Imagen de "FM Falihue" |
Por
Roberto Marra
Hay
hechos que debieran ser determinantes para notar la putrefacción en
la que ha sumergido a la sociedad y a las instituciones del Estado,
el actual (des)gobierno (anti)nacional. El sainete entre la Corte
Suprema y el ejecutivo disputándose el sentido de la “Justicia”
ante el advenimiento del juicio oral a la ex-Presidenta, es uno de
ellos. Sin sonrojo alguno, sin que les tiemblen las voces, sin medias
tintas ni ocultamiento de sus intenciones vengativas y proscriptivas,
volaron las amenazas hacia los cortesanos, siempre más preocupados
por tapar sus mugrientos pasados, que por elaborar y sostener el
sentido último del valor que debieran tener bajo su custodia,
abandonado a las decisiones de las corporaciones que ostentan el
verdadero Poder.
Ya
se aseguraron el festín televisivo para las próximas semanas,
mostrando a la “shegua” sentada en el cadalso promiscuo de un
tribunal amañado y sin escrúpulos. La pretenden cabizbaja y
derrotada, admitiendo culpas imposibles. La quieren atravesada por la
guillotina de las acusaciones. La sueñan suplicando por su libertad,
arrodillada ante esos remedos de jueces que olvidaron a la
Constitución en el oscuro rincón donde ocultan sus promiscuas
relaciones con los dueños de un Poder que tiembla ante la
posibilidad de su regreso.
El
patetismo se eleva al registrar a esos pequeños grupos de imbéciles
golpeando cacerolas que nunca han sabido utilizar para sus originales
fines, gritando sus ya ridículas consignas de rencores clasistas,
cayendo aún más abajo de la bosta que los sustenta. Y la
inteligencia se derrite ante las palabras de los escribas del Poder,
extorsionando y presionando a los jueces y fiscales para que cumplan
con el “deber” para el cual han sido “contratados”.
“Algo
huele a podrido en... Argentina”. La paráfrasis sobre la famosa
frase del Hamlet de Shakespeare
no puede ser más actual. Todo el Estado ha sido atravesado por un
“tsunami” de horrores administrativos, financieros, económicos,
sociales y jurídicos. Ninguna ventaja para el Pueblo se mantiene
enhiesta, sometido desde el vamos a las peores resoluciones del
fabulador bailarín de cumbias. Todas las prerrogativas para los
ganadores de toda la vida, para los fabricantes de nuestras
desgracias y el lavado de cerebros que les posibilita su permanencia
temporal.
No
comprenden a quien se enfrentan. No han podido dimensionar a su
rival. Tan obnubilados por sus odios, no reconocen la realidad ni
estando frente a ellos. Con la transparencia de su inteligencia, la
contundencia de sus palabras y la fortaleza de su alma, convertirá
el banquillo en trono y se plantará ante los arrogantes jueces de un
tribunal esquizofrénico, que solo ven fantasmas de una realidad
paralela, que solo registran lo que le dictan desde las bambalinas
los titiriteros imperiales.
Tardará
más o menos en obtener la victoria judicial, subirá o bajará en
las sucias encuestas de los diarios de la dictadura mediática. Pero
nada impedirá su trascendencia y nadie podrá destruir la historia
edificada desde su sabiduría y su pasión, síntesis de una
personalidad brillante que no supo el Pueblo valorar lo suficiente.
Tan brillante, que no habrá tribunal alguno que pueda impedir que
nos ilumine el camino que ahora estamos obligados a desandar para
reconstruir, con pasión, a nuestra Patria deshonrada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario