficios personales y corporativos que la vida de quienes con sus manos materializan sus ideas y proyectos? Para que hablar sobre la absoluta inutilidad de las “A.R.T”, empresas que solo tienen en cuenta sus rentabilidades, enormes y desproporcionadas con respecto a los beneficios que resultan de sus existencias.
Pero nada de todo esto sería posible sin una Sociedad que acepta pasivamente, con “naturalidad”, la muerte periódica de obreros de la construcción. Imposible esperar “cacerolazos” para defender la vida de esos “ciudadanos de segunda”, de los “negros”, de los “bolitas”, de los “paraguas”. Después de todo “si no se cuidan es su culpa”, dirán con su acostumbrado tono “paquete”. Además “siempre habrá otros pobres” que van a reemplazar a los que mueren por construir aquello que jamás podrán soñar siquiera en ocupar. Con el mismo desprecio que siempre se ha manifestado la clase media hacia los más pobres, así se dan las políticas desdeñosas del cuidado de sus vidas por un Gobierno Municipal que está decidido...... a continuar todo como está.
Arq. Roberto O. Marra
VERDADES MENTIROSAS
Por Arq. Roberto Marra*
Rosario ha sido convertida claramente en una Ciudad fragmentada en sectores diferenciados básicamente por el nivel adquisitivo de sus habitantes.
Una de las realidades más contrastantes resultan la opulencia de los barrios exclusivos y los countries tan promovidos por este Gobierno Municipal, frente a los más de 150.000 habitantes de “villas miseria”, que viven en condiciones paupérrimas, con hacinamiento, falta de cloacas, de gas, de pavimentos, de desagües pluviales, de transporte.
Resulta obviamente indispensable entonces crear las condiciones para la generación de puestos de trabajos, la elevación de la capacitación, la mejora educacional, la adopción de medidas desde el Estado Municipal destinadas a promover la industria, como “madre” de la inclusión social a través del empleo digno, generándolo a través del impulso a la creación de áreas o parques industriales con ventajas fundamentalmente para las pequeñas industrias, que resultan las que más puestos de trabajo generan. El Estado Municipal tiene las herramientas a su disposición para todo ello; claro, si se lo propone.
Pero la política de este Gobierno Municipal está claramente direccionado a lo contrario: un llamativo desarrollo de las áreas centrales, la costa y los mejores terrenos suburbanos, con emprendimientos de gran envergadura destinados a la “cultura shoping”, a los barrios exclusivos y excluyentes, a grandes avenidas que los interconecten, y todo con un gran marketing.
La “Rosario turística” sólo puede mostrar esa mediocre copia de una “Nueva York” de tercer mundo, en vez de impulsar una Ciudad inclusiva, abierta, creativa y creadora de una imagen propia generada por el devenir de las culturas que la conformaron y la alimentan. El “orgullo de ser rosarino” no puede ser tal cuando se abandonan a su suerte a miles de conciudadanos por la ineptitud o, lo que es peor, por la actitud denigrante de la traición, no sólo a los que dicen ser sus “ideales”, sino a los mínimos deberes que como funcionarios no cumplen.
Con cinismo hablan de un “plan urbano”, planteando una “hermosa” ciudad del futuro, sin explicar, porque no les interesa, como van a solucionar la pobreza estructural de esta ciudad, la que no podrán seguir endilgando siempre por completo a los gobiernos nacionales, como antes lo hacían con los provinciales.
No es ineptitud, no. Es una clara decisión tomada respecto de que privilegian: entre el Pueblo y la élite económica, sin dudas han elegido a esta última. Los hechos, las medidas, las acciones y las omisiones lo muestran con palmaria claridad.
Siempre con su soberbia actitud de “sabelotodos”, cada integrante de estos gobiernos (el provincial es un “calco”, con más territorio) anuncian que “todo está bien”, que la ciudad está cada vez mejor, que nos admiran en el mundo, que somos la “Barcelona argentina”. Y anuncian con una absoluta frialdad frente a los dramas cotidianos de centenares de miles de rosarinos, obras imponentes que servirán, como todas ellas, para el goce de unos pocos y la mirada absorta de las mayorías, incapaces de comprender como se puede ser tan hipócrita.
