LAS IDEAS QUE NO SE MUESTRAN

Imagen de "Minuto Uno"

Por Roberto Marra

Resulta un ejercicio ciudadano muy interesante y productivo, observar y analizar los slogans utilizados en las campañas electorales. Uno podría, desde ellos, tener una idea acerca de cuales son las orientaciones que le imprimirían a sus gestiones, si logran acceder a los cargos para los que se postulan. Podría... siempre y cuando fueran un poco más concretas y claras.

Uno de ellos dice “Acá presentes”: ¿qué pueden haber querido decir con eso? Aparentemente, quieren dar idea de su acompañamiento a los ciudadanos. Pero... ¿y las propuestas cuales son? Están presentes, pero ¿para qué?

Otro dice: “Movemos la Ciudad”. ¿En qué sentido? ¿Hacia donde? ¿Con cuales objetivos? La mueven, pero... ¿donde dice qué van a hacer?

Un cartel nos asegura: “Vamos con vos”. Aquí hay un mensaje doble: parece que nos acompañan pero, en realidad, da la idea de que los sigamos. Tampoco aclara a qué destino, por lo cual no sabemos nada de ellos.

“Vivamos mejor” nos dice un candidato desde otra de los enormes carteles. Es un buen deseo, compartido por todos, seguro. Pero no nos explica la más mínima idea de qué va a hacer para lograrlo.

Nos asegura otro procurante de nuestros votos que el voto a él es “La victoria de tus derechos”. Pero...¿cuales son esos derechos? Cabría una expresión más amplia para saber si coinciden con nuestros intereses y necesidades.

Un conocido candidato y actual funcionario, nos dice que representa “El movimiento de Rosario”. También recurre a la idea de movernos, sin aclarar ni adonde, ni como, ni para qué. Con lo cual, el movimiento puede ser un sismo...

“Cambiando juntos” es el lema de quien repite el slogan presidencial preferido. Saben que la palabra “cambio” es casi mágica, porque expresa renovación. Y allí van, otra vez con esa frase, que nada significa sin las pautas de ese cambio: por qué, para qué, como.

Las medianeras se cubren con carteles con cuyos millonarios costos se podrían satisfacer necesidades básicas abandonadas por los mismos que nos solicitan movernos, ir con ellos, cambiar, vivir mejor y otras cuantas sandeces sin sustento ideológico. Resultan, al final, simples pantallas de cartón pintado, que ocultan las interminables pobrezas populares, y muestran los miserables egoismos de esos sonrientes candidatos sin ideas.