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Cada día queda más clara la
ofensiva neoliberal para domesticar y/o detener al Proyecto Nacional. Pero esa ofensiva no está dirigida sólo,
como bien lo expresó Cristina, contra ella y el equipo de gobierno, sino y muy
centralmente contra la sociedad argentina, a la que hay que domesticar, para
que no vuelva a creer y apoyar a gobiernos que reparan derechos, que
distribuyen el ingreso. Es bueno aquí recordar la frase de don Arturo Jauretche: "Nada grande se
puede hacer con la tristeza. Desde la ciencia al deporte, desde la creación de
la riqueza a la moral patriótica, el tono está dado por el optimismo o por el
pesimismo. Nos quieren tristes para que nos sintamos vencidos y los pueblos
deprimidos no vencen ni en la cancha de fútbol, ni en el laboratorio, ni en el
ejemplo moral, ni en las disputas económicas… Por eso, venimos a combatir
alegremente. Seguros de nuestro destino y sabiéndonos vencedores, a corto o a largo
plazo." Por esto debemos seguir con alegría el camino emprendido.
El clima desestabilizador se hizo evidente cuando pensaban cambiar la presidencia de la Cámara de Diputados; al frustrarse este paso, enfilaron con crear un "caos" social con los "arrebatadores" de sueldos policiales e instigar posibles saqueos, intentando así plantear una situación similar a la de 2001, para luego generar una sensación de zozobra con la corrida del precio del dólar.
El poder corporativo necesita urgentemente que el pueblo pierda la autoestima que recuperó en estos años de gobierno popular, que elimine de su conciencia que fue partícipe de una década ganada, necesita que sectores de clase media vuelvan a pensar que "este es un país de mierda". El mensaje es que debe cambiar este modelo, como sea…
Siguiendo en la senda jauretcheana, don Arturo expresaba: "La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas políticas, y el que no organiza su economía políticamente es una víctima. El cuento de la división internacional del trabajo, con el de la libertad de comercio, que es su ejecución, es pues una de las tantas formulaciones doctrinarias, destinadas a impedir que organicemos sobre los hechos nuestra propia doctrina económica."
Debemos negamos a explicar esta coyuntura desde los "errores" cometidos por el gobierno. Es bastante cómodo, cuando arrecian las dificultades, situarse desde afuera y hablar de errores; por eso, como estamos siempre adentro, los errores del gobierno también son los nuestros. En ese sentido, creemos que uno de los flancos que entregamos al establishment es el haber aceptado en parte la agenda que ellos proponían.
"Señor –le dije–, clavo la rodilla y la frente pero, ¿cómo salir de la noche doliente? Y respondió: En su noche toda mañana estriba: de todo laberinto se sale por arriba si el alto Amor lo quiere. Pero la Ciencia dijo: En horas de tiniebla no te apresures, hijo." (fragmento de Laberinto de amor, Leopoldo Marechal)
Es bueno recalcar esta frase: de todo laberinto se sale por arriba, en este verano de clima agobiante y de sensaciones de ahogo, es bueno que nuestra mirada otee el horizonte y nuestras acciones den el marco de lo previsible para bien de nuestro pueblo.
"Cuando más oscura está la noche, más cerca está el día". Esta frase popular sintetiza el anhelo de que debemos seguir en el camino iniciado en 2003, a pesar de todas las trabas que intenten ponernos.
¿A que le teme el establishment? Le teme al cambio, a que este perdure en el tiempo. Cuando nos ganaron en la provincia de Buenos Aires en las legislativas de 2009, Néstor Kirchner nos planteaba que debíamos profundizar el cambio, que para eso el pueblo nos había votado.
Podíamos perder una elección, pero nunca los principios que fundamentan nuestra posición.
Seguimos convencidos de que si no profundizamos el cambio nos estancamos, y consecuentemente el poder corporativo va a avanzar sobre nosotros en el gobierno, y sobre la población en los derechos adquiridos.
El establishment se preocupa de que no haya otra década de signo nacional y popular.
Nuestro empeño es poder cristalizar esta nueva década, como siempre afirmamos, para que nada ni nadie pueda torcer el rumbo que nuestro pueblo y gran parte de la sociedad ha decidido en varias elecciones, que legitiman el gobierno de nuestra presidenta Cristina Fernández, y que debe perdurar más allá del tiempo que ella gobierne.
Para finalizar, la "yapa" de Jauretche: "El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro, se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo (...) Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada; para nosotros, todavía sigue naciendo."
Con las mismas convicciones y la misma esperanza en el camino de nuestro pueblo podemos afirmar que la patria, a 200 años de su independencia, con el recuerdo de Néstor y la conducción de Cristina, sigue naciendo.
El clima desestabilizador se hizo evidente cuando pensaban cambiar la presidencia de la Cámara de Diputados; al frustrarse este paso, enfilaron con crear un "caos" social con los "arrebatadores" de sueldos policiales e instigar posibles saqueos, intentando así plantear una situación similar a la de 2001, para luego generar una sensación de zozobra con la corrida del precio del dólar.
El poder corporativo necesita urgentemente que el pueblo pierda la autoestima que recuperó en estos años de gobierno popular, que elimine de su conciencia que fue partícipe de una década ganada, necesita que sectores de clase media vuelvan a pensar que "este es un país de mierda". El mensaje es que debe cambiar este modelo, como sea…
Siguiendo en la senda jauretcheana, don Arturo expresaba: "La economía moderna es dirigida. O la dirige el Estado o la dirigen los poderes económicos. Estamos en un mundo económicamente organizado por medidas políticas, y el que no organiza su economía políticamente es una víctima. El cuento de la división internacional del trabajo, con el de la libertad de comercio, que es su ejecución, es pues una de las tantas formulaciones doctrinarias, destinadas a impedir que organicemos sobre los hechos nuestra propia doctrina económica."
Debemos negamos a explicar esta coyuntura desde los "errores" cometidos por el gobierno. Es bastante cómodo, cuando arrecian las dificultades, situarse desde afuera y hablar de errores; por eso, como estamos siempre adentro, los errores del gobierno también son los nuestros. En ese sentido, creemos que uno de los flancos que entregamos al establishment es el haber aceptado en parte la agenda que ellos proponían.
"Señor –le dije–, clavo la rodilla y la frente pero, ¿cómo salir de la noche doliente? Y respondió: En su noche toda mañana estriba: de todo laberinto se sale por arriba si el alto Amor lo quiere. Pero la Ciencia dijo: En horas de tiniebla no te apresures, hijo." (fragmento de Laberinto de amor, Leopoldo Marechal)
Es bueno recalcar esta frase: de todo laberinto se sale por arriba, en este verano de clima agobiante y de sensaciones de ahogo, es bueno que nuestra mirada otee el horizonte y nuestras acciones den el marco de lo previsible para bien de nuestro pueblo.
"Cuando más oscura está la noche, más cerca está el día". Esta frase popular sintetiza el anhelo de que debemos seguir en el camino iniciado en 2003, a pesar de todas las trabas que intenten ponernos.
¿A que le teme el establishment? Le teme al cambio, a que este perdure en el tiempo. Cuando nos ganaron en la provincia de Buenos Aires en las legislativas de 2009, Néstor Kirchner nos planteaba que debíamos profundizar el cambio, que para eso el pueblo nos había votado.
Podíamos perder una elección, pero nunca los principios que fundamentan nuestra posición.
Seguimos convencidos de que si no profundizamos el cambio nos estancamos, y consecuentemente el poder corporativo va a avanzar sobre nosotros en el gobierno, y sobre la población en los derechos adquiridos.
El establishment se preocupa de que no haya otra década de signo nacional y popular.
Nuestro empeño es poder cristalizar esta nueva década, como siempre afirmamos, para que nada ni nadie pueda torcer el rumbo que nuestro pueblo y gran parte de la sociedad ha decidido en varias elecciones, que legitiman el gobierno de nuestra presidenta Cristina Fernández, y que debe perdurar más allá del tiempo que ella gobierne.
Para finalizar, la "yapa" de Jauretche: "El nacionalismo de ustedes se parece al amor del hijo junto a la tumba del padre; el nuestro, se parece al amor del padre junto a la cuna del hijo (...) Para ustedes la Nación se realizó y fue derogada; para nosotros, todavía sigue naciendo."
Con las mismas convicciones y la misma esperanza en el camino de nuestro pueblo podemos afirmar que la patria, a 200 años de su independencia, con el recuerdo de Néstor y la conducción de Cristina, sigue naciendo.
*Publicado en Tiempo Argentino
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