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El aumento del turismo durante las vacaciones de invierno es por la
inflación. El incremento de los viajes al exterior de un sector de los
argentinos es porque no saben qué hacer con el dinero. El record de
venta de autos y motos tiene su origen en que no hay alternativas de
inversión atractivas en relación con la evolución de los precios. El
alza en los despachos de heladeras, aire acondicionado, televisores y
otro tipo de electrodomésticos es porque ahorrar no es conveniente por
la depreciación de la moneda.
Las salas llenas de los teatros y cines son porque “la gente” tiene pesos y quiere desprenderse de ellos lo más rápido posible porque la emisión es tan elevada que alimenta la inflación. El consumo de bienes muebles y de ocio tiene el único origen en el fantasma de la inflación. Esta es la interpretación dominante. El desarrollo del capitalismo sobre pautas de comportamiento del consumismo, las inmensas campañas de publicidad que inducen la posesión de bienes innecesarios y aspiracionales de status social y, fundamentalmente, el aumento del ingreso disponible de la población, no tienen ninguna influencia para ese tipo de análisis. Todo pasa por la inflación. Es por lo menos excesiva esta explicación monocausal que ofrecen los hombres de negocios dedicados a la comercialización de información económica, con la virtud de la impunidad en las recorridas diarias por los medios de comunicación en los turnos mañana, tarde y noche.
Las salas llenas de los teatros y cines son porque “la gente” tiene pesos y quiere desprenderse de ellos lo más rápido posible porque la emisión es tan elevada que alimenta la inflación. El consumo de bienes muebles y de ocio tiene el único origen en el fantasma de la inflación. Esta es la interpretación dominante. El desarrollo del capitalismo sobre pautas de comportamiento del consumismo, las inmensas campañas de publicidad que inducen la posesión de bienes innecesarios y aspiracionales de status social y, fundamentalmente, el aumento del ingreso disponible de la población, no tienen ninguna influencia para ese tipo de análisis. Todo pasa por la inflación. Es por lo menos excesiva esta explicación monocausal que ofrecen los hombres de negocios dedicados a la comercialización de información económica, con la virtud de la impunidad en las recorridas diarias por los medios de comunicación en los turnos mañana, tarde y noche.
Esas intervenciones adquieren una dimensión más cercana a la
intervención política para provocar un estado de ansiedad permanente,
más que a una evaluación económica. Esa conducta queda expuesta cuando
se estudian las cifras de patentamientos de autos. El saldo analítico de
esa tarea es diferente a la idea tan reiterada respecto de que se
venden muchos autos porque “la gente” se escapa de la inflación y no
puede comprar dólares, ni invertir en propiedades. El simple esfuerzo de
leer las estadísticas que publica la asociación de concesionarios
(acara.org.ar, en “Estadísticas y Mercados”) y hacer algunas
comparaciones facilitan la comprensión de la dinámica de ese mercado,
permitiendo relativizar uno de los más destacados postulados de la
economía del miedo.
La primera conclusión que surge de evaluar las cifras del primer
semestre del año respecto de igual período de 2012 no tiene
controversia: se venden más autos. La variación positiva fue de 8,35 por
ciento al aumentar de 460.184 unidades (enero/junio 2012) a 498.620
(enero/junio 2013). La tendencia ascendente se mantiene desde 2003,
salvo las caídas de 2009 y 2012, que luego fueron recuperadas en el año
siguiente. La venta de autos está muy ligada al poder adquisitivo de la
población. En años de crisis como 2001 y 2002 se patentaron unas 200 mil
y 100 mil unidades, respectivamente. El recorrido del mercado automotor
en estos años reúne consenso. La clave se encuentra entonces en por qué
se venden tantos autos.
Para alejar el fantasma de la inflación y de la imposibilidad de
comprar dólares como los motivos principales del aumento de los
patentamientos resulta esencial analizar el comportamiento de los
diferentes segmentos. Esas cifras empiezan a esclarecer el panorama,
distinguiendo las categorías autos, utilitarios, pesados y buses. Estos
tres últimos rubros están vinculados con la producción (transporte) y
servicios, o sea, al dinamismo de la economía.
La evolución de las ventas por rubros en el mercado automotor ha
sido la siguiente, en el acumulado del primer semestre 2012 en
comparación al del 2013:
- Autos: avanzó de 359.129 a 377.866 unidades, subiendo 5,22 por ciento.
