Por Roberto Marra
Los recuerdos son un patrimonio que las personas tienen la posibilidad de acumular, que fungen como barreras a las repeticiones de errores y también como alimento de la voluntad de renovación de las ideas. Son compartimentos del alma donde se guarda lo mejor y lo peor de nuestras vidas, el sitio de la memoria a corazón abierto, la huella dejada por quienes nos acompañaron alguna vez en esta aventura cotidiana de estar vivos.