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¿Dónde está el 2001? ¿Dónde el recuerdo del dolor de millones de
personas, con la muerte rondando en sus estómagos vacíos y la tristeza infinita por la incomprensión de
tanta miseria? ¿Cuándo fue que se empezó a olvidar los corrales de billetes,
los martillazos a cristales bancarios, las corridas con carritos de supermercados
asaltados? ¿Cómo y cuándo se lavó la sangre de los balazos ordenados por esa
especie de sacerdote de la ignorancia del que fuera presidente? ¿Dónde están
los funcionarios de entonces, ahora? ¿Qué sanciones sociales tuvieron?
No bastaron los 39 muertos ni los millones de hambrientos. No fueron
suficientes las rebajas de sueldos ni las estafas bancarias. No alcanzaron los
bestiales endeudamientos a costa de la destrucción de la Nación. Tampoco el
desfile de jubilados arrastrándose para recibir bolsones de alimentos. No
resultaron demasiados los remates de los campos de los chacareros arruinados.
Muy lejos de recordar tantos tormentos económicos, morales y físicos,
la sociedad argentina parece haber borrado de su imaginario aquel
acontecimiento que torció la historia. Debilidad humana por excelencia, la
repetición de la historia parece ser un estigma que no puede dejar de aparecer periódicamente,
asegurando la caída en nuevas viejas desgracias.
Tanta es la desidia, que las mismas personas que por entonces
cometieron los desmanes, ahora son los funcionarios del gobierno de la
felicidad y la alegría, volviendo a cometer los mismos atropellos que llevaron a
aquellas miserias, sin que exista una reacción social acorde a tanta inmoralidad.
Cada uno de ellos, o fue parte de aquel gobierno, o se beneficiaba de cada una
de las medidas que tomaba, siempre en detrimento de los que ahora los votaron.
Doce años de recuperación económica y de derechos sociales no fueron suficientes.
Más pudo el aparato reproductor de verdades mentirosas que el Poder supo
administrar para su beneficio. Mucho más pudo el odio y el revanchismo de clase
que la prosperidad alcanzada. Demasiado más pudo el oscurantismo promovido por el
cinismo de los medios.
Pero ahora, cuando ya recrudece el desguace del estado de bienestar
que recién estaba asomando, los globos de la felicidad revanchista se están desinflando.
Y aquel 2001, que parecía olvidado para siempre por un Pueblo entumecido, ya se
vislumbra, agravado, casi a la vuelta de la esquina.
Mas que presidente, fue un gran estadista.
ResponderEliminar----
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de sitio.
nefasto nefasto.
ERA TAN RIDÍCULO EL MARQUETING POLITICO EMPLEADO EN LA CAMPAÑA DE, DE LA RUA , COMO QUE ERA EL QUE IBA HA ARREGLAR TODO.
ResponderEliminarQUE CUANDO SUBIÓ LOS IMBÉCILES DECÍAN:
ESE HOMBRE ESTA HECHO PARA GRANDES COSAS.
ESO NO SE ME VA OLVIDAR NUNCA.
Y LO MISMO O PARECIDO, DIJERON LOS IMBÉCILES DEL CURRERO MAS RECIENTE.
Trump subió los intereses interbancarios ASI que:
ResponderEliminarSE VIENE EL ESTALLIDO
SE VIENE EL ESTALLIDO
DE MI GUITARRA
Y DE TODO EL GLOBALIZADO NEOLIBERALISMO
TAMBIÉN
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PERDONAME MAURICIO NO ME DI CUENTA NO QUERIA SER CRUEL
PERDONAME PERO ES QUE ME OLVIDE QUE VOS ERAS UNA PARTE INSIGNIFICANTE DE LOS NEOLIBERALES Y QUE IBAS A REVENTAR PRIMERO.
PERDÓNAME LA DESCONSIDERACIÓN HACIA ALGUIEN COMO VOS CON TANTA CONSIDERACIÓN SOCIAL Y DESINTERÉS PARA CHOREAR Y HACER CURROS.
FUE UN GRAN PRIMATE, PERO REJODIDO EL PITECANTROPUS DELARUENSIS.
ResponderEliminarQUE EVOLUCIONO AL PITECANTROPUS CURROTANDILENSIS MAS AVIVADO, IGUAL DE EFICIENTE Y CASI TAN INTELIGENTE.