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Un
balance del II Taller Internacional sobre Redes Sociales, Medios
Alternativos y Nuevos Escenarios de comunicación política en el ámbito
digital, en el cual, delegaciones oficiales América Latina, Europa, Asia
y África debatiron en torno a los modelos de resistencias contra la
dictadura mundial de la desinformación y el silenciamiento de la verdad.
La ofensiva mediática contra varios gobiernos de América Latina que
llevan adelante los programas y agendas prometidas a sus pueblos y una
política exterior independiente, con la construcción de instituciones
que exigen el cumplimiento estricto de las leyes internacionales, se
incrementó notablemente en lo que va de los inicios de 2013, aunque ha
sido una acción sistemática y sin pausas.
Es que en la realidad actual, las corporaciones de medios son hoy por hoy la verdadera dirección de las oposiciones de una derecha burda, que a pesar de las altas sumas de financiamiento externo no han podido derrotar a los gobiernos más comprometidos de la región. Pero sí debilitar a las sociedades mediante la desinformación y los entretenimientos diseñados para desculturizar a nuestros pueblos y convertirlos en sujetos de recolonización.
Ante un avance recolonizador global, que no reconoce fronteras, imponiendo nuevas guerras coloniales de ocupación y dominación en países en Medio Oriente y Africa, Asia, las leyes internacionales y la Carta de Naciones Unidas aparecen como letra muerta, permitiendo una impunidad también global que deja indefensa a la humanidad en su conjunto.
La simultaneidad de los ataques mediáticos contra nuestros gobiernos, cuyo ejemplo más evidente fue la publicación por el diario El País de Madrid de una fotografía falsa del presidente Hugo Chávez Frías, tomada supuestamente en una sala de terapia en graves condiciones, manipulando canallescamente su condición de enfermo ahora convaleciente, fue la gota que desbordó el vaso.
Aunque el periódico se disculpó y debió sacar su edición de los quioscos de venta, esto dejó grandes dudas en lectores europeos, sobre las informaciones permanentemente negativas de ese medio sobre Venezuela y América Latina. Pero nunca se discutió otro problema de fondo como es el de la ética periodística, ya que habría que preguntarse: si la foto hubiera sido verdadera, su publicación, ¿no sería éticamente reprobable e ilegal?
Por otra parte la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner fue insultada gravemente en un programa de televisión, por un actor cómico, reconocido por sus groserías y ex candidato a gobernador de un partido de derecha en la importante Provincia de Santa Fe. Un típico armado de la televisión del poder hegemónico local.
No es la primera vez que desde la derecha más burda que recuerde la historia del país, el insulto brutal sea la expresión “política”, intentando desacreditar y degradar la figura presidencial. Lo mismo ha sucedido a otros presidentes como Evo Morales, Rafael Correa, Dilma Rousseff y todos los “no sumisos”.
Cuba lleva más de medio siglo soportando las campañas de desinformación que están destinadas, como en los casos anteriores a una guerra de desgaste, de contrainsurgencia real.
Esta renovada contrainsurgencia (léase ilegalidad absoluta de acciones), aplicada por Estados Unidos en nuestra región a lo largo del siglo XX, funciona activamente en base al control mediático de los medios masivos de comunicación y de las nuevas tecnologías informáticas. Desde 1994, la denuncia sobre este nuevo esquema contrainsurgente de la información ha estado en diferentes foros.
Esta situación regional y mundial constituyó el eje del II Taller Internacional sobre Redes Sociales, Medios Alternativos y Nuevos Escenarios de comunicación política en el ámbito digital. En el debate participaron delegaciones oficiales de países de América Latina, Europa, Asia, África, invitados especiales e investigadores sobre las nuevas tecnologías informáticas, los alcances de la Ciberguerra y otras formas de control ejercidas sobre nuestros países y sobre nuestras comunicaciones. Pero también modelos de resistencias que se están dando en este momento y algunas formas de protección contra la dictadura mundial de la desinformación y el silenciamiento de la verdad.
Temas como la urgencia de lograr la soberanía de los países y de la región sobre la Internet, una mayor articulación de las redes sociales y medios alternativos, propuestas sobre la necesidad de dar paso decididos en el propósito de socializar el contenido de las herramientas sobre Internet, fueron también parte del debate.
Requerir el aporte de las nuevas generaciones en la búsqueda de un software libre de controles externos y la necesidad de explorar la posibilidad de que esta temática esencial para todo proceso emancipador para que nuestros pueblos avancen en mecanismos integradores para colocar los temas de comunicación e información en los organismos de integración que ha logrado crear América Latina en caminos liberadores, fue e una propuesta del canciller cubano Bruno Díaz que asistió al encuentro.
También habló de la protección y concientización de las redes sociales y de la necesidad de prepararse ante las pretensiones hegemónicas y la gobernanza global de la internet.
Se coincidió en la urgencia de la unidad ante la situación mundial y de crear nuestras propias reglas y agendas para evitar la dependencia externa y dar sentido político a nuestras acciones ante la concentración de la propiedad tecnológica.
La ciberguerra, que es una realidad en nuestros tiempos, fue un tema básico para entender la posibilidad de controles, manipulación informativa, por medio del espionaje virtual que se ejerce y que abruma a nuestros países.
