Por Roberto Marra
La situación política, social, económica y productiva en nuestro País, da para generar debates eternos sobre las razones que la engendraron y las salidas que la puedan modificar. Pero, por evidente que sea esta situación, por dramáticos que sean sus efectos, por enervantes que resulten las declaraciones de los energúmenos a cargo de semejante latrocinio; quienes intentan demostrar que son los adversarios de estos hechos degradantes de nuestra sociedad, no logran encauzar unitariamente los lamentos, las desesperaciones y las necesidades evidentes, tras algún tipo de acción que logre iniciar un proceso que pueda terminar con lo sufrido por las mayorías populares.