Por Roberto Marra
Cuando se habla de “unidad” en la actividad política, mayormente vinculada a los procesos electorales, o a las luchas por liberarse de yugos dictatoriales, o para terminar con evoluciones pseudo-democráticas que arruinen a la Nación y a su Pueblo, se supone que se trata de la conjunción de sectores diversos de la sociedad, que comparten una serie de valores, objetivos y metodologías, para el logro posterior de desarrollos virtuosos en lo económico, lo productivo, lo laboral, lo científico, lo cultural, lo educativo, lo sanitario y, en definitiva, de todo aquello que permita elevar la calidad de vida del Pueblo con dignidad material y crecimiento espiritual.