El Foro Mundial sobre Soberanía Alimentaria, realizado en La Habana en
2001 y cuidadosamente ocultado con un manto de silencio por los
periódicos de los ricachones empresarios dueños además de emisoras y
cadenas radiales, declaró ante el mundo: "La Soberanía Alimentaria es un
concepto ciudadano que concierne al conjunto de la sociedad, por eso el
diálogo social debe abrirse a todos los sectores sociales implicados".
El foro sobre Soberanía Alimentaria se hizo en La Habana, en
reconocimiento a un país pobre, que a pesar de sufrir por 50 años un
bloqueo económico, impuesto por una potencia militar, ha sido capaz de
garantizar con políticas de Estado coherentes la alimentación a su
población, logrando derribar las mentiras sobre supuestas hambrunas
según las cuales el pueblo cubano moría de hambre en las calles.
Esta misma prensa que oculta conceptos que deben estar en los temas
prioritarios relacionados con la vida diaria, pretende ocultar que en
Puerto Gaitán, Meta, 17 niños murieron de hambre en el primer trimestre
de 2011, pese a que esa ciudad recibe considerables ingresos por
regalías petrolíferas.
Ahora mismo, los periódicos de gran tiraje de Estados Unidos y de sus
aliados en las guerras imperialistas, están desesperados para esconder
la toma de Wall Street, realizada el 17 de septiembre pasado, por grupos
de manifestantes compuestos por jóvenes universitarios, trabajadores y
desempleados, en protesta contra la avaricia bancaria, la tiranía
empresarial, denunciantes de los conflictos creados por El Pentágono,
que tienen al país afrontando cuadros de hambre nunca vistos.
Los indignados de EE UU, ya tienen su propia plaza, cerca
del,emblemático toro que vemos con alguna frecuencia en las crónicas de
CNN.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Agricultura y la
Alimentación, FAO, con sede en Roma declaró: "una séptima parte de la
población mundial, 800 millones de personas padece hambre, de esta
cantidad, una cuarta parte son niños".
En el Foro de La Habana se declaró que las políticas económicas
impuestas por empresas transnacionales, de espaldas a las comunidades
son causantes de la profundización del abismo entre ricos y pobres.
En Colombia, la política neoliberal de administración financiera, ha
entregado en concesión a grupos privados y clanes familiares los
principales bienes del Estado, corredores viales, puertos marítimos y
fluviales, aeropuertos, alumbrado público, telefonía, acueductos, y se
calcula que menos de 10 mil familias privilegiadas viven a sus anchas
con lo que esas empresas producen.
Un gobierno serio, que quiera evitar un colapso social como el que se
ve venir en Colombia, debería estar pensando en el desmonte de las
concesiones y en la democratización de las fuentes de ingreso para
aliviar la tensa situación de iliquidez monetaria que se palpa en las
calles de todas las ciudades.
A la monstruosa deformación de la economía colombiana bajo el nombre
de "concesiones", hay que añadir el explosivo problema de los
desplazados que sigue en aumento: en el primer trimestre de este año,
89.750 personas salieron de sus lugares de origen en busca de un futuro
incierto en ciudades y pueblos.
La base de la Soberanía Alimentaria consiste en la aplicación de
procesos radicales de reforma agraria, que permitan a campesinos,
indígenas y obreros de la tierra, un acceso democrático a los recursos
productivos, agua, abonos, bosques, medios de interlocución para
producir en forma coherente y libre de tensiones sociales
desequilibrantes.
El gobierno de Santos está pasando de agache en reforma agraria, de eso no se habla.
*Publicado en Prensa Rural
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