Imagen Tiempo Argentino |
Quizás una de las principales
rupturas que deba hacer el peronismo (¿esencialista?), a más 30 años de
democracia, sea el de abandonar el excesivo amor por Carl von Clausewitz;
remarco el "excesivo" porque, quien conoce la naturaleza de la
política, jamás podrá desprenderse de la seducción que genera pensar la
política como continuación de la guerra por otros medios y/o viceversa.
Herencia, claro, de la condición castrense de Juan Domingo Perón, evidenciada
en su imprescindible manual de estrategia político-militar titulado Conducción
Política –quizás, junto al Plan Revolucionario de Mariano Moreno, uno de los
textos más sólidos de la praxis política criolla como recuperación de El
Príncipe, del buen Nicolás Maquiavelo (reinterpretado por Antonio Gramsci)– el
peronismo, en términos generales, continúa pensando la política, en democracia,
con lógicas provenientes de la estrategia militar.