sábado, 25 de agosto de 2012

SOLUCIÓN DE CONTROVERSIAS

Por Alfredo Zaiat*
 
El sitio de Internet de la Organización Mundial de Comercio es una fuente inestimable de información y estadísticas. La noticia que se destaca en esta semana es que el miércoles pasado Rusia se ha convertido en el 156º miembro, y que ayer le tocó el turno a la República de Vanuatu para sumar 157 países en la OMC. Vanuatu es un país insular compuesto por 83 islas localizado en el océano Pacífico Sur, siendo la mayor ciudad su capital Port Vila, situada en la isla de Efaté. Rusia es el país más extenso del mundo, es la novena potencia económica mundial y posee las mayores reservas mundiales de gas y de minerales.
El sitio de la OMC tiene la pestaña “Solución de Controversias” comerciales. El caso que aparece como más reciente es el presentado por separado por Estados Unidos y Japón por “las supuestas restricciones a la importación impuestas por un sistema de licencias de importación no automáticas y otras medidas conexas” aplicadas por Argentina, según informa el comunicado oficial de la OMC. La prudencia de esta institución multilateral de corte neoliberal no fue la misma que expresaron los abanderados del liberalismo local para sancionar inmediatamente como proteccionista a la Argentina ante la queja estadounidense. La Unión Europea había realizado en mayo pasado la misma demanda, y ayer se sumó México.
La protesta de Estados Unidos y de la Unión Europea es llamativa al observar la evolución del comercio exterior en el período enero-julio de este año. Las exportaciones argentinas a la UE bajaron 12 por ciento, mientras que las importaciones desde ese destino subieron 15 por ciento, en tanto las ventas de productos argentinos a Estados Unidos bajaron 2 por ciento y las importaciones desde ese país avanzaron 5 por ciento.
La OMC nació el 1º de enero de 1995, sustituyendo el Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT) creado en 1947, como parte del esquema multilateral surgido luego de la Segunda Guerra Mundial con el Acuerdo de Bretton Woods, que dio origen al FMI y al Banco Mundial. La OMC es parte de esa institucionalidad a nivel global ocupando el rol de garante del orden neoliberal en el comercio mundial. Además de administrar acuerdos en el intercambio comercial de bienes y servicios, los derechos de propiedad intelectual y las políticas hacia la inversión, la OMC dispone del poder de arbitraje en conflictos comerciales y de monitoreo de las políticas nacionales.
“El sistema multilateral de comercio ha constituido un esquema mixto de reglas y poder. Las rondas de negociación se inician sobre la base de reglas, otorgando una apariencia de equidad, y a medida que avanzan las negociaciones, los países con mayor capacidad de presión van inclinando el sistema hacia negociaciones donde prima el poder”, explican Ariana Sacroisky y María Sol Rivas en Globalización Financiera y Crisis. Los límites que impone la OMC para la regulación estatal. La Ronda de Doha, iniciada en 2001 y que debería haber concluido en 2007, se encuentra estancada. Desde entonces se celebraron otras cuatro: Cancún (2003), Hong Kong (2005), Ginebra (2009) y Ginebra (2011). La siguiente sería el año próximo.
En el ámbito de Solución de Controversias comerciales, donde se presentaron los reclamos de Estados Unidos, Japón y la Unión Europea contra Argentina, se han registrado 442 casos desde la creación de la OMC. En ese historial, Estados Unidos lidera la categoría de demandado con 30 casos, seguido por la Unión Europea, con 26. Las propias estadísticas de la OMC muestran que el gobierno de Estados Unidos ha sido el destinatario de una de cada cuatro controversias por barreras comerciales planteadas por los países miembro de la OMC ante su Tribunal de Solución de Controversias. Que hayan llegado a esa instancia no significa que Estados Unidos haya sido sancionado, sino que refleja la política proteccionista de la primera potencia mundial.
Los casos llegan al tribunal luego de que los marcos de negociación bilateral originados ante la formalización de la queja en Solución de Controversias no tuvieron un desenlace favorable. Ese tribunal tiene la facultad de emitir sanciones comerciales y obligar a los Estados a eliminar normas internas que violen reglas de la OMC. Para dirimir los conflictos, se conforman paneles arbitrales y posteriores instancias de apelación dentro de la OMC. “El acatamiento es más obligatorio para unos que para otros: en muchas ocasiones los países de menor desarrollo no logran que los países centrales acaten las resoluciones, ya que no disponen de capacidad práctica para ejercer represalias”, afirman Sacroisky y Rivas. Es lo que sucede con Estados Unidos. Las investigadoras del Cefid-Ar indican que el funcionamiento del área Soluciones de Controversias de la OMC ha sido asimétrico, mostrando que de las 81 consultas que había iniciado Estados Unidos, sólo en cuatro casos no había obtenido un fallo favorable, pese a que lidera las quejas por su proteccionismo.
El ingreso a una fase más aguda de la crisis internacional que está por cumplir cinco años, por la recesión en Europa y el estancamiento de la economía estadounidense, ha intensificado las tensiones en el comercio internacional. En 2011 se habían presentado ocho quejas en la OMC y en lo que va de este año ya se anotaron 20, con la última de México contra Argentina. Estados Unidos sigue ocupando el primer lugar de demandado con cinco casos, uno de ellos es de Argentina por las trabas comerciales que aplica e impiden el ingreso de carnes, limones y otros cítricos a su mercado. Luego se ubican China y Argentina con cuatro quejas en contra cada uno, seguido por Australia con tres.
En ese contexto, las relaciones asimétricas entre países convalidadas por organismos multilaterales (FMI, BM y OMC) también están en crisis. Potencias emergentes (Brasil, Rusia, India y China) y otros países con tasas de crecimiento elevado, como Argentina, están modificando el escenario del comercio internacional. La crisis en Estados Unidos y Europa representa un fuerte golpe para los fundamentalistas del libre comercio. La concepción de un sistema de comercio mundial dominado por “un club restringido de naciones desarrolladas y con visiones afines, resulta obsoleta en la actualidad”, apuntan las especialistas Sacroisky y Rivas. Destacan que las visiones, realidades e intereses de los miembros de la OMC se han complejizado, y la distribución del poder no es la misma. Observan que se encuentran en crisis no sólo la OMC, sino también las principales organizaciones económicas internacionales originadas con el fin de la Segunda Guerra Mundial.
Sacroisky y Rivas explican que las normas de la OMC han restringido la aplicación de las políticas públicas que los países hoy desarrollados utilizaron activamente para avanzar en sus procesos de industrialización durante los últimos tres siglos, fundamentalmente en lo que hace a la promoción de industrias nacientes. El marco regulatorio global incluye límites al uso de barreras arancelarias y trato a las empresas extranjeras de igual modo que a las nacionales, entre otras condiciones. La liberalización que se exige a los países de menor desarrollo y la poca apertura de los mercados en los desarrollados han hecho imposibles los avances en las negociaciones dentro de la OMC. Por ese motivo, la OMC se ha ido transformando fundamentalmente en un ámbito de judicialización de las reglas del comercio, pasando a ganar un rol estelar el área de Solución de Controversias, caja de resonancia de la crisis global y del comercio internacional dominado por potencias que hoy ya no son lo que eran.

*Publicado en Página12

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