La Iglesia es parte del poder mundial, y no solo del poder
económico. La Iglesia disputa históricamente el consenso de la sociedad. Es una
realidad a considerar en tiempos de crisis capitalista, considerada también una
crisis de civilización, ya que esta civilización contemporánea está ordenada
por el régimen del capital, o sea, por la explotación del hombre por el hombre,
por la depredación de la Naturaleza.
Cuando el sistema mundial estaba desafiado por el avance de los pueblos y el
socialismo (como forma que intentaba ser alternativa del orden mundial) se
abrió camino la teología de la liberación, en abierta confrontación con el
poder institucional de una Iglesia retrógrada. Así, la Iglesia de los pobres se
msotraba desde el sur del mundo, más precisamente desde Nuestramérica. La
Iglesia oficial no podía negar este rumbo que se abría paso entre los curas de
base y habilitó un gran debate mundial en el seno de la Iglesia.
Los rumbos de la ofensiva popular tocaban la puerta de la Institución. La
respuesta contemporánea de la Institución Iglesia fue acompañando la ofensiva
capitalista para recuperar el poder del régimen del capital. Esa ofensiva se
materializó en los 80´ contra el socialismo y los pueblos, abriendo el camino
al poder reaccionario de los Ratzinger y los Bergoglio.
Hace 40 años que el neoliberlismo se ensayó en nuestros territorios con las
dictaduras y el terrorismo de Estado, para luego extenderse por todo el orbe.
La Iglesia en la Argentina, salvo honrosas y escasas excepciones acompañaron a
la genocida dictadura en ese parto neoliberal, aunque ahora hablen contra la
pobreza y la ética.
Un PAPA polaco llegó a la Iglesia para acompañar el principio del fin de la
experiencia socialista, aunque se discuta el mismo caracter de aquella
experiencia. El capitalismo mundial necesitaba del Este de Europa. Alemania así
lo entendió. EEUU también. Sin el este de Europa, aún ya abandonado el proyecto
socialista originario, el mundo dejó de ser bipolar y se constituyó el rumbo
unipolar del capitalismo, transnacional y neoliberal.
El rumbo unipolar está siendo desafiado por el cambio político en Nuestramérica
y el resurgir del socialismo, sea de la mano de la revolución cubana o por los
procesos específicos que emergen en algunos países (Venezuela o Bolivia),
incluso en variados movimientos políticos, sociales, intelectuales, culturales,
en nuestra región.
Con la muerte de Chávez y millones movilizados para constituirse en sujetos por
el cumplimiento del legado revolucionario y socialista de Hugo Chávez, la
Iglesia lanza al ruedo el símbolo de un Jefe de la Iglesia nacido en el sur y
compenetrado con el proyecto del norte.
El PAPA argentino, Francisco I, viene a cumplir el proyecto del poder munidal
para disputar el consenso de la sociedad, especialmente de los pueblos. No solo
se trata de sustentar posiciones contrarias al matrimonio igualitario, o contra
el aborto, ampliamente difundidas por el obispo Bergoglio, sino de gestar una
conciencia de disciplinamiento hacia el orden contemporáneo, reaccionario, de
dominación transnacional.
Nuestramérica es hoy laboratorio del cambio político. La Iglesia institución
quiere intervenir en este proceso, y no para empujar esos cambios, sino para
frenarlos. La disputa es por las conciencias. Es una batalla de ideas, por el
cambio, o por el retroceso. Les preocupa el efecto Chávez en la región. Les
preocupa la sucesión política en Venezuela y la capacidad de extender el rumbo
socialista. Necesitan disputar el consenso.
Pero, por más intentos institucionales por acompañar la ofensiva del capital
contra el trabajo, los trabajadores y los sectores populares, incluida la
iglesia de los pobres, el movimiento religioso popular, persiste en la búsqueda
por organizar la sociedad del vivir bien (Bolivia), el buen vivir (Ecuador), el
socialismo cubano, o la lucha por la emancipación social de gran parte de la
sociedad de abajo en Nuestramérica.
El PAPA Francisco I viene por lo suyo. Los pueblos debemos continuar nuestra
búsqueda y experimentación por una nueva sociedad, por otro mundo posible, ese
que se construye en la continua lucha contra la explotación, por la
emancipación social, contra el capitalismo y el imperialismo, por el
socialismo.
*http://www.juliogambina.blogspot.com/
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