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Por
Roberto Marra
El
socialismo es una palabra convertida, básicamente, en representación
de una idea de sociedad con una economía basada en la equidad
distributiva, la igualdad entre los individuos, la solidaridad como
método de relacionamiento social. Las circunstancias históricas y
los procesos económicos en ellas generados, fueron produciendo la
aparición de movimientos y agrupaciones políticas conformadas
alrededor de aquellas ideas primigenias, con las variantes y las
profundizaciones que promovieron las influencias de los diversos
pensadores que desarrollaron las teorías que estructuraron ese
modelo social, que intentaba disputarle el poder al capitalismo.
Los
partidos políticos denominados socialistas, mientras tanto, que
habían surgido en respuesta a esas necesidades de los trabajadores,
fueron degradando sus ideas originales hacia propuestas y acciones
que nada tenían que ver con las urgencias materiales y espirituales
de los auténticos destinatarios y originales creadores de esos
movimientos de luchas reinvindicativas. La historia terminó
conjugando, en determinados momentos, la congruencia de esos partidos
“socialistas” con los representativos de las clases dominantes,
en una espiral descendente hacia el odioso fin de sus ideales.
En
la Provincia de Santa Fe, luego de muchos devaneos, multiplicaciones,
divisiones y re-uniones, esos partidos “socialistas” terminaron
por conformar una estructura de poder aceitada y eficaz para alcanzar
sus objetivos, desplazando al peronismo del gobierno, imponiéndose a
fuerza de consignas sencillas y de impacto directo en los intereses
de las mayorías, elaboradas con inteligencia publicitaria y
ejecutada con buen conocimiento de la idiosincrasia de los votantes
de esta particular Provincia.
Basando
su crecimiento en mostrarse como el punto medio entre ideas extremas,
surgieron a la luz pública masiva desde la ciudad de Rosario, donde
accedieron primero al gobierno, desarrollando políticas que giraron
sobre temas auténticamente prioritarios, con especial incapié en el
sistema sanitario. Tanta fue su prédica al respecto, que ya en todo
el País se ha convertido en “marca registrada” de sus gestiones
repetidas en varios períodos contínuos.
Mostrándose
siempre “pulcros” y “serios”, sus mensajes intentan promover
la idea de una sociedad distinta a la que se ve en otras provincias y
ciudades. Sus cuadros políticos, surgidos mayoritariamente de la
Universidad, mantienen las características propias de los
académicos, con discursos de verba “progresista” y acciones de
realidades conservadoras. Saben acomodar sus letras a los momentos
políticos, expresándose con estudiados estilos de relacionamiento
con los sectores sociales más postergados.
El
método de las maquetas, podría llamarse al particular modo de
presentar sus propuestas. Siempre con bellos dibujos, con despliegue
de auténticas o virtuales maquetas de grandes proyectos, con enormes
libros de planes directores, parecen estar un paso adelante del resto
de los movimientos políticos, aprovechando al máximo el privilegio
de la continuidad gubernamental y sus presupuestos adecuados a las
circunstancias electorales.
Ayudados
por la inoperancia y/o la incapacidad dirigencial de la “oposición”
de origen peronista, más la influencia del macrismo, han ido jugando
con acercamientos y alejamientos de estos oligarcas gobernantes de la
Nación, mostrándose sumisos y acompañando muchas de sus medidas
antipopulares, para terminar intentando desprenderse, ahora, de ese
lastre ideológico imborrable cuando se acercan las nuevas
elecciones.
Habilidosos
gambeteadores de la realidad, olvidadizos relatores de inseguridades
que son la consecuencia de sus incapacidades, inútiles “discurseros”
frente al delito que campea muy orondo por las calles, se dan el lujo
de presentarse otra vez como la alternativa “segura” y
“progresista”, ante el espejo borroso de una oposición sin
demasiadas variantes respecto a sus pobrezas programáticas.
Y
navegando esta barca del desánimo y la desesperanza, aparecen por
enésima vez ante los obnubilados votantes con sus ofertas de
miserias disfrazadas con las sonrisas de los gigantes carteles de
medianeras, otra muestra más de la indecente burla financiera a la
equidad nunca buscada, la igualdad jamás promovida y la solidaridad
arrojada al oscuro pozo del olvido de la historia.
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