Por Alfredo Serrano Mancilla*
Sólo desde la Colonialidad del
Poder, como diría Quijano, se puede ser tan descarado para opinar tal como lo
ha hecho el artículo "El perrito Huguito y el ensimismamiento de la
izquierda" en eldiario.es el pasado 21 de Marzo. Ese colonialismo epistemológico
(también llamado epistemicidio), como diría Boaventura De Sousa, es la única
razón que le permite a una persona formada en universidades de la ortodoxia
neoclásica despreciar de una manera tan miope los logros de la última década
ganada en Venezuela gracias a Chávez.
Viene siendo muy peligroso la
forma en la que los expertos tienden a dar veredictos sobre sociedades
complejas a partir de fáciles adornos: dos gráficos mal presentados y cuatro
números desperdigados, refugiados en algunas citas del Banco Mundial. Es así
como el neoliberalismo se reproduce: enjuician como expertos desde el nuevo
atril de la verdad de los números y los gráficos, sin haber pisado jamás la
tierra y sin haber leído nada más que lo que ellos mismos escriben en revistas
auto indexadas o en editoriales como Mcgraw Hill, la misma que es propietaria
de la descalificada agencia de riesgo Standard & Poor's.
Estos académicos de cuello blanco
son los mismos que trabajan en la UE o en cualquier otra institución del
establecimiento sostén de esta gran estafa. Estos son los mismos doctos que
hacen una estadía en el FMI creyéndose que ya están aptos para hacer cualquier
previsión. Pero lo curioso del caso es que ni los poderes fácticos de los
mismísimos Estados Unidos de América le dan mucha credibilidad a estos
economistas de negro como previsores de situaciones avenidas. El mejor ejemplo
es el informe de la Oficina de Auditoría del Gobierno de Estados Unidos (GAO,
por siglas en inglés) que consideró que el FMI sólo tenía aciertos en el 10% de
las previsiones de crisis. Ya está bien de seguir aceptando, por tanto, a estos
economistas expertos como inquisidores que frívolamente mandan a la hoguera a
un hombre amado por el pueblo, pero no porque cantara bien o mal, o porque se
pusiera un sombrero u otro, sino por un proyecto político-económico-soclal
emancipador y soberano pensado para las mayorías excluidas.
Lo primero es responder al
argumento tan estúpido de decir que "no es el proyecto chavista sino el
petróleo que tiene". ¿Qué culpa tiene el proyecto socialista chavista que
haya petróleo en su Patria y que ahora el mundo capitalista lo pague a altos precios?
Si alguien tuviera el mínimo interés por conocer algo más de la historia del
petróleo en este país sabría que este recurso marcó su historia desde unas
décadas después de la segunda revolución industrial. Incluso en Wikipedia,
cualquier alma no experta lo puede leer. Venezuela padeció la denominada
"enfermedad holandesa" desde los años 30 del siglo XX cuando ya era
el segundo mayor país productor de petróleo (y el mayor exportador del mundo).
Años después, por ejemplo entre 1972 y 1974, los ingresos del gobierno
venezolano se habían cuadruplicado como consecuencia de la llamada crisis del
petróleo y la subida de los precios del mismo. ¿Han mirado los expertos cómo
era la pobreza y la desigualdad en estos años? ¿Qué se hacía en la economía con
esos recursos a favor de las mayorías excluidas?
Luego, llegaron las décadas
perdidas neoliberales donde los (des)ajustes y los programa de
(des)estabilización fueron generadores de más concentración de riqueza, de más
desigualdad, de más pobreza, de más exclusión, de menos reparto de los derechos
básicos y de empeoramientos de las mínimas condiciones sociales para una vida
digna.
A pesar de ser cierto que el
precio del petróleo está altísimo en los últimos años (con la salvedad del año
2008), es absolutamente deshonesto usar este hecho para eclipsar la gestión
política y económica de Chávez a partir de estos precios y estos recursos. A
Chávez no sólo le dieron un golpe de estado, también sufrió un golpe petrolero
que redujo mucho la capacidad productiva de PDVSA (empresa estatal de petróleo
en Venezuela). Desde ese momento, Chávez entendió que los recursos naturales de
la patria son para los venezolanos, y los beneficios que se obtengan a partir
de ellos son para el pueblo. Por todo ello, la política de Chávez dedicó los máximos
esfuerzos a mejorar PDVSA, y a hacerla cada vez más eficaz, logrando que a
fecha de diciembre de 2011, Venezuela sea el poseedor de las mayores reservas
probadas de crudo pesado del mundo, con 297.570 millones de barriles.
