martes, 13 de agosto de 2019

AHORA, JAQUE MATE

Imagen de "Enrique Pampliega"
Por Roberto Marra
Negar la realidad suele ser un recurso de quienes están sufriendo por culpa de ella. Pero sufrir solo pueden quienes tienen condiciones de humanos, quienes se mueven en base a la razón pero también a lo que dicta el corazón. Es el caso de aquellos que, soportando como todos los embates de este modelo de políticas económicas de tan dolorosos resultados para las mayorías populares, terminó aceptando como real lo que le vendieron desde los medios con la palabra tergiversada de los supuestos “analistas”, que solo existen para el engaño premeditado en las usinas del verdadero Poder.
Pero la negación de la realidad por parte de quienes ejercen el gobierno por estos tiempos, solo es una nueva demostración de sus perversas condiciones inhumanas, de sus profundas desviaciones de esa realidad que ven, pero niegan, que sienten, pero esconden. Todo sea por conservar “amistades” con “los mercados”, entelequia mentirosa que remite a un Poder que siempre busca máscaras que no dejen ver sus rostros para darle permanente continuidad a sus saqueos.
Nada les importa “la gente”, otra entelequia inventada para negar al Pueblo, palabra que los asusta de verdad, a la que le temen más que a sus dioses del “mercado”, porque la historia les demostró que allí reside el germen de lo inevitable de su final. No les interesa sus votantes odiadores ni sus economías maltrechas, aún formando parte de un mediopelo que nunca sufre las consecuencias de estas espirales de dolores financieros como sí lo soporta el resto de la sociedad.
La misión que les encargara el imperio decadente del norte, no la pudieron cumplir del todo. Pero se llevaron puestos a millones de hombres y mujeres empobrecidos a la fuerza, de miles de industrias destrozadas, de otro tanto de comercios bajando sus persianas, de millones de pibes que se acuestan sin comer, de tantos ancianos agonizando por no acceder a los medicamentos.
Son, como acostumbran a declarar, daños colaterales. Son los necesarios “sacrificios” populares para construir un futuro de “semestres” incomprensibles y vacios, donde todo termina siempre dado vuelta, donde sus variables se disparan, para regocijo de ellos mismos, que nunca dejan de estar de ambos lados del mostrador, especialmente del que se cobra.
Están por culminar sus tareas en esta guerra antipopular que lanzaron hace años. Pero se retirarán dejando el “campo minado” de una economía derruída salvajemente, avasallada por sus improperios financieros, sin resto para darle base sólida a la salida que el Pueblo ya dictaminó. Se llevarán todo, vaciarán las arcas del Estado, acomodarán sus fortunas en el exterior y prepararán sus huidas para dejarnos la tierra arrasada y la sociedad debilitada para enfrentar los desafíos por venir, tal vez soñando con sus propios regresos, si sus amos logran derrotarnos otra vez.
Habrá que jugar con sabiduría esta partida. Habrá que mover las piezas a tiempo para acorralar a los dañosos ganadores de toda la vida. Se deberá jaquear a todos ellos para evitar las “tablas” que buscan equilibrar falsamente las fuerzas de todo un Pueblo con sus rejuntes de figurones millonarios. Tendrá que golpearse con eficiencia donde más les duela, quitarles lo que los sostienen, arrasar con sus decretos empobrecedores y elevar la voz por sobre sus “grititos” destemplados y faltos de sinceridades. Para acabar con los últimos estertores de malditos hacedores de la cultura del odio y el desprecio, dándoles el “jaque mate” que derrumbe sus obscenos palacios de “reyes”, construídos sobre la miseria de quienes serán sus vencedores.

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