Saber
dónde se encuentra, con quién está, qué habla y, finalmente, qué hace
toda persona con poder de decisión, con la sola condición de que porte o
esté cerca de un celular encendido, sirve a las más repudiables
operaciones ocultas, que han demostrado su efectividad en torcer
decisiones empresariales, ejecutivas, legislativas o judiciales. Resulta
suficiente que la víctima sepa que un organismo de poder desconocido e
ilegal la escucha, graba y registra sus movimientos. Este saber por sí
solo atemoriza, altera e inhibe la libertad de decisión y de conciencia.
La democracia se degrada.
Unas horas después del anuncio presidencial de nacionalización de
YPF y de quiénes serían sus interventores, varias líneas telefónicas
directas y celulares de altos funcionarios del Ministerio de
Planificación empezaron a recibir un intenso bombardeo teleinformático
desde un sistema administrador de intercepciones IMS de última
tecnología marca Nokia Siemens Network, conectado a una central
telefónica europea. No es un aparato desconocido. Todos los datos
técnicos de este interceptor, incluyendo su número identificatorio
provisto por el fabricante, así como su localización geográfica, fueron
obtenidos mediante pericias teleinformáticas realizadas en la Argentina y
en Italia, entregados a la justicia federal en el marco de una causa
iniciada por Telecom Argentina, cuyos directivos fueron sus primeras
vícitmas.
El lunes reapareció este IMS intentando interceptar comunicaciones y
activar los micrófonos de los celulares de funcionarios para que
transmitan sus conversaciones ambientales. Fue rápidamente detectado y
bloqueado por las computadoras que protegen la red telefónica del
Ministerio de Planificación. Un sistema de protección de última
tecnología denominada COMSEC, implementado por convenio de asistencia
técnica entre la Comisión Nacional de Comunicaciones y la Universidad
Tecnológica Nacional.
El IMS no sólo captura voz, sms y datos de localización de los
teléfonos sino también penetra en computadoras y copia los correos
electrónicos y las bases de datos. El datacenter más moderno y protegido
del Estado sería hoy el de la Dirección de Informática del Ministerio
de Planificación, a cargo del ingeniero Gabriel Gric y su equipo de
profesionales. Manejan el “Repositorio Único de Servicios Públicos”, una
base de datos que ya cuenta con millones de registros que componen las
nóminas de usuarios de servicios públicos y sus facturaciones mensuales.
El Centro de Cómputos del ministerio es más seguro que el de las casas
matrices de muchos bancos extranjeros. Con mas de 100 servidores y el
único storage de 3ª Generación instalado en el Estado con 240 Terabytes
de almacenamiento, las capas de seguridad (sofware y hardware) y sus
firewalls ni se mosquearon ante los ataques teleinformáticos del Viejo
Continente.
Aunque hace semanas se preveía y felizmente se concretó esta
decisión histórica y ejemplar de recuperar nuestra soberanía energética,
pareciera que los detalles de las gestiones y negociaciones
posteriores al anuncio sobre la implementación de la expropiación a
YPF, que se conversan en despachos, oficinas o telefónicamente, cobraran
especial interés, sea para Repsol o para las transnacionales temerosas
de más nacionalizaciones.
Todavía hay muchos que minimizan la gravedad del espionaje en las
comunicaciones, como si fuera una inevitable consecuencia de la
modernidad digital.
Pretender soslayar este peligroso instrumento detras del “qué me
importa, que pinchen, si total no tengo nada que ocultar”, favorece su
impunidad, tanto como lo hizo el nefasto “por algo será” durante y
despues del genocidio.
La guerra contra el espionaje teleinformático es tan permanente
como la de los antivirus, y tan necesaria para proteger la gestion
pública de todo gobierno que le haga frente a los poderes económicos
concentrados.
Con la expropiación de YPF se inicia una nueva etapa del proyecto
nacional, popular, democrático y federal. Detrás de la recuperación de
nuestra soberanía energética, seguirán otras. Para defendernos de los
ataques teleinformáticos de la reacción a ellas, nos estamos preparando
desde 2003. Pudimos hacerlo gracias a la corajuda decisión de Néstor
Kirchner, sostenida por Cristina Fernández e implementada por Julio De
Vido, de desarrollar las herramientas digitales necesarias para bloquear
a los espías de las transnacionales, las corporaciones, sus servidores
políticos y sus mafias locales.
*Publicado en Tiempo Argentino
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