Por Walter Paz*
La actual crisis griega, horas más tarde hay que decir la actual crisis griega y española, y poco después hay que sumarle la portuguesa, parece casi una mancha que se expande incontenible. En realidad se viene hablando de esto desde hace un tiempo, pero… se dejó correr la bola y no se hizo nada. Ahora es tarde.
Pero esto nos debe hacer reflexionar a nosotros, no sólo como argentinos teniendo en cuenta las aspiraciones secretas de ese menjunje que tenemos y que algunos llaman oposición, amante de los ajustes y de los descuentos salariales tal cual lo hicieron en el 2001, y hoy siguen participando en política sin ponerse colorados, hablamos obviamente de Patricia Bulrich, Morales, Rodríguez Saa, y especímenes por el estilo. Sino que debemos reflexionar como latinoamericanos justo en este momento que comenzamos a transitar como nunca antes esta senda de integración.
El sábado pasado mencionábamos alguna característica de la integración europea, la reconciliación de países luego de haberse enfrentado en innumerables guerras, pero, por otro lado también es una integración en que estados y élites gobernantes no cambiaron sus respectivas estructuras de poder, sino que la unificación les sirvió y sirve para afianzarse en el poder. Y hoy, en medio del lodazal que enfrenta España, Portugal y Grecia, la crisis recae sobre los de siempre, como siempre. Es una Europa liberal, capitalista y los dueños del poder económico caen parados, son los Pueblos los que se las ven negras.
Parece calcado a lo que vimos el pasado 2009 del otro lado del Atlántico, los EE.UU. cientos de entidades financieras e inmobiliarias prestaron el dinero que no tenían, gastaron lo que no tenían, engañaron al público en general, hicieron todo mal, pero el Estado norteamericano los salvó inyectándoles una suma de dinero inimaginable, sin embargo, los que necesitaban la auténtica ayuda -y todavía la necesitan- son los trabajadores, la gente de a pié. No, esos engrosaron y engrosan los porcentajes de desocupados, muchísimos perdieron sus casas y terminaron durmiendo en el asiento trasero del auto.
Y nos resulta tan conocido lo que pasa en Europa hoy, aunque se encuentre a más 10.000 Km. que es imposible asistir con impotencia a lo que sufre el Pueblo griego, de marcha en marcha y de represión en represión. En medio de todo eso, están los miles de argentinos que desde el 2004 más o menos retornan a la Argentina, ahora ya no retornan, sino que huyen de ese “primer mundo”.
El o los dueños del dinero también son los dueños de los medios mundiales de desinformación, entonces insisten con sus titulares de “ayuda”, “salvataje”. Con semejantes ayudas uno no sabe si dejar hundirse. Me voy a permitir recomendar a aquellos que gustan de navegar por la Web, un vídeo perteneciente a un programa televisivo británico cuyo nombre se traduciría como “el último ríe mejor”, Ud. entra en el explorador y escribe: la crisis financiera explicada con humor inglés, es una parodia de entrevista a un supuesto especialista en finanzas. Explica muy bien la crisis y encima con ese particular humor inglés.
Pero, y nosotros ¿? Lo que debemos aprehender es que nuestra integración debe ser distinta. Nuestro Continentalismo debe seguir apuntando y profundizando algunos tópicos que los principales impulsores del UNASUR y del MERCOSUR vienen impulsando: la soberanía alimentaria, la protección de nuestros recursos naturales, la implementación de infraestructuras regionales y la construcción de Justicia Social para romper con 200 o con 500 años de pobreza, en definitiva, liberación continental. Y esto implica la definición y construcción de un sistema de vida para gran parte del Continente Latinoamericano distinto, alejado e incluso opuesto al liberalismo.
El liberalismo o capitalismo como quiera llamarlo ya lleva imperando en gran parte del planeta casi 400 años, y hasta ahora los resultados visibles son una completa defraudación. Como canta la voz líder del grupo musical Bersuit Vergarabat: “el progreso fue un fracaso”, Esas ideas de progreso liberal, de nuevas ideas, de libre comercio, etc., etc. En casi todo el mundo lo único que hizo fue llevar explotación, desmembramientos de Estados, hambre, destrucción del medio ambiente y de las culturas, matanzas, todo en nombre del progreso y la modernidad, y deuda, mucha deuda. Por eso, bienvenida la política de nuestra Presidenta Cristina: D-E-S-E-N-D-E-U-D-A-M-I-E-N-T-O.
Cambiando de tema, o por qué no, algo relacionado sobre ésta línea editorial, el derrame de petróleo en el Golfo de México, frente a la costa de uno de los Estados integrante de la Unión, Louisiana. Se difunde hoy en día que básicamente este desastre se debería entre otras causas a aspectos obviados en la legislación regulatoria, la Ley de Energía aprobada en 2005. Por ejemplo el uso obligatorio de una válvula acústica que hubiera prevenido de la fractura de la tubería que llevaba el crudo, sin embargo fue dejada de lado.
Fue durante la Administración Bush, decidieron borrar tal exigencia a las empresas explotadoras de petróleo, un válvula que cuesta medio millón de dólares, siendo que por ejemplo, la compañía involucrada en este drama la British Petroleum factura 100.000.000 U$S diarios. De eso estuvimos hablando hoy del deseo desenfrenado de ganancias, la gula de riquezas, de capitalismo.
El daño ambiental es incalculable porque sigue fluyendo crudo en cantidades tales que es imposible aún con los medios técnicos actuales, detener o disminuir. Los conocedores ya lo caracterizan como un desastre peor al del Exxon Valdez allá en Alaska.
Ah, y un detalle para terminar. En el accidente que provocó semejante derrame, la explosión e incendio de la plataforma petrolera, murieron 11 trabajadores.
*Columna semanal del Programa Sudestada
emitido por Radio Nacional Rosario - AM1300
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