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Miserable tiene varias acepciones. Por un lado, significa
desdichado o infeliz. Por otro, de escaso valor. Un tercero es avariento o
mezquino. Pero hay un cuarto sentido, el de malvado o perverso, incluso sórdido
o inmoral. Por las particulares características semánticas de esta palabra, se
puede utilizar, paradójicamente, en personas y hechos que parecieran ser
opuestas.
Es el caso de los dichos del Senador Pichetto sobre los
inmigrantes. Refiriéndose a los miserables que vienen a tratar de sobrevivir a
nuestro País, el miserable Pichetto emite declaraciones más adecuadas para
miserables jerarcas nazis. Con maldad y perversión genera expresiones
provenientes, tal vez, de su pretendida pureza racial blanca, olvidando,
seguramente, su evidente propio origen inmigratorio, tal vez miserable (esta
vez, por desdichado).
Al criticar la cultura igualitaria que nuestra Nación ha
venido ejercitando, termina enunciando los vulgares y también miserables estigmas
con los cuales se categorizan a amplios sectores de habitantes del País, por
parte de una gran parte de la población. También, al igual que el miserable
Pichetto, imaginan a los miserables morochos vecinos de la patria Grande como
peligrosos delincuentes que vienen a robar el producto de “sus” superiores esfuerzos.
Nada detiene a los inmorales y sórdidos personajes como
estos, eternos especuladores de baja estofa, que nunca fueron distintos, que
jamás pensaron otra cosa, pero que saben siempre disimularlo para obtener los
cargos desde donde, luego, deshonran la investidura y la representación que se
les ha conferido.
“¿Cuánta miseria podemos aguantar recibiendo inmigrantes
pobres?”, se preguntó el miserable Pichetto. La pregunta sería, en todo caso,
cuanta miseria podemos seguir soportando de parte de inmundos miserables como
él, levantamanos automático del Poder Real instalado en la Casa Rosada,
dispuesto a enajenar la propia historia a cambio de los miserables espejitos de
colores de una clase social a la que pretende alcanzar, y de la que solo resulta
ser, su miserable lacayo.
Sacaste pasaje sin retorno en clase de lujo, al basural politico de la argentina.
ResponderEliminarCHAU PICHETTO.
Y no te molestes en escribir.
Pichetto con lo que dices me has puesto triste y me he ido a pasear por el cementerio.
ResponderEliminarno me pregunte para que.
ya te vas ha enterar, cuando le lleves flores a todos tus muetos.
Es que Picheto tus argumentos son constitucionalmente indigeribles, producen vomito y diarrea es tu culpa.
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