jueves, 31 de agosto de 2023

INCOMPRENSIÓN

Por Roberto Marra

Una cosa es leer, y otra es entender lo que se lee. O, lo que resulta peor todavía, no querer entender. Por eso no resulta extraño la poca reacción a lo que se escribe o se dice, tratando de relatar la realidad desde el lado de los perdedores, de los que sufren y sufrieron siempre, de los ninguneados eternos, de los nadies.

Por más que se intente, nada de lo que se exprese será observado con detenimiento ni consideración. Se preferirá escuchar las voces gastadas pero millones de veces repetidas, de quienes provocan todos los males o de los que los apañan. Sólo serán tenidas en cuenta las opiniones de quienes aparenten ser lo que no son, pero con la fama a cuestas de sus presencias mediáticas casi permanentes.

La brutalidad se construye cada día con mensajes sesgados, con falacias elevadas a la categoría de verdades absolutas, con gritos destemplados contra quienes intentan poner las ideas en orden para hacer comprender lo que se vive (o desvive).

Contaminados con tanta falsificación de la verdad, millones de ignorantes a la fuerza hacen lo que se les ordena subliminalmente, dejando de lado la comprensión que sus propias vidas les demuestra. Y caminan como autómatas hacia el fuego de la derrota, felices por evitar que sus verdaderos defensores lleguen a ganar la partida electoral.

Desorbitados y enajenados, no se atreven a pensar, por miedo a perder lo que no tienen ni tendrán, pero que sobre lo que les han convencido que hay que tener para ser digno de llamarse humano. Y en búsqueda de ese destino consumista y perverso, marchan enceguecidos hacia la ciénaga de la derrota, donde extraviarán para siempre la poca consciencia que les queda, para terminar siendo el abono de la próxima generación de perdedores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario