sábado, 6 de febrero de 2010

INFANCIA Y ADOLESCENCIA

EL ORIGEN DE LA MUERTE

¿Puede acaso asombrarnos el desarrollo exponencial del consumo de sustancias psicótropas con las condiciones sociales padecidas por los niños, adolescentes y adultos?
Dentro de los sectores más empobrecidos de la sociedad, que generación tras generación sólo ven aumentar su exclusión y la miseria en la que están inmersos, la proliferación del consumo de las sustancias más peligrosas, como el “paco”, es el “agujero negro” social al que los asesinos generadores de ese veneno envían a los chicos más desesperanzados. Allí encontrarán la muerte, primero social y luego física, lo cual en definitiva parece ser el objetivo de quienes fomentan su uso indiscriminado desde la más temprana edad.
Si la perversión de enviar a la muerte a los niños puede ya ser insoportable para quienes mantenemos una actitud consciente de defensa de la vida, más aún resulta incomprensible la manifiesta desaprensión de enormes sectores de la sociedad, viendo destruirse tantas vidas jóvenes sin mover un dedo para evitarlo, para combatirlo, para rebelarse contra esta parodia de sociedad, in-solidaria y egoísta, que sin dudas todos ayudaron a construir. Tienta pensar que les pesará en sus conciencias; pero luego cabe preguntarse: ¿tendrán conciencia?. Corazón seguro que no.
Descartar humanos como se descartan objetos inútiles fue la ideología aplicada desde hace mucho tiempo con el único fin de apoderarse del fruto del trabajo y el esfuerzo de millones de argentinos. Atraparon en las celdas de la miseria excluyente a tantos compatriotas a los que encima de ello se los estigmatiza como lacras sociales por los mismos productores de la miseria padecida, con el acompañamiento de los incapaces que siempre adhieren a las ideologías facistoides convencidos de ser parte de un poder del que ni siquiera comprenden su origen.
Son los que piden pena de muerte, mirando para el costado ante estos “ajusticiamientos” lentos o ante el “gatillo fácil” de los policías corruptos. Son los que participan de las marchas por la “seguridad ¿ya?” y los que se aíslan en los countries. Son los que gritan y se exaltan ante los “piqueteros” cortando alguna calle, pero aplauden entusiastas los cortes de rutas de sus admirados y ricos congéneres, cómplices todos de cuanto gobierno de facto o corrupto haya asolado nuestro País, causando los males y desmanes que originaron tanta muerte y miseria.
Lavan sus culpas con algún paquete de harina, “solidariamente” entregado a los afectados por algún cataclismo o llenando los templos con su hipocresía de falsos rezos a un Dios del que no son dignos, y ante “Monseñores” tan alejados de los conceptos de la religión a la que dicen representar como sus indignos “feligreses”.
A pesar de todo, y de todos, se puede cambiar la vida y el destino de muerte de los más jóvenes. Es imperioso participar y trabajar desde ahora entre todos quienes asumimos y mantenemos la capacidad de comprender la realidad para modificarla a favor de las mayorías postergadas de siempre.
Aunque lo parezca, nada está perdido si algunos nos atrevemos a luchar por torcer el supuesto destino a través de la mejor estrategia: la inclusión. Inclusión social, pero también inclusión familiar. Generar lazos renovados de relaciones sociales, promover acciones y actitudes solidarias con y entre los jóvenes, abordar sus problemas individuales convirtiéndolos en comunitarios, son las lógicas maneras de encarar tan profundo dislate al que nos condujeron quienes hace décadas implementaron las políticas económicas y sociales que produjeron semejante degradación moral.
Prof. Claudia Saldaña
Diputada Provincial

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