martes, 25 de octubre de 2011

LA CONDICIÓN HUMANA



Por Gustavo Daniel Barrios*



        El cura Federico Richards contó alguna vez, que aquel que fuera el hombre más temible de la zona que llamamos NOA, en los finales de la Década Infame, y al que se preparó para suplantar a Ramón Castillo en el plan de extender la misma, Robustiano Patrón Costas, aparece en una anécdota justamente del año 43, cuando quedó frustrado su ascenso.
Contó Richards que Patrón Costas invitó primero a cenar y luego a pernoctar en su casa, a un profesor alemán, que en ese tiempo tenía una cátedra en Lima. Se estaba haciendo por entonces una excavación en Salta, y en el grupo había también estudiantes de arquitectura, uno de cuyos le contó la anécdota al cura pasionista que fuera director del semanario  La cruz del sur. Fue una cena cordial en el refectorio de Robustiano, y luego de la misma el académico se dirige a el dormitorio que le ofrecieron para dormir. Mientras el profesor está en busca del sueño lée, y de pronto entra en su habitación un indiecito de unos siete años. Este se apareció estando desnudo y sin mediar palabra se acostó debajo de la colcha en la cama del alemán, pero invertido. Perplejo, más tarde el profesor se duerme, y a la mañana siguiente Patrón Costas le cuenta a su invitado que se lo mandó por los mosquitos, así lo picaban al muchacho.....

        Son los perfiles muy impresionantes de tanto criollo que se constituyó en opositor caliginoso del peronismo antes, y después también. El enfoque este es sobre cuando la política muta en otra cosa. De pronto la política supo mutar en santos oficios como avanzadas imperial-religiosas que incineran una y otra vez los sagrados legados mayas –libros-, y  lo hace en nombre de occidente o vaya saber qué falsa premisa que utilizan para avanzar sobre un entramado de república, democracia, o una nación tendida entre Guatemala y México hace siglos.
        Lo que tienen los celosos guardianes del statu quo, es todo lo que hay de nefasto y previsible, o a veces imprevisible, en las personas de carne y hueso. En el fondo de los feroces guardianes del statu quo, una y otra vez se comprobó en la historia, hay una desconocida degeneración. En la película Missisipi en llamas, una mujer blanca, de una familia tradicional negrófoba, reflexiona en un momento, en el film, sobre qué es pasar toda una vida postrada en medio del odio. Hace este personaje una declamación, en un momento de agotamiento, y explica qué cosa es amanecer y al levantarte está ya el odio a tu alrededor, llegas a la noche y sigues respirando el odio que impregna todo tu derredor, y has malgastado toda tu vida sin haber conocido el sosiego y la paz. El escritor Harry Golden, escribió hace mucho un capítulo sobre ese mundo que está más debajo de Virginia, en Estados Unidos, y extendido fundamentalmente sobre el golfo de México, esos Estados del Sur del país. Da él una serie de definiciones que se hace necesario aquí reunir un poco. Golden habla sobre que el segregacionista teme a la sexualidad de los hombres negros, y que con esta extradotada facultad, según la imaginación de ellos claro, puedan  poseer a sus mujeres blancas. Ya veremos cómo se habían creado este complejo, que carece totalmente de base. Este hombre, el segregacionista sureño, creó para sí a una virgen psicológica, para explicarse su visión del mundo. Ya en el siglo de la guerra de secesión se inventó la “Caballería contra el amor cortés” en ese Sur -Golden les llamó de otra manera-, de las sectas del odio. Linchamientos, hombres ahorcados en los árboles, por su puesto incendios, etc. Entonces en ese marco de “La Caballería contra el amor cortés”, el macho de la raza superior podía cebarse con las mujeres preciosas, jóvenes morenas de la raza “inferior” y someterlas sexualmente, sin que le pudieras enfrentar, por la impunidad del poder y su acostumbrada violencia. A la inversa de esa situación, obvio que nunca existió una cultura de sometimiento sexual del hombre negro hacia la mujer blanca, por supuesto. ¿Cómo hubiesen podido?.... A todo esto la mujer blanca atesorada por el segregacionista pasa a ser un objeto de adorno, y nunca un sujeto receptor de caricias y ternura, porque esto no había en lo constitutivo del segregacionista. Este es el carácter de aquel submundo, y para sintetizarlo Golden hace una reseña muy buena. Él expresa : Era el Paladión del sur esta mujer –blanca-, la Atenea portadora de escudo, reluciente con su blancura en las nubes, el modelo para sus reuniones políticas, el símbolo místico de su nacionalidad frente al enemigo. Era la doncella de Astola, pura como el lirio, y la diosa cazadora de la montaña beocia. Y era la misericordiosa madre del señor. Bastaba mencionarla para que los hombres fuertes prorrumpiesen en llanto....o en gritos. Difícilmente había sermón que no empezase y terminase con tributos en su honor, difícilmente existió un discurso valiente que no comenzara y finalizara con el chocar de escudos y molinetes de espadas para su mejor gloria. Por último, creo firmemente que las filas de la Confederación fueron a la batalla –cuando la guerra civil- entre redobles de tambor con la brumosa convicción de que solamente por ella luchaban.
        Por último Harry Golden cuenta una anécdota esclarecedora. Dice que un tal señor Griffin, un blanco dueño de periódicos en Texas, quería saber qué se sentía ser negro. Parece que este hombre se sometió a una serie de tratamientos que le oscurecieron, tal vez por reacción alérgica, por un tiempo su color de la piel. Se afeitó la cabeza y viajó del 6 de Noviembre al 14 de Diciembre del 59, por Missisipi, Alabama, Louisiana y Georgia. Y volcó sus experiencias en un libro. Griffin contó que en todos los casos en los que haciendo dedo en la carretera consiguió que lo levantase un hombre blanco, las preguntas de este inevitablemente giraban en torno a la cuestión sexual. El blanco persistía en preguntar al muchacho “negro”, más o menos lo siguiente: -Dime, ¿has conseguido alguna vez una mujer blanca?-. Entonces este hombre camuflado, les respondía que no, que no tenía interés en atraer las iras de una partida de linchadores. En ese momento el hombre blanco que lo cargaba en el coche solía enojarse, diciendo: -Estás mintiendo, pero por lo menos lo has pensado, ¿verdad que sí?-.

