lunes, 4 de septiembre de 2017

CRÓNICA DE UNA INSTALACIÓN ANUNCIADA

Imagen de "La Capital"
Por Roberto Marra

Según Wikipedia, una instalación artística es un género de arte contemporáneo que incorpora cualquier medio para crear una experiencia visual o espacial en un ambiente determinado. Los artistas de instalaciones por lo general utilizan directamente el espacio de exposición y a menudo la obra es transitable por el espectador y éste puede interactuar con ella.
Con esta definición, situémonos en los alrededores del Cabildo de Buenos Aires, el viernes 1° de septiembre pasado, después que centenares de miles de personas se habían retirado, tras clamar por la aparición de Santiago Maldonado. Entonces se comienza a armar una especie de estudio de televisión en una calle lateral al Cabildo, con cámaras, iluminación, cableado y personal técnico y periodístico (esto último, claro, es solo una forma generosa de denominarlo).
A partir de que estuviera listo el “set”, arribaron los “artistas”. Es decir, los supuestos “manifestantes exaltados” por un lado y las fuerzas represivas uniformadas y de civil, por el otro. Fue necesario también una escenografía creíble, por lo que encendieron algunos basureros, para que todo pareciera real. Piedrazos, amenazantes palos esgrimidos por los clásicos encapuchados, fuerzas represoras amontonadas tras los escudos y los extraños civiles por detrás, sin que nunca se decidieran a avanzar contra los supuestos manifestantes.
Llegan bomberos, esperan al lado de las fogatas sin apagarlas por un buen rato, mientras los encapuchados desaparecen en el fondo de la escenografía. Entonces sí comienza la represión, pero no contra los “arrojapiedras” escabullidos, sino contra inocentes transeuntes, parroquianos de los bares de la zona, periodistas (los de verdad) y hasta turistas, algunos de los cuales son apaleados y detenidos.
La “instalación” tuvo “éxito”. Otra vez el oscuro “arte” de mentir ha producido el efecto deseado, desechando la conmovedora manifestación multitudinaria y elevando a la categoría de noticia relevante a esta “muestra artística” denigrante y perversa. Los medios hegemónicos trocaron los hechos reales por un relato que asegure el temor o la apatía de la población y, con ello, la continuidad del despojo oculto, tanto como la desaparición de Santiago, tras las bambalinas de una parodia del terror que nos espera.

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