La economía dominante se empeña
en explicar todo por el petróleo, como si fuera una cuestión estrictamente
meteorológica (tal como hacen para explicar la crisis), sin embargo, esto no es
así. Para que esto ocurra, esto es, que el petróleo sea para el pueblo, Chávez
promulgó una nueva Ley de Hidrocarburos (en vigor desde enero de 2002) que
permite que toda la producción de petróleo y las actividades de distribución
debían ser del dominio del Estado venezolano. ¿Cómo un experto se puede olvidar
de este dato tan capital? Quizás estos expertos no son capaces de explicar nada
que no pueda ser introducido como variables explicativas en ningún modelo
econométrico.
Chávez entendió que la democracia
no sólo podría ser circunscrita al plano procedimental, es decir, ganar
elecciones (cosa que Chávez hizo permanentemente y además todas ellas avaladas
internacionalmente). La democracia integral, la real, debe ser aplicada a
muchos planos de la vida. Por esto, Chávez se empeñó en que la riqueza, los
derechos sociales, los servicios básicos, el acceso al consumo, la educación,
la salud, la participación política se democratizaran.
Puesto que muchos expertos en
economía creen que ésta es sólo una ciencia de ingeniería social, en la cual no
cabe análisis sin números, ahí va un saco de cifras a partir de sus fuentes
preferidas: a) la pobreza se redujo del 50% al 27,8% (según CEPAL), b) la
desigualdad pasó de 0,46 a 0,29 (CEPAL), c) en lo alimentario (algo poco
estudiado por la economía hegemónica), Venezuela es el país de América Latina y
del Caribe más avanzado en la erradicación del hambre; la tasa de desnutrición
se redujo desde un 21% en 1998 a menos del 3% en 2012; se ha pasado de producir
el 51% de los alimentos que se consumían en 1999 a producir el 71% en 2012
(todos datos de la FAO), d) Venezuela es el primer país del mundo al que se le
concede una calificación de 96 puntos (en una escala de 100) en honor a las
metas alcanzadas en materia de inclusión para alfabetización, educación
inicial, primaria, secundaria y universitaria (UNESCO en 2010), e) el PIB de
Venezuela se triplicó con Chávez como presidente (banco Mundial), f) la tasa de
desempleo pasó de un 15,2% en 1998 a un 6,4% en 2012, con la creación de más de
4 millones de empleos, y por último, g) entre el 2000 y el 2012, la mejora del
IDH es cuatro veces mayor que los avances experimentados durante las dos
décadas anteriores (PNUD).
Y dado que los economistas
expertos entienden a la economía a partir de las macromagnitudes sin importarle
lo más mínimo la cuestión social, en esto, también el chavismo ha conseguido
grandes avances. El otro tema recurrente es la inflación. Sin embargo, nada
dicen de que en las décadas perdidas, antes de la llegada de Chávez, la
inflación promedio anual era del 34%; con Chávez, en la década ganada, la
inflación anual es del 22%. Pero además, hay que considerar que el poder
adquisitivo real del salario mínimo ha mejorado en un 21,5% desde 1998, esto
es, el salario aumentó mucho más de lo que hizo el nivel de precios. En la otra
variable preferida por estos expertos, también se presentan resultados
satisfactorios incluso confirmados por el FMI: la relación entre el PIB y la
deuda pública del gobierno central bajó del 60% en 1998, cuando llegó Chávez,
al 25,1% en 2012.
Una pena que no tengan una arista
por donde realizar una crítica sólida. La cuestión internacional también les
falla porque estamos en momentos de transición geoeconómica mundial, y
Venezuela tiene una posición privilegiada (en la región y en el mundo) y una
relación engrasadísima con esas economías ya emergidas, los BRICS. Desde el año
pasado, Venezuela es miembro pleno de Mercosur, quinta economía del mundo.
Chávez también se emancipó del yugo del CIADI, juez y parte que arbitra las
inversiones extranjeras desde la OMC.
Aunque no resulte política ni económicamente
correcto decirlo en Europa, es importante afirmar que Venezuela está en una
posición infinitamente mejor para abordar soberanamente —y sin perjuicio para
su pueblo— los próximos movimientos de las piezas de ajedrez en el tablero
económico mundial en estos próximos años.
Todo esto, y mucho más, es lo que
ha hecho Chávez. No sé si estos logros son más o menos que los obtenidos en
otros países de la región (cuestión para otro artículo), pero nadie podría
refutar estas cifras, incluso ni con un titulo tan ofensivo como llamar perrito
a un presidente querido por su pueblo, y recientemente fallecido. Menos mal que
todo estos economistas expertos no pueden votar en Venezuela. Incluso si lo
hicieran, la mayoría del pueblo siempre es mucho más.
*Cooordinador para América Latina del Ceps
Publicado por AVN
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