- Livianos: de 83.204 a 101.393 unidades, aumentando 21,86 por ciento.
- Pesados: de 11.913 a 13.161 unidades, creciendo 10,48 por ciento.
Las variaciones en la comparación mensual muestran una leve suba de
0,88 por ciento en Autos y fuerte alza en Livianos y Pesados, con 21,28 y
23,68 por ciento, respectivamente. Esto significa que en la categoría
que representa el 76 por ciento del mercado automotor (Autos), las
compras no registraron un aumento explosivo, ni un comportamiento
inusual forzado por el miedo a la inflación o por la restricción a la
compra de dólares, sino que respondieron a los motores tradicionales que
mueven esa actividad: mejora de ingresos y símbolo de ascenso social
con el cero kilómetro.
En el rubro Livianos están incluidas las unidades empleadas en su
mayoría en el transporte comercial (Kangoo, Partner y Berlingo) o en el
campo (Toyota, Ranger, S10), junto a vehículos de otra categoría como
las camionetas Hyundai, Tucson, Honda CRV y Toyota Rav4, unidades de
alta gama que en general no se utilizan como una herramienta de trabajo.
El primer segmento dentro de este rubro registra suba de 24 a 27 por
ciento en el período mencionado, de acuerdo con registros de
concesionarias. Especialistas del sector explican que las ventas en el
segundo segmento pueden estar motivadas como desvío de una parte de
fondos que no pueden canalizarse a la compra de dólares o porque la
cotización de esas unidades importadas es en pesos al tipo de cambio
oficial (el comprador vende dólares en la plaza ilegal y obtiene de ese
modo una ganancia), pero señalan que la principal razón de esas
transacciones se debe a renovación de modelos y al ascenso de categoría
del consumidor de las tradicionales Van/familiar (Scenic, Picasso) a
esas versiones, que reflejan mayor status y poder adquisitivo.
Las unidades del rubro Pesados están relacionadas en su totalidad
con el sector productivo y de servicios (transporte de pasajeros). Son
camiones Iveco, Ford Cargo, Agrale, Mercedes-Benz (también colectivos).
En la comparación semestral interanual, las ventas de Iveco aumentaron
30,85 por ciento; las de Scania, 18,71; y las de Mercedes-Benz, 13,20
por ciento. Un concesionario ilustró: “Un ahorrista que no consigue
dólares al valor oficial no se compra un camión... para salir a pasear
con la patrona”.
La idea de que la compra de autos, que deriva en record de
patentamientos, es para cubrirse de la inflación es bastante particular.
¿Cuántos autos pueden acumularse en el garaje? Puede acelerar la
renovación de modelos, pero la posibilidad de comercializar el usado,
mercado que también registra máximos históricos, sólo puede concretarse
por un aumento del ingreso disponible. Una señal en ese sentido la
brinda el indicador de renovación del parque automotor en la última
década.
En ese período, el parque automotor se duplicó hasta alcanzar casi
las 10 millones de unidades en circulación. Esta modernización implicó
disminuir la antigüedad en 10 años promedio, según el Observatorio de
Seguridad Vial. En 2002, el parque automotor era de 5.843.237 unidades.
De las casi 10 millones actuales (automóviles, vehículos livianos y
pesados), más del 75 por ciento (7,2 millones) corresponde al período
1990-2010, por lo que aproximadamente 2,2 millones de vehículos tienen
más de 20 años de antigüedad. El Observatorio calcula que la edad
promedio para el segmento automóviles es mayor a 17 años, mientras que
para el período 1990-2010, 8,5 años. El presidente de la Cámara de
Comercio Automotor, Alberto Príncipe, estima que el objetivo es alcanzar
“los dos años, antigüedad de los parques en los grandes países
productores”.
Los datos de patentamiento muestran que el comportamiento del
mercado no está influido por la inflación, ni por la situación
cambiaria, reflejado en la menor tasa de crecimiento del segmento Auto
en relación con Livianos y Pesados. Estos dos últimos rubros vinculados
con el crecimiento de la actividad económica general. Con fríos datos
duros es menos forzada la interpretación de los motores de crecimiento
del sector. El auto propio se ha convertido en un activo representativo
de ascenso social, y en un contexto económico de aumento del ingreso
disponible, junto a la renovación de modelos inducida por mejoras
tecnológicas y de diseño, se encuentran los factores que han provocado
el intenso dinamismo del mercado automotor.
*Publicado en Página12
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