miércoles, 19 de julio de 2017

LA SOBERANÍA OLVIDADA

Imagen de "La Señal Medios"
Por Roberto Marra

Escuchamos y vemos cosas y hechos lejanos que suceden en otras latitudes, y la distancia parece asegurarnos que nada de eso llegará alguna vez por acá. Algo similar sucede con aquello que desconocemos, como las investigaciones científicas o las realizaciones tecnológicas de avanzada, que de tan complejas, se sienten ajenas.
Sin embargo, cada avance de la ciencia y cada suceso tecnológico afecta nuestras vidas, a veces de manera fundamental. Es que muchas de nuestras actividades están poderosamente influenciadas por la aparición y el desarrollo de las nuevas tecnologías, al modificar las formas y el contenido de las acciones propias de los humanos.
Es el caso de las comunicaciones, convertidas en los últimos tiempos en paradigmas que nos arrastran hacia formas de relacionamientos cada vez más rápidos y más complejos. Lo virtuoso de estos nuevos sistemas comunicacionales está en la posibilidad de la popularización de esos métodos.
Pero para que el acercamiento popular a esas nuevas capacidades exista y se amplíe, la ciencia y la tecnología deben estar al servicio del desarrollo soberano de la Nación, como parte de un proyecto que privilegie las realizaciones nacionales y tenga objetivos independientes de los designios que los poderosos del Mundo pretenden para asegurar sus dominaciones.
Eso era, hasta ahora, ARSAT. Eso significaba, hasta ahora, ese proyecto de desarrollo científico y tecnológico independiente, que nos elevó como Nación y nos involucró a todos en conocimientos manejados por nosotros mismos, sin manipulaciones de intereses ajenos, hoy regalado obscenamente al dominio extranjero.
Pero el gobierno de los Ceos no tiene Patria, solo intereses personales y corporativos. Hacia allí va cada acción y cada medida que toman, empoderando solo a sus socios, amigos y favorecedores. No tienen sentimientos de pertenencia nacional, solo de enriquecimiento individual y, generalmente, ilegítimo. De ahí el asombro cuando alguien les señala sus bestialidades gubernativas, ya que no comprenderán jamás que es eso de la tan mentada y relegada Soberanía.

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