martes, 10 de julio de 2012

PLURIPARTIDISMO, ¿PARA QUÉ SIRVE?

Por Lázaro Fariñas*
 
Los defensores de la llamada democracia representativa afirman que la economía de mercado, la libertad de prensa y el pluripartidismo son esenciales para que exista una verdadera democracia. Hay que darle libertad al mercado para que este sea el que se autorregule, afirman. El mercado, alegan, es algo así como un súper ser que sabe lo que tiene que hacer para mantener estable la economía. La oferta y la demanda tienen su propio control interno. Según estas personas, funcionan como un reloj suizo.
Para este tipo de pensamiento, el mercado es casi mágico, saca las soluciones a los problemas económicos como un mago saca palomas de un sombrero y la famosa afirmación de Adam Smith, el dejar pasar, dejar hacer, es como un dogma religioso.
Así es que el libre mercado es un pilar fundamental de la democracia representativa. También lo es la libertad de prensa, esa misma libertad de prensa que no es más que la libertad de empresa, ya que son los dueños de los medios de comunicación los que deciden lo que se dice o no, y lo que se publica o no en los grandes medios. ¿Libertad de prensa? Eso no existe, sencillamente, porque quienes controlan los medios controlan las informaciones que salen a la luz pública, por lo tanto, la información no sale libremente y los periodistas se encuentran limitados en sus opiniones.
No es nada extraño que eso suceda en cualquier país, lo extraño es que alguien se dé golpes de pecho defendiendo la tan cacareada libertad de prensa. Ahí esta la «famosa» Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que no es más que un club en donde, de vez en cuando, se reúnen los dueños de los grandes medios y sus principales empleados para pontificar sobre esa libertad de prensa.
Mucho se habla de que únicamente puede existir democracia si existe pluripartidismo. El solo hecho de que en un país exista más de un partido político no quiere necesariamente decir que hay democracia. En muchos países donde se dice que existe el sistema multipartidista, lo que en realidad existe en el fondo es un partido con diferentes alas. Los distintos partidos que se forman para ir a las elecciones piensan, actúan y gobiernan de la misma forma, apenas con una mínima discrepancia. Por ejemplo, en España, lo mismo da un partido socialista que un partido popular. Cuando están en el poder, gobiernan igual, lo mismo que cuando están en la oposición.
En Estados Unidos no hay nada más parecido a un demócrata que un republicano. Se pueden decir mil cosas diferentes durante las campañas electorales, pero cuando llegan al poder gobiernan de igual forma. Cuadran la caja de la misma manera.
Bush le dio 700 000 millones de dólares a los banqueros republicanos para supuestamente resolver la crisis económica -ya sabemos adónde fue a parar esa enorme cantidad de dinero-, y poco tiempo después Obama les dio 800 000.
En política internacional los republicanos llevaron la guerra a Iraq y Afganistán, llegaron los demócratas y no solo la mantuvieron sino que abrieron otros frentes. Como decían en mi pueblo, lo mismo da Juana que su hermana. ¿Se puede uno imaginar la cantidad de dinero que se ahorraría el país si solo hubiera una convención nacional del partido para escoger entre las diferentes tendencias dentro del mismo? Por lo pronto, no habría que hacer esas largas campañas para las nominaciones, ni gastar esas cantidades tan inmensas de dinero. Así fue al principio de la Nación.
Ni George Washington, ni John Adams hicieron campañas políticas para ser elegidos presidentes del país. Ahora, no se acaba una campaña electoral para la presidencia cuando ya está empezando la siguiente.
Aquí los presidentes siempre están haciendo política. Cuando no están aspirando al cargo, están haciendo campaña por su sucesor. El hecho es que, la mayor parte del tiempo de su primera administración, la pasan los presidentes recaudando dinero para la reelección. ¿No sería mejor que, en vez de solo cuatro años, los presidentes tuvieran más tiempo en sus cargos? Y como la mayor parte de la población no vota en las elecciones, ¿no sería más conveniente y más barato que un solo partido internamente escogiera dos candidatos y los presentaran a los electores para que estos escogiesen? Para la leche que da la vaca, que se la tome el ternero.

*Periodista radicado en Miami
  Publicado en Cubadebate

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