domingo, 2 de octubre de 2011

SOBERANÍA ALIMENTARIA

Por Libardo Muñoz*
Aunque la soberanía alimentaria es una necesidad tan antigua como las especies que pueblan la tierra, sólo ahora se comienza a emplear este término, en la agenda internacional de los países con gobiernos interesados en crear justicia social y en sentar las bases para un Estado-nación.
El Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria, realizado en La Habana en 2001 y cuidadosamente ocultado con un manto de silencio por los periódicos de los ricachones empresarios dueños además de emisoras y cadenas radiales, declaró ante el mundo: "La Soberanía Alimentaria es un concepto ciudadano que concierne al conjunto de la sociedad, por eso el diálogo social debe abrirse a todos los sectores sociales implicados".
El foro sobre Soberanía Alimentaria se hizo en La Habana, en reconocimiento a un país pobre, que a pesar de sufrir por 50 años un bloqueo económico, impuesto por una potencia militar, ha sido capaz de garantizar con políticas de Estado coherentes la alimentación a su población, logrando derribar las mentiras sobre supuestas hambrunas según las cuales el pueblo cubano moría de hambre en las calles.
Esta misma prensa que oculta conceptos que deben estar en los temas prioritarios relacionados con la vida diaria, pretende ocultar que en Puerto Gaitán, Meta, 17 niños murieron de hambre en el primer trimestre de 2011, pese a que esa ciudad recibe considerables ingresos por regalías petrolíferas.
Ahora mismo, los periódicos de gran tiraje de Estados Unidos y de sus aliados en las guerras imperialistas, están desesperados para esconder la toma de Wall Street, realizada el 17 de septiembre pasado, por grupos de manifestantes compuestos por jóvenes universitarios, trabajadores y desempleados, en protesta contra la avaricia bancaria, la tiranía empresarial, denunciantes de los conflictos creados por El Pentágono, que tienen al país afrontando cuadros de hambre nunca vistos.
Los indignados de EE UU, ya tienen su propia plaza, cerca del,emblemático toro que vemos con alguna frecuencia en las crónicas de CNN.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, FAO, con sede en Roma declaró: "una séptima parte de la población mundial, 800 millones de personas padece hambre, de esta cantidad, una cuarta parte son niños". En el Foro de La Habana se declaró que las políticas económicas impuestas por empresas transnacionales, de espaldas a las comunidades son causantes de la profundización del abismo entre ricos y pobres.
En Colombia, la política neoliberal de administración financiera, ha entregado en concesión a grupos privados y clanes familiares los principales bienes del Estado, corredores viales, puertos marítimos y fluviales, aeropuertos, alumbrado público, telefonía, acueductos, y se calcula que menos de 10 mil familias privilegiadas viven a sus anchas con lo que esas empresas producen.
Un gobierno serio, que quiera evitar un colapso social como el que se ve venir en Colombia, debería estar pensando en el desmonte de las concesiones y en la democratización de las fuentes de ingreso para aliviar la tensa situación de iliquidez monetaria que se palpa en las calles de todas las ciudades.
A la monstruosa deformación de la economía colombiana bajo el nombre de "concesiones", hay que añadir el explosivo problema de los desplazados que sigue en aumento: en el primer trimestre de este año, 89.750 personas salieron de sus lugares de origen en busca de un futuro incierto en ciudades y pueblos.
La base de la Soberanía Alimentaria consiste en la aplicación de procesos radicales de reforma agraria, que permitan a campesinos, indígenas y obreros de la tierra, un acceso democrático a los recursos productivos, agua, abonos, bosques, medios de interlocución para producir en forma coherente y libre de tensiones sociales desequilibrantes.
El gobierno de Santos está pasando de agache en reforma agraria, de eso no se habla.

*Publicado en Prensa Rural

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