Cuando se miente tanto, se termina creyendo las propias mentiras. Y como en una espiral, la Ciudad se desliza entre tantas falsedades hacia un destino de marginación absoluta y de desigualdad extrema, al que se llegará sin remedio si no se cambian los paradigmas en su desarrollo. Tendrán que comprenderlo o se deberán enfrentar a una Sociedad que terminará juzgándolo como lo que son: empecinados aprendices de neoliberales encubiertos tras su lustrosa pátina de pseudo-progresistas.
INFANCIA Y ADOLESCENCIA
EL ORIGEN DE LA MUERTE
¿Puede acaso asombrarnos el desarrollo exponencial del consumo de sustancias psicótropas con las condiciones sociales padecidas por los niños, adolescentes y adultos?
Dentro de los sectores más empobrecidos de la sociedad, que generación tras generación sólo ven aumentar su exclusión y la miseria en la que están inmersos, la proliferación del consumo de las sustancias más peligrosas, como el “paco”, es el “agujero negro” social al que los asesinos generadores de ese veneno envían a los chicos más desesperanzados. Allí encontrarán la muerte, primero social y luego física, lo cual en definitiva parece ser el objetivo de quienes fomentan su uso indiscriminado desde la más temprana edad.
Si la perversión de enviar a la muerte a los niños puede ya ser insoportable para quienes mantenemos una actitud consciente de defensa de la vida, más aún resulta incomprensible la manifiesta desaprensión de enormes sectores de la sociedad, viendo destruirse tantas vidas jóvenes sin mover un dedo para evitarlo, para combatirlo, para rebelarse contra esta parodia de sociedad, in-solidaria y egoísta, que sin dudas todos ayudaron a construir. Tienta pensar que les pesará en sus conciencias; pero luego cabe preguntarse: ¿tendrán conciencia?. Corazón seguro que no.
Descartar humanos como se descartan objetos inútiles fue la ideología aplicada desde hace mucho tiempo con el único fin de apoderarse del fruto del trabajo y el esfuerzo de millones de argentinos. Atraparon en las celdas de la miseria excluyente a tantos compatriotas a los que encima de ello se los estigmatiza como lacras sociales por los mismos productores de la miseria padecida, con el acompañamiento de los incapaces que siempre adhieren a las ideologías facistoides convencidos de ser parte de un poder del que ni siquiera comprenden su origen.
Son los que piden pena de muerte, mirando para el costado ante estos “ajusticiamientos” lentos o ante el “gatillo fácil” de los policías corruptos. Son los que participan de las marchas por la “seguridad ¿ya?” y los que se aíslan en los countries. Son los que gritan y se exaltan ante los “piqueteros” cortando alguna calle, pero aplauden entusiastas los cortes de rutas de sus admirados y ricos congéneres, cómplices todos de cuanto gobierno de facto o corrupto haya asolado nuestro País, causando los males y desmanes que originaron tanta muerte y miseria.
Lavan sus culpas con algún paquete de harina, “solidariamente” entregado a los afectados por algún cataclismo o llenando los templos con su hipocresía de falsos rezos a un Dios del que no son dignos, y ante “Monseñores” tan alejados de los conceptos de la religión a la que dicen representar como sus indignos “feligreses”.
A pesar de todo, y de todos, se puede cambiar la vida y el destino de muerte de los más jóvenes. Es imperioso participar y trabajar desde ahora entre todos quienes asumimos y mantenemos la capacidad de comprender la realidad para modificarla a favor de las mayorías postergadas de siempre.
