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La verdadera crisis
Save The Children informa (8/5/13) que un millón de niños mueren
actualmente el mismo día que nacen. El 98 por ciento en países en
desarrollo. En los países del Sahara africano hay sólo once doctores,
enfermeras y parteras cada 10.000 habitantes, en lugar de los 23
imprescindibles para asegurar servicios de salud esenciales. El 50 por
ciento de las mujeres no recibe ninguna asistencia experta en el parto.
Pero no es solamente un drama africano. Una potencia económica como
la India es la que tiene el mayor número de niños muertos el día de su
nacimiento: 300.000 por año. Detrás están la altísima desigualdad y la
falta de protección pública.
Se sabe cómo reducir estas muertes totalmente evitables y otras
similares. La diarrea infantil mata a 800.000 niños al año. Está
especialmente ligada a la desnutrición, que causa inflamaciones
intestinales que hacen muy difícil a los niños digerir alimentos.
Con 50 centavos de dólar se puede dar a los niños una ración diaria
con todos los micronutrientes que necesitan. Vacunarlos contra el
rotavirus causante de muchas muertes por diarrea infantil cuesta 2,50
dólares por vacuna y un laboratorio hindú de genéricos está por
producirla por un dólar.
Los recursos no faltan, pero la desigualdad en ascenso inducida por
la financierización especulativa del sistema económico mundial y las
políticas económicas ortodoxas genera contrastes brutales.
Una persona necesita 20 litros de agua potable diaria para tomar y
asearse. Hay 900 millones que tienen menos de cinco litros. En EE.UU. se
consumen diariamente 400 litros y en Europa, 200.
El papa Francisco termina de resaltar: “Si caen las inversiones en
los bancos es una tragedia. Pero si la gente muere de hambre o no tiene
alimentos o salud, no pasa nada. Esa es nuestra crisis hoy”.
La nueva sección
El diario La Repubblica de Roma abrió una nueva sección: “Suicidios
por crisis”. Informa de los nombres de los que se suicidaron bajo el
impacto de las políticas de austeridad. La tasa de suicidios italiana
creció 15 por ciento en los dos últimos años; la de Grecia 23, la de
España viene aumentando.
Uno de los suicidas, pequeño comerciante, dejó una nota: “No aguanto
más pedir todos los días lo que me corresponde”. Reflejaba a muchos
otros, ex integrantes de las clases medias acorralados por políticas que
los dejaron sin fuentes de trabajo ni crédito, aumentaron los impuestos
y los desalojan de sus casas.
Los esforzados trabajadores de clase media, hundidos por ellas,
sufren daños psíquicos severos, sus familias explotan, sus
personalidades se desorganizan.
Argentina conoce de estas realidades. “Menem lo hizo.” Bajo sus
políticas de arrasamiento de la economía nacional, la tasa de suicidios
subió de 6,4 cada 100.000 habitantes en 1995, a 8,4 en el 2000 y 8,6 en
el 2001.
Mientras para gruesos sectores ex clase media en Europa y 300
millones de jóvenes que están hoy fuera del sistema educativo y del
mercado de trabajo el mundo se ha hecho un lugar muy difícil, para el
uno por ciento más rico las oportunidades aumentan.
The New York Times ironiza editorialmente (26/5/13) sobre la
minimización de su pago de impuestos que han logrado algunas de las
principales multinacionales.
Con operaciones contables, por las que trasladan sus ganancias a
paraísos fiscales mientras declaran sus costos en sus países sede, han
reducido en cifras records sus contribuciones fiscales.
Escribe el influyente Times: “General Electric alcanzó el cero
perfecto en su pago de impuestos en Estados Unidos en el 2010. En
realidad, GE tenía la reputación de tener el mejor departamento de
elusión de impuestos del mundo hasta que Apple llegó con tácticas que le
permitieron llevar 100 mil millones de dólares a Irlanda sin pagar
impuesto sobre la mayoría en ningún lugar del mundo y aparentemente sin
romper la ley”. Concluye: “El rampante evitamiento de impuestos de las
corporaciones puede no ser ilegal, pero eso no lo hace correcto ni
limpio”.
Alguien paga. Según sus estimados, los impuestos a las personas y
los salarios recaudaron 1,9 billón en el 2012, comparados con una suma
mucho menor, 242 mil millones a las corporaciones.
El secretario general de la OCDE, Angel Gurría, ha denunciado “la
planificación fiscal agresiva” de grandes corporaciones que está
restando importantes recursos a los gobiernos, en pleno recorte de sus
inversiones sociales.
Los cambios vienen del Sur
La comisión investigadora del derrumbe de Bangladesh, donde murieron
1127 trabajadores y hubo más de 2700 heridos, cerró su informe oficial
concluyendo que era “un homicidio culpable” y pidió cadena perpetua para
los empresarios. Según verificó, un día antes del desastre, ante la
presencia de gruesas grietas en los nueve pisos, tres ilegales, los
operarios les habían pedido parar el trabajo y, sin embargo, los
obligaron a volver y seguir.
Una razón central por la que ello fue posible es que no había
sindicato que pudiera hablar en nombre de los indefensos trabajadores.
Con apoyo del gobierno los empresarios han perseguido los intentos de
sindicalización entre los 4,5 millones de trabajadores textiles. Un
activista sindical fue asesinado. Para pagar 38 dólares por mes se
necesita que no haya sindicatos activos.
En el Sur hoy hay políticas públicas que alientan y apoyan las
organizaciones de trabajadores y la región tiene uno de los niveles de
sindicalización más altos a nivel internacional.
En países como Brasil, Argentina y Uruguay, entre otros, los
movimientos obreros son actores fundamentales. En Argentina, Lula acaba
de inaugurar con Cristina Kirchner la primera universidad de un
movimiento sindical, la UMET.
La combinación entre políticas públicas que hacen énfasis en la
industria y la producción nacional, las pymes y lo social, movimiento
obrero activo y empresas públicas nacionales que marcan caminos en
responsabilidad social empresarial como YPF, es productora neta de
oportunidades para las mayorías.
Mientras en Brasil su presidenta denunció el falso rumor de que
podía ser cancelado el gran programa social Bolsa Familia, que mejoró la
vida de 11 millones de familias, y anunció que seguiría ampliándolo, en
Argentina por decreto presidencial se aumentaron en un 35 por ciento
los montos del mayor programa social de su historia, la Asignación
Universal por Hijo, que cubre 3,5 millones de niños pobres.
Al interior del programa, cuya ejecutoria por la Anses ha mostrado
cómo se puede gerenciar con excelencia en el sector público, 100.000 de
las mujeres más pobres beneficiadas están siendo capacitadas para
incorporarse al mundo del trabajo a través de una iniciativa inédita,
“Ellas hacen”.
Los desafíos sociales pendientes en la región son múltiples y
complejos, pero el 99 por ciento desplazado en gran parte del mundo
tiene en el Sur motivos reales para la esperanza.
* Presidente del Consejo Académico de la nueva Universidad Metropolitana de la Educación y del Trabajo (UMET).
Publicado en Página12
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