sábado, 13 de mayo de 2023

CERCA DEL ABISMO

Obra de Enrique Silveira y Jorge Abbondanza
Por Roberto Marra

Observando las actitudes de quienes protagonizan los cierres de listas para las elecciones primarias, pareciera que no vivieran en el mismo territorio que el resto de la ciudadanía y, sobre todo, que no comprendieran los mensajes que la sociedad, mal o bien, les viene enviando desde hace mucho tiempo. Las disputas de nombres prevalecen por sobre las de las propuestas de programas gubernamentales. El “toma y daca” es la norma no escrita que ensombrece los tratos de medianoche para cerrar el “libro de pases” salpicado de entretelones escondidos y agachadas supuestas. La demostración de poderes miserables se muestra como el camino elegido para acaparar puestos entre las “sábanas” de papel que serán lo único que verán los votantes el día de las decisiones electorales.

Las sonrisas de cartón pintado comenzarán, a partir de ahora, el repetido recorrido de cartelerías tan costosas como inútiles para el reconocimiento de sus ideas, las pocas que puedan llegar a manifestar en las entrevistas pagas que acuerdan los principales candidatos con los medios hegemónicos, para darse a conocer. “Futuro” será la palabra más nombrada de los próximos meses, postergaciones de obligaciones no cumplidas o promesas vanas de lo que nunca estarán dispuestos a realizar.

Odiosas manifestaciones contra el “populismo” serán el caldo donde se cocinarán las brutalidades de muchos y muchas, incitando a rechazar la existencia de sus responsabilidades por una actualidad marginante de millones de personas. Repugnantes propuestas de acercamiento al enemigo del Pueblo se intentaran poner sobre la mesa de saldos de las ideas, por parte de algunos integrantes de ese conglomerado, diverso y muchas veces travestido, que pretende representar las banderas manchadas de un peronismo que degradan con sus actitudes mezquinas. Terceros en discordia que no terminan de conjugar el verbo unir, ofertando algunos valiosos conceptos que se pierden por sectarismos inoperantes y por la ignorancia inducida desde los medios que juegan su propia elección, siempre a ganador.

Cosa extraña esta “democracia” donde deciden muy pocos, donde desde los tribunales marcan y descartan candidatos, postergan elecciones a piaccere, persiguen a quienes reconocen como auténticos líderes. Más extrañas aún las actitudes de muchos candidatos, mimetizando sus discursos con los de sus adversarios o proponiendo imposibilidades recurrentes. Peores todavía las apariciones de mendaces propagandistas del desprecio y la inmoralidad como herramientas políticas. Todo en medio de un empobrecimiento generalizado provocado por los mismos actores de toda nuestra historia, repetidos personajes de un alcurnia podrida pero poderosa, que extorsionan, someten, transgreden leyes y se jactan de hacerlo, mostrando sus uñas de miserables constructores de la destrucción nacional.

Al horror repetido, la profundización del desgano y la apatía le siguen como fieles resultados de la obviedad reiterada. El miedo a las masas populares empoderadas no parece ser propiedad únicamente de sus enemigos. También los dirigentes del campo popular se muestran temerosos de lanzar a las calles el poder decisorio de lo colectivo organizado. La historia parece ser la convidada de piedra en esta mesa servida con manjares incomibles, putrefactos y con olor a pérdida de derechos. Lo demostrado tantas veces por las hazañas de un Pueblo reiteradamente engañado y renacido de sus propias cenizas, es un material épico que nadie (o muy pocos y pocas) parece atreverse a tomar en sus manos dirigenciales.

Todo parece encaminado al fracaso, anticipado por la inacción rebelante de autoridades sin autoridad. El espejo del pasado nos refleja otra vez en el fondo del subsuelo económico (el monetario internacional y el de la miseria social), revolcándonos en el barro inconsistente de políticas sin destino de mayorías. Lo medroso le está ganando por goleada a lo valiente, hundiendo las utopías en lo imposible, haciendo puré nuestros anhelos de Patria soberana. El mediopelo politiquero se impone en la consideración de “proponer lo posible”, rompiendo la regla de ir siempre por más para obtener mejores resultados.

El hartazgo va camino a traducirse en una rebeldía oscura y negativa, otorgando mayor poder a los que ya lo tienen casi todo. Los hastiados creerán resuelto sus problemas votando a sus enemigos de clase. Los mejores serán dejados de lado, tirados en el rincón de los que piensan, el lugar donde se hunden las ideas y se pisotean las banderas que supieron llevarnos a la gloria de los mejores días. Hasta que, perdidos y sometidos a los peores escarnios, florezcan de nuevo los que nunca abandonan, y levanten sus miradas al horizonte negado para aplastar el pasado con el paso audaz de las verdades aplastadas, izando las viejas-nuevas banderas en los corazones militantes de la vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario