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“Personas
en situación de calle” es el eufemismo adoptado por casi todo el
mundo para designar a quienes viven en la calle, literalmente. A
quienes, por haber sido despojados y abandonados por el sistema
político-económico vigente, se les han quitado los derechos que la
letra de la Constitución ordena. Son “desaparecidos” del
sistema, en el que solo se permanece si no se resulta desechable, en
el que hasta las sobras del mísero “derrame” son limitadas a
cierto número de individuos.
Los
mismos protectores e impulsores de las políticas que provocan la
proliferación de estos pobres de toda pobreza, rellenan con falsas
peroratas dolientes, largos minutos televisivos para mostrarnos la
aparición, de la nada, como si no tuvieran orígenes, de estos
desarrapados abandonados por distintos rincones de las grandes
ciudades.
Ahora
ven lo obvio, la muerte por el frio de algunas de las personas
abandonadas. Ahora notan lo que estaba a la vista desde hace
demasiado tiempo, desnudando el espejismo de un relato de ricos para
ricos. Y para quienes, sin serlo, acompañan gozosos esas miserables
formas de no ver la realidad.
“Compungidos”
periodistas entrevistan a “preocupados” funcionarios, quienes
despues de emitir sus acostumbradas falsedades disfrazadas de
proyectos nunca concretados, continuarán con la aplicación de los
planes de destrucción y descarte de seres humanos, convertidos en la
basura que hay que alejar de la vista de los demás, que serán los
seguros abandonados del futuro.
La
solidaridad de algunos alejará la muerte de muchos de estos
ciudadanos sin derechos. Frazadas y platos calientes brindados por
curas cristianos de verdad y por simples compatriotas dolidos por
tanta injusticia permitirá, tal vez, sus sobrevivencias.
Pero
el estigma de la miseria consumada seguirá allí, atravesando a una
sociedad con anteojeras, que niega la visión de tantos dolores y
tristezas inacabables, con tal de no admitir sus responsabilidades,
convertidos en los cómplices de tanto abandono, cuando decidieron
votar a sus propios y perversos enemigos.
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