lunes, 5 de marzo de 2012

LA LID INFANTO-JUVENIL ES MEJOR QUE ELLOS


Por Gustavo Daniel Barrios*

            Suenan como siempre esas páginas musicales...; con ciertas melodías uno se acerca mejor a la razón de nuestros desvelos. Melodías introductorias. Y en eso me pregunto: ¿Por qué no es más celebrado Ennio Morricone? Digamos como lo fue el director Leibowitz, o directores no autores a la inversa del caso de él.... Morricone es un compositor sin adjetivos en el léxico de la Asociación de Academias. ¿Qué adjetivos? Este hombre ha compuesto obras que se originaban en bosques de allende..., adonde una anciana pobre de Baviera cocina sus papas al rescoldo, y sus camotes al rescoldo, sola en el invierno y oyendo sus voces, en su paraje semidesierto....
            A Morricone basta con oírle “Por un puñado de dólares”, sin llegar a “Cinema Paradiso”, para saber quién es. Y me cuesta reconocer que tal vez la historia lo señale por algo al italiano. Apenas algo. Pero como dicen por ahí, hablando del querido balón-pie, en el Defensores del Chaco, Martín erró tres penales en un partido, pero no le quitás el botín de oro. Maradona erró los tres penales, que en toda su carrera le tocó tirar en la gramilla de Génova y Cordiviola; y el hombre surgido en La Paternal fue tan grande, que solía agrandarse como tal en ciertos teatros y sin embargo... Cosas raras, pero claro que no le quitás el balón de oro. Un arquero récord del fútbol argentino, atajó seis penales consecutivos –yo estuve cuando el sexto-, pero salvo en un trimestre, a préstamo y para un Nacional, nunca salió del ascenso, incluso poco de la divisional C. Pero el que lo conoció, sabe que el galardón lo conserva bien. Ennio Morricone mantendrá sus preseas como este arquero, y como los anteriores, pero tuvo que componer la marcha del mundial 78. Morricone, con 49 o 50 años, ya no necesitaba componer una marcha de tipo heroica, con timbre sentimental y deleitoso, al estilo de una obra dedicada a la Resistencia Francesa de los primeros años 40. Y él se la regaló a los criminales usurpadores del poder, al proceso, y digo regalar como brindar una buena y atractiva pieza, al mundial de los detenidos en la Esma, La Calamita, el Pozo de Banfield etc.... Morricone no mató a nadie, pero él debió recomendarlo al flautista Bartolo para ese contrato, y abrirse.
            Aprovecho el eje Morricone para acercarme a Sacco y Vanzetti, porque Ennio venía del himno que fue la “Balada para Sacco y Vanzetti”. Él venía de musicalizar ese himno que inmortalizara Joan Báez. Y me acerco también por extensión al soldado Dreyfus, y vuelvo al país y lo enlazo con treinta mil héroes y heroínas de la “noche y niebla”. Y lo enlazo con los ciento cuarenta mil de la larga “noche y niebla” de cuarenta años del franquismo. Y todo para preguntarme: ¿Cuándo hallará en su viaje la civilización, la forma de encauzar su vida habiendo sujetado antes, a esa afiebrada y negra criatura llamada muerte?

            Es propiedad de los individuos extraviados, ponerse en sentido contrario a una fuerza inabarcable, que atesora los sueños de una construcción colectiva que en este suelo comenzó en 1806. Esa construcción colectiva, tiene un desplazamiento de arribo ineluctable. Este es un conocimiento que debe fijarse en las mentes de los que aun no son presa de enajenación.

            En el caso de nuestro país, el análisis bucea por el territorio de dirigentes y corporativismos. Son los corporativismos, oponentes de la Democracia y de la República, en el sentido que estas aseguran cuando funcionan perfectamente, la cesión que hace la corporación, y el poder natural que por ende se le reintegra así al Estado Popular. Y por eso, máxime en estos días, recobra importancia la rara afición, y el raro apego, que tantos connacionales tienen por la muerte. Llegó aquí la hora de cesar los comentarios que se usaban para deshilvanar artimañas de mentiras. Ni siquiera es posible ocuparse un momento ya, en responder argumentaciones que se arman a base de mentiras horribles. Debatirlas, sería concederles que traen premisas que no son embustes, que no provienen de falsedad. Sabemos, y todo el mundo sabe, que el anhelo corporativo, es decir aniquilador, yace dentro de una aparente defensa de lo popular, cuando la agenda política fue invadida por la podredumbre.
            Hoy es un tiempo en el cual es imposible dar entidad, a argumentos que en realidad son corporativos. De hacerlo, alguien pudiera creer que los jodidos traen justicia. Además de eso, la verdad estalló como fuegos de artificio, y se ve a kilómetros. Toda la sociedad entiende el juego. Las mentiras, tratadas de intercalar con verdades históricas, en este presente de bienestar en el país, son verdades muertas, y esto hace visible la malformación y la intriga, del corporativismo vicioso.
            Hay una enorme parte de la sociedad, que tiene un apego desesperado por la muerte. Y la muerte entró en el mundo porque dentro de las raíces de la especie se alojó una pulsión fortísima, como una droga, que hizo claudicar a tantas generaciones por mantenerse apegados a la muerte. De hecho existen personas, a las que si se le ofrece elegir, y se le propone leer, una prosa poética sapiencial de las que se guardan en selecciones antiguas,   y también se les propone, los prefacios apócrifos, de opúsculos que produjeron el ascenso de Hitler, se verá, que sin dudarlo un solo instante, ellos eligen estos prefacios donde la muerte es prioridad. Aman la muerte. Aunque te agregarán que en esas líneas ellos descubrieron fundamentos de liberación.
            Está todo inventado muchachos, y lo vuestro es un delirio, y una ofensa para todos aquellos que iluminan la vida minuto a minuto.
            Y si estos se parecen a los lobos, hoy se esclarece que los ebrios de poder son bien desemejantes, lo inverso incluso, a la humanidad de aquellos afables seres torturados, y llamativamente inconciliables con estos, como las hermanas Domon  y Duquet, por dar un ejemplo. Y en consecuencia esto demuestra también, que nunca pertenecieron los jodidos, al frente de los que tanto ansiamos la patria triunfante. Porque la analogía siguiente los declara hez: Si Jorge Lanata y Cecilia Pando son socios, nunca explicitados ni seguramente a explicitarse, pero si ellos son socios como en verdad lo son, se entiende que los “modernistas” idénticos a Lanata son, en realidad, antipatria. Porque había sido siempre un cuento, y antes ni se sospechaba, qué escondía su circo de variedades.
            El problema es que ellos han estado convenciendo a sus adláteres, y todo el problema se centra en el nivel de carisma que poseen y plantó en el alma de sus adláteres, la aceptación de sus liderazgos.
            Y es posible avanzar mucho más en la indagación del asunto. Los más avezados y mandantes dentro del corporativismo, debieron concebir en algún momento de su temprana juventud, la idea de que ellos, cada uno de ellos, son personas tremendamente importantes. El caso aquí es la estima en grado extraordinario, que estas personas han forjado para sí mismos. Si una cofradía, porque ya no hay duda de que son cofradías, tiene la firme creencia, de que ellos en su asamblea, son tremendamente importantes y se estiman en grado extraordinario, paralelamente suponen que sus documentos y sus sentencias, son irrebatibles, porque ellos estarían más allá, encima de cualquiera en cualquier parte, por más encumbrado que sea el que los dispute. La cerrazón tiene directa relación con el grado de locura, de los mejores dentro de la cofradía. Pero son todos igual. Aunque los adláteres no son cofrades, son simplemente compañeros de trabajo que han tenido que someterse siempre, al indiscutible “dueño de la verdad”. Han estos señores asumido, que son tan singularmente exquisitos, que ya nunca nadie podrá disputarles un punto. ¿Suena familiar?
            Rafael Correa les llamó a estos “modernos”, celosos guardianes del statu quo. Latinoamérica no se merece estas cosas. Los tipos están, decididamente enfrentados a la galaxia. Yo creo que ellos están muy comprometidos ya. Están muy comprometidos, ante la Historia, ante los que lucharon siempre por una felicidad que ellos intentan destruir. Qué pobre gente.

*Escritor
 Miembro del CEP

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