miércoles, 9 de agosto de 2017

EN BUSCA DE UN CONCEJO SALUDABLE

Imagen de "RosarioPlus.com"
Por Roberto Marra

Poco parece importarles, a la mayoría de los candidatos a concejales en Rosario, del resultado que las políticas económicas nacionales están produciendo en el ámbito de la niñez y adolescencia. Eso derivado de lo que llaman “austeridad” presupuestaria, que con tanto fervor abrazan los neoliberales a la hora de proponer supuestas soluciones, y que no resulta en otra cosa que empobrecimiento y marginación de amplios sectores de la población.
Esa pauperización creciente trajeron consigo padecimientos ciertos y comprobados en cada oportunidad en que se aplicaron las mismas políticas supuestamente “austeras”, que solo lo son con las necesidades básicas de quienes más requieren de la atención permanente de la sociedad, en tanto pretenda llamarse así.
Es que a la pobreza económica se le suma, inmediatamente, la sanitaria, por el abandono o la minimización de los programas destinados a resguardar la salud de los más vulnerables, que no son otros que los inocentes pibas y pibes que comienzan a padecer la falta de alimentación y de atención sanitaria, con las consecuentes complicaciones para la escolaridad y su desarrollo físico y psíquico.
Es allí, en esos derechos fundamentales vulnerados en función de réditos obscenamente egoistas de los financistas gobernantes, donde se debe hacer presente el Estado Municipal, desde el propio Concejo, generando las políticas que garanticen la nutrición saludable de los niños desde que nacen hasta el fin de la escolaridad primaria, otorgando seguridad alimentaria, sanitaria y escolar, los más importantes elementos que hacen al desarrollo con equidad de una sociedad.
El Concejo es el ámbito de representación más amplia, que tiene el poder necesario para determinar ese tipo de políticas inclusivas, tan imprescindibles. No es (o no debiera ser) solo un apéndice del Ejecutivo, ámbito de levantamanos obsecuentes o distraídos “debatidores” de bajezas politiqueras.
Es su obligación atender y asegurar las respuestas que necesitan quienes son los más afectados por tanta miseria moral y material generada por los mandamases del Poder Real. Es hora que despierte de su letargo institucional, para convertirse en lo nunca debió dejar de ser: resguardo de la seguridad existencial y social de todos los rosarinos.

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