Por Roberto Marra
Hay sentencias que nos atan y nos convierten en inválidos políticos. Son aseveraciones repetidas miles de veces, hasta calar hondo en la población, en el “ciudadano de a pie”, para hacerles partícipes de la reproducción infinita de esos dichos. Definiciones tajantes realizadas por determinadas personas de gran influencia mediática, terminan por convencer, incluso, al más capaz y despierto de los intelectos.