Aunque lo parezca, nada está perdido si algunos nos atrevemos a luchar por torcer el supuesto destino a través de la mejor estrategia: la inclusión. Inclusión social, pero también inclusión familiar. Generar lazos renovados de relaciones sociales, promover acciones y actitudes solidarias con y entre los jóvenes, abordar sus problemas individuales convirtiéndolos en comunitarios, son las lógicas maneras de encarar tan profundo dislate al que nos condujeron quienes hace décadas implementaron las políticas económicas y sociales que produjeron semejante degradación moral.
Prof. Claudia Saldaña
Diputada Provincial
¿Puede acaso asombrarnos el desarrollo exponencial del consumo de sustancias psicótropas con las condiciones sociales padecidas por los niños, adolescentes y adultos?
Dentro de los sectores más empobrecidos de la sociedad, que generación tras generación sólo ven aumentar su exclusión y la miseria en la que están inmersos, la proliferación del consumo de las sustancias más peligrosas, como el “paco”, es el “agujero negro” social al que los asesinos generadores de ese veneno envían a los chicos más desesperanzados. Allí encontrarán la muerte, primero social y luego física, lo cual en definitiva parece ser el objetivo de quienes fomentan su uso indiscriminado desde la más temprana edad.
Si la perversión de enviar a la muerte a los niños puede ya ser insoportable para quienes mantenemos una actitud consciente de defensa de la vida, más aún resulta incomprensible la manifiesta desaprensión de enormes sectores de la sociedad, viendo destruirse tantas vidas jóvenes sin mover un dedo para evitarlo, para combatirlo, para rebelarse contra esta parodia de sociedad, in-solidaria y egoísta, que sin dudas todos ayudaron a construir. Tienta pensar que les pesará en sus conciencias; pero luego cabe preguntarse: ¿tendrán conciencia?. Corazón seguro que no.
Descartar humanos como se descartan objetos inútiles fue la ideología aplicada desde hace mucho tiempo con el único fin de apoderarse del fruto del trabajo y el esfuerzo de millones de argentinos. Atraparon en las celdas de la miseria excluyente a tantos compatriotas a los que encima de ello se los estigmatiza como lacras sociales por los mismos productores de la miseria padecida, con el acompañamiento de los incapaces que siempre adhieren a las ideologías facistoides convencidos de ser parte de un poder del que ni siquiera comprenden su origen.
Son los que piden pena de muerte, mirando para el costado ante estos “ajusticiamientos” lentos o ante el “gatillo fácil” de los policías corruptos. Son los que participan de las marchas por la “seguridad ¿ya?” y los que se aíslan en los countries. Son los que gritan y se exaltan ante los “piqueteros” cortando alguna calle, pero aplauden entusiastas los cortes de rutas de sus admirados y ricos congéneres, cómplices todos de cuanto gobierno de facto o corrupto haya asolado nuestro País, causando los males y desmanes que originaron tanta muerte y miseria.
Lavan sus culpas con algún paquete de harina, “solidariamente” entregado a los afectados por algún cataclismo o llenando los templos con su hipocresía de falsos rezos a un Dios del que no son dignos, y ante “Monseñores” tan alejados de los conceptos de la religión a la que dicen representar como sus indignos “feligreses”.
A pesar de todo, y de todos, se puede cambiar la vida y el destino de muerte de los más jóvenes. Es imperioso participar y trabajar desde ahora entre todos quienes asumimos y mantenemos la capacidad de comprender la realidad para modificarla a favor de las mayorías postergadas de siempre.
Aunque lo parezca, nada está perdido si algunos nos atrevemos a luchar por torcer el supuesto destino a través de la mejor estrategia: la inclusión. Inclusión social, pero también inclusión familiar. Generar lazos renovados de relaciones sociales, promover acciones y actitudes solidarias con y entre los jóvenes, abordar sus problemas individuales convirtiéndolos en comunitarios, son las lógicas maneras de encarar tan profundo dislate al que nos condujeron quienes hace décadas implementaron las políticas económicas y sociales que produjeron semejante degradación moral.
Prof. Claudia Saldaña
Diputada Provincial
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