Por Roberto Marra
Ay!, que vivos son los ejecutivos
Que vivos que son, del sillón al avión
Del avión al salón, del harén al edén
Siempre tienen razón
Y además tienen la sartén
La sartén por el mango y el mango también.
“Los ejecutivos”, de María Elena Walsh
Desde hace mucho tiempo (demasiado) se nos ha inculcado, a través del aparato comunicacional casi monopólico, con la colaboración estúpida de muchos dirigentes políticos, sindicales y sociales, que no hay que señalar a los empresarios como enemigos de los intereses del Pueblo, que son parte indispensable de la estructura económica, que generan trabajo y otras tantas linduras por el estilo. Pero la realidad demuestra que, aún cuando exista ese tipo de empresarios honestos y propulsores del desarrollo inclusivo, la mayoría termina por ceder ante los poderosos integrantes de las grandes corporaciones empresariales, cuya dedicación al desprecio del resto de la sociedad es tan obscena como evidente.