Y, finalmente, la demanda para que los organismos de integración asuman incorporar como una emergencia de estos tiempos, el tema de lograr, definitiva y creativamente, retomar el control, la conectividad de nuestras comunicaciones fuera de toda vigilancia y recuperar nuestra voz y nuestra independencia en todos los aspectos.
Es que en la realidad actual, las corporaciones de medios son hoy por hoy la verdadera dirección de las oposiciones de una derecha burda, que a pesar de las altas sumas de financiamiento externo no han podido derrotar a los gobiernos más comprometidos de la región. Pero sí debilitar a las sociedades mediante la desinformación y los entretenimientos diseñados para desculturizar a nuestros pueblos y convertirlos en sujetos de recolonización.
Ante un avance recolonizador global, que no reconoce fronteras, imponiendo nuevas guerras coloniales de ocupación y dominación en países en Medio Oriente y Africa, Asia, las leyes internacionales y la Carta de Naciones Unidas aparecen como letra muerta, permitiendo una impunidad también global que deja indefensa a la humanidad en su conjunto.
La simultaneidad de los ataques mediáticos contra nuestros gobiernos, cuyo ejemplo más evidente fue la publicación por el diario El País de Madrid de una fotografía falsa del presidente Hugo Chávez Frías, tomada supuestamente en una sala de terapia en graves condiciones, manipulando canallescamente su condición de enfermo ahora convaleciente, fue la gota que desbordó el vaso.
Aunque el periódico se disculpó y debió sacar su edición de los quioscos de venta, esto dejó grandes dudas en lectores europeos, sobre las informaciones permanentemente negativas de ese medio sobre Venezuela y América Latina. Pero nunca se discutió otro problema de fondo como es el de la ética periodística, ya que habría que preguntarse: si la foto hubiera sido verdadera, su publicación, ¿no sería éticamente reprobable e ilegal?
Por otra parte la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner fue insultada gravemente en un programa de televisión, por un actor cómico, reconocido por sus groserías y ex candidato a gobernador de un partido de derecha en la importante Provincia de Santa Fe. Un típico armado de la televisión del poder hegemónico local.
No es la primera vez que desde la derecha más burda que recuerde la historia del país, el insulto brutal sea la expresión “política”, intentando desacreditar y degradar la figura presidencial. Lo mismo ha sucedido a otros presidentes como Evo Morales, Rafael Correa, Dilma Rousseff y todos los “no sumisos”.
Cuba lleva más de medio siglo soportando las campañas de desinformación que están destinadas, como en los casos anteriores a una guerra de desgaste, de contrainsurgencia real.
Esta renovada contrainsurgencia (léase ilegalidad absoluta de acciones), aplicada por Estados Unidos en nuestra región a lo largo del siglo XX, funciona activamente en base al control mediático de los medios masivos de comunicación y de las nuevas tecnologías informáticas. Desde 1994, la denuncia sobre este nuevo esquema contrainsurgente de la información ha estado en diferentes foros.
Esta situación regional y mundial constituyó el eje del II Taller Internacional sobre Redes Sociales, Medios Alternativos y Nuevos Escenarios de comunicación política en el ámbito digital. En el debate participaron delegaciones oficiales de países de América Latina, Europa, Asia, África, invitados especiales e investigadores sobre las nuevas tecnologías informáticas, los alcances de la Ciberguerra y otras formas de control ejercidas sobre nuestros países y sobre nuestras comunicaciones. Pero también modelos de resistencias que se están dando en este momento y algunas formas de protección contra la dictadura mundial de la desinformación y el silenciamiento de la verdad.
Temas como la urgencia de lograr la soberanía de los países y de la región sobre la Internet, una mayor articulación de las redes sociales y medios alternativos, propuestas sobre la necesidad de dar paso decididos en el propósito de socializar el contenido de las herramientas sobre Internet, fueron también parte del debate.
Requerir el aporte de las nuevas generaciones en la búsqueda de un software libre de controles externos y la necesidad de explorar la posibilidad de que esta temática esencial para todo proceso emancipador para que nuestros pueblos avancen en mecanismos integradores para colocar los temas de comunicación e información en los organismos de integración que ha logrado crear América Latina en caminos liberadores, fue e una propuesta del canciller cubano Bruno Díaz que asistió al encuentro.
También habló de la protección y concientización de las redes sociales y de la necesidad de prepararse ante las pretensiones hegemónicas y la gobernanza global de la internet.
Se coincidió en la urgencia de la unidad ante la situación mundial y de crear nuestras propias reglas y agendas para evitar la dependencia externa y dar sentido político a nuestras acciones ante la concentración de la propiedad tecnológica.
La ciberguerra, que es una realidad en nuestros tiempos, fue un tema básico para entender la posibilidad de controles, manipulación informativa, por medio del espionaje virtual que se ejerce y que abruma a nuestros países.
Y, finalmente, la demanda para que los organismos de integración asuman incorporar como una emergencia de estos tiempos, el tema de lograr, definitiva y creativamente, retomar el control, la conectividad de nuestras comunicaciones fuera de toda vigilancia y recuperar nuestra voz y nuestra independencia en todos los aspectos.
*Publicado por Telam
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