Por Dr. Rubén Visconti*
Hay en estos días un tema caliente de discusión con referencia a las
medidas del gobierno nacional que apuntan a controlarlas las importaciones y otro,
sector empresario, que exige que esos controles se eliminen o se reduzcan a su
mínima expresión.
Parece un enfrentamiento leal y honesto del cual participan los gobiernos
de otros países que reclaman dado que esas medidas perjudican a sus propios exportadores,
lesionando las relaciones que todos pretenden, beneficiosas o no, del
resultado del comercio internacional.
Presentado así, esta discusión aparece, en principio como un enfrentamiento
entre intereses opuestos, leal y honesto, y por lo tanto justificable.
Sin embargo, si ahondamos en el análisis de las causas de estas
motivaciones, el asunto pierde legitimidad y, consecuentemente, también deja de
ser leal y honesto.
Vamos a explicarlo con un tema que obedece a las complejidades de los
Costos que en general aparecen como mus
difíciles de comprender, no obstante no lo son y, por lo tanto, están al alcance
de todos. Descubriremos así que detrás de un aparente ”crimen perfecto”, para
decirlo con una expresión comprensible para todos, lo que permitirá que
logremos identificar el culpable o, mejor dicho, dado que los participantes son
muchos, a todos los responsables, aunque no con ello alcanzaremos las
posibilidades de someterlos a juicio y penarlos.
Cuando una empresa elabora partes de
un producto final en una cadena de empresas
radicadas en otros países o no, se conforma entre todas ellas una cadena de
transferencias de las partes parciales de ese producto final y, lógicamente,
también se transfieren los costos derivados de la elaboración de esas
parcialidades.
Para entendernos mejor, si a esas partes las denominamos con letras la
cadena de transferencias será expresada como a+b+c…………..+n= P, cada una de esas
partes será acompañadas por sus costos que se fueron acumulando, es decir,
desde a hasta n.
La teoría de costos los incluye en un capítulo especial al que denomina PRECIOS
O COSTOS DE TRANSFERENCIA, y plantean las diferentes alternativas con que esos
costos pueden ser calculados.
Hasta aquí seguimos con que planteada así la discusión entre las partes
sigue siendo legítima, honesta y leal, pero que en la realidad facilitan maniobras que invierten esos
calificativos por la inversa, justificando las razones por las cuales esos sectores “importadores” insisten en importar y no producir en el país.
Cada una de esas transferencias de Costos ocultan un problema derivado del
hecho de que mediante el incremento indebido de los costos de cada etapa los
fabricantes del producto final radicado en el país explica sus menores
beneficios o utilidades y PAGA MENORES IMPUESTOS.
Es un problema que algunos denominan como un tema FISCAL por lo cual casi
todos los países incluyen normas en las leyes fiscales de sus propias
jurisdicciones para evitarlos y sancionarnos, aunque ello resulte bastante
complejo para localizar las trampas. Mientras tanto, los IMPORTADORES SIGUEN
RECLAMANDO QUE LOS DEJEN IMPORTAR SIN EXIGIRLES QUE FABRIQUEN EN EL PAIS.
Aclaremos, finalmente, que para ejecutar esta trampa no es necesario que
las distintas filiales de las empresas estén radicadas en distintos países, ya
que lo mismo sucede con filiales en distintas Provincias que, gozando de
ventajas impositivas legales, aprovecha
esas ventajas para llevarlas a cabo. Esa experiencia la vivimos
profesionalmente con un productor de partes de los tractores de Massey Ferguson
que entregándolas en su sede cercana debía enviar las facturas a un galpón
vacio instalado en Villa Mercedes San
Luis, cuya única tarea era la de aumentar falsamente sus costos y remitir LAS
FACTURAS FALSAS a la sede central.
*Doctor en Economía, Docente de la UNR
Miembro del CEP
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