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La gran mayoría de medios
españoles están presentando la situación que ocurre en Ucrania como un
alzamiento popular en contra de un gobierno corrupto y sumamente impopular. De
ahí que esté generando una simpatía generalizada, favorecida por unos medios
que, todavía estancados en la ideología de la Guerra Fría, ven a Rusia como el
enemigo. Y puesto que Rusia había apoyado a ese gobierno, mientras que los que
se le opusieron favorecían más su conexión con la Unión Europea, se explica la
lectura tan favorable de la revuelta popular contra el gobierno, la cual ha
acabado deponiéndolo, aun cuando dicho gobierno había sido elegido
democráticamente.
Ni que decir tiene que la
revuelta contra el gobierno depuesto ha sido una revuelta popular. Pero la
realidad es más complicada que la que los medios anuncian. En realidad, no se
ha señalado (con la excepción de Rafael Poch, corresponsal de La Vanguardia en
Alemania) que hoy Ucrania es el único país de Europa donde existen miembros de
un partido nazi en posiciones de gran poder. El partido nazi se llama
paradójicamente Libertad (Svoboda) y sus miembros en el gobierno son el
ministro de Defensa (Igor Tenyukh), el viceprimer ministro para Asuntos
Económicos (Aleksandr Sych, que es el ideólogo del partido que ha presionado,
entre otras medidas, para que se prohíba el aborto), el ministro de Agricultura
Igor Shvaika (uno de los mayores terratenientes de Ucrania), el ministro de
Ecología (Andriy Moknyk, que había sido la persona de contacto con grupos nazis
europeos), el director del Consejo Nacional de Seguridad Andry Parubiy (y
director de la milicia militar del partido), el Fiscal General del Estado (Oleh
Makhnitsky), y el ministro de Educación Serhiy Kvit, entre muchos otros. El
poder de este partido condiciona claramente al nuevo gobierno de Ucrania.
Dicho partido fue fundado en
1991, presentándose como el sucesor de la Organización de Nacionalistas
Ucranianos (ONU) fundada por un personaje, Stepan Bandera, clave en la historia
reciente de Ucrania. El partido Svoboda lo presenta como su máxima inspiración.
Fue definido como un héroe nacional en el año 2010 por el Presidente Victor
Yushchenko, más tarde sustituido por el democráticamente elegido Yanukovich, el
Presidente del gobierno depuesto como resultado de la revuelta popular. Este
último gobierno retiró el honor que se había concedido a Bandera, aunque es más
que probable que el nuevo gobierno lo restituya.
Bandera, cuyo homenaje conllevó
la protesta de la Tribunal Europeo de Justicia (European Court of Justice), fue
el mayor aliado del régimen nazi de Hitler en Ucrania, habiendo dirigido dos
batallones que se integraron en las SS nazis alemanas en su lucha contra la
Unión Soviética durante la II Guerra Mundial (según el Centro Simon Wiesenthal,
esos batallones detuvieron a 4.000 judíos ucranianos, enviándolos a campos de concentración
nazis en Lviv en julio de 1941). En los escritos de la organización fundada y
dirigida por Bandera (ONU) se habla explícitamente de la necesidad de limpiar
la raza, eliminando a los judíos. El Profesor de Historia de la Tufts
University Gary Leupp, en su detallado artículo “Ukraine: The Sovereignty
Argument, and the Real Problem of Fascism” (CounterPunch, 10.03.2014), del cual
extraigo todos los datos que presento en esta primera parte del artículo, cita
textos enteros mostrando el carácter nazi de dicha organización. Cuando la
Alemania nazi invadió Ucrania, Bandera declaró su independencia, cuyo gobierno
trabajó “muy próximo y hermanado con el nacionalsocialismo de la Gran Alemania,
bajo el liderazgo de Adolf Hitler, que está formando una nueva Europa”.
El partido dominante en el nuevo
gobierno de Ucrania, Svoboda, se considera orgulloso heredero del ONU, y quiere
purificar la sociedad ucraniana, persiguiendo violentamente a homosexuales,
prohibiendo el aborto, estableciendo un orden jerárquico y disciplinado,
enfatizando la masculinidad y la parafernalia militar, llamando a la expulsión
de la mafia judía moscovita y eliminando el comunismo, comenzando por la
prohibición del Partido Comunista y la persecución de sus miembros o
intelectuales afines. Piensa también eliminar más tarde a todos los partidos.
En realidad, el programa no puede ser más claro. En el año 2010, la web del
partido indicaba “Para crear una Ucrania libre… tendremos que cancelar el
Parlamento y el parlamentarismo, prohibir todos los partidos políticos,
estatalizar todos los medios, purgar a todo el funcionariado y ejecutar
(término que utilizan) a todos los miembros de los partidos políticos
antiucranianos”. El Congreso Mundial Judío (World Jewish Congress) declaró a
este partido como partido neonazi el mayo del año pasado.
¿Cómo es que un partido nazi
está gobernando hoy Ucrania?
Las movilizaciones populares que
terminaron con el gobierno eran en su mayoría movilizaciones espontaneas, con
escasa estructura organizativa. De ahí que un grupo, incluso armado, con apoyo
político internacional, pudiera adueñarse fácilmente de aquellas
movilizaciones, jugando un papel importante en las etapas finales del
movimiento popular. Y, por paradójico que parezca, tanto EEUU como la UE
jugaron un papel clave en esta promoción. En realidad, EEUU más que la UE. Fue
precisamente Victoria Nuland, responsable del Departamento de Estado para
Asuntos Europeos y Euroasiáticos (una funcionaria de la ultraderecha dura
nombrada por el Vicepresidente Cheney durante la Administración Bush, y que
sorprendentemente fue mantenida en este cargo por la Administración Obama) la
que apoyó más fuertemente y abiertamente al partido Svoboda, pues era el más
antiruso de los grupos que existían en esas manifestaciones. Fue este personaje
la que utilizó la famosa expresión “¡Que se joda la UE!” (“Fuck the EU!”),
insistiendo en que el gobierno tenía que tener en cuenta a Svoboda, por muy
mala imagen que ello creara. En realidad, dicho partido, en las últimas
elecciones, solo ha recibido un 10% del voto. Pero su enorme influencia no
deriva de su apoyo popular, sino de las maquinaciones que han tenido lugar, en
las que el gobierno estadounidense y el alemán han jugado un papel central.
Ambos desean expandir el área de influencia de la OTAN hacia el este de Europa,
y ven la situación de Ucrania como favorable a ello. El miembro de Svoboda que
es ministro de Defensa es favorable a la OTAN y ha estudiado en el Pentágono en
EEUU.
¿Cuál es el futuro de Ucrania?
Hoy las elites gobernantes a los
dos lados del Atlántico norte se encuentran en una situación conflictiva. Por
un lado, está el complejo militar industrial de EEUU, que está muy a la
defensiva (debido a los recortes tan notables del gasto militar del gobierno
federal, resultado del hartazgo de la población estadounidense hacia las
campañas bélicas que caracterizan la política exterior de EEUU) y que desea
reavivar por todos los medios la Guerra Fría para justificar la recuperación de
su papel central en el sistema político-económico estadounidense.
Pero esta estrategia choca
claramente con los intereses financieros y económicos de la UE y también de
EEUU. Rusia es el tercer socio comercial de la UE después de EEUU y China, con
un intercambio comercial de más de 500.000 millones de dólares en 2012 (Bob
Dreyfuss “Capitalism Will Prevent a Cold War Over Ukraine”, The Nation,
10.03.2014). Alrededor del 75% de todas las inversiones extranjeras en Rusia
proceden de la UE, siendo Rusia la mayor proveedora de gas de la UE. Y el
capital de los grandes oligarcas rusos está en bancos europeos, en su mayor
parte en la City de Londres. Hoy, el gran capital financiero e industrial no
desea una Guerra Fría. En realidad, gran parte del armamento de Rusia es
construido hoy en Suecia y Francia (la última compra es de helicópteros, 1.700
millones de dólares). De ahí que por mucho que se hable de penalizar a Rusia,
poca acción militar es probable que ocurra. No estamos en la primera página de
la III Guerra Mundial, pero ello no implica que no estemos viendo el
resurgimiento del nazismo, apoyado paradójicamente por élites gobernantes a los
dos lados del Atlántico norte, que representa la mano dura necesaria para
llevar a cabo las políticas de corte neoliberal que el gobierno ucraniano
realizará para facilitar su integración en la UE.
*Publicado en Cubadebate
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