        Yo tenía un amigo, escritor y bohemio, cordobés de la llanura pero viviendo en nuestros pagos desde hace muchísimo, que  me contó en una reunión, que hubo un tipo en Estados Unidos, hombre que fue conocido, que hizo una reflexión entre humorística y trágica, cuando una vez le hablaba a alguien diciéndole :......Mire amigo, le voy a hacer una confesión. Como usted verá, soy negro... Pero ya se habrá fijado, que mi madre es blanca, y yo le informo que ella es de procedencia eslava, es judía. O sea que yo soy un negro judío, obvio que de los judíos pobrísimos de este país. Soy un negro judío pobre..... Y usted ya se habrá enterado por los muchachos que yo soy homosexual. Soy un negro judío pobre y homosexual. Y yo le voy a agregar que hace un tiempo me afilié al partido comunista de Wisconsin, eso me presenta como un negro judío pobre homosexual y comunista norteamericano, y por si algo faltara prefiero el basketball yugoslavo. Dígame, ¿qué futuro tengo en este país?
        Esto me remite automáticamente a Obama, la anécdota de mi amigo hoy sin contacto conmigo, que se llama Enrique, me conduce a pensar en Obama. Es necesario, imprescindible aquí, separarnos de las animosidades de orden coyuntural y formal, porque hablamos en este tramo de otra cosa. La madre de Obama era blanquísima, y se la ganó un negro negrísimo y bien ganada. Ya eso es debilitador para cierta moral, pero este hombre, el padre de Obama, era de Kenia, ni siquiera estaba naturalizado pues sólo estudiaba, en Norteamérica. Obama ni siquiera es un apellido anglosajón, sino africano. Además, como sabemos el Obama de hoy, su padre murió, se llama Barack Hussein, que significa el bendito hermoso, aunque esto es muy fino, pero lo que no es fino es que es un primer y segundo nombre musulmán. El presidente Obama no tiene apellido anglosajón y sus nombres son de lengua “infiel” para su país. Y Obama nació en Hawai, que yo asumo no debe tener la consistencia social de los americanos continentales, dado que es un lugar lejano, polinesio. Y es una personalidad de gran talento, carismático, líder nato, fuerte, dentro de una persona construida con ingredientes que no son la preferencia del conservador de aquél país.  Entonces me pregunto, ¿cómo logró este hombre llegar a la Casa Blanca? Es fascinante el tema.

        Pero este relato empezó con Robustiano Patrón Costas, para derivar en la cuestión humana más universal. Hasta el sábado antes del triunfo del FPV digamos, no enfrentó el peronismo, una oposición en términos estrictos de significado. Vivimos otra cosa, hemos percibido, otro fenómeno. Todos componemos una Sociedad con civilización alta y aquello que es decadentísimo, más o menos Arcadia y Babel, o también Alejandría y Damasco mezclado con Sodoma y Gomorra–como perdición política-. Estuvimos viviendo un tiempo de desplazamiento hacia un valle que depara otra Edad. Y el Domingo 23 estatuimos así de golpe, qué país queremos. La condición humana, pensar sobre ella, nos sirve para descifrar qué se cocina en el trasfondo de la crisis económica que afecta al mundo. Las personas que destruyeron el Estado de bienestar, antes en otros lugares, ahora visiblemente en el Hemisferio Norte-Occidental, atacaron el modelo de la sensatez, y toda filosofía post-conciliar, e incluso la piedad. Ellos inventaron la pirámide de Maidoff, las burbujas financieras. Ellos sembraron por doquier el dolor de sentirse desprotegido, a la deriva, sin porvenir. Empero, luego de todo ese panorama, más de tres años después de la declaración formal de la crisis, y como quienes han fugadose de la realidad concensuada, especialmente en términos del bien común, de lo que es dócil e inteligente, de un altruismo básico de la modernidad, todos los tecnócratas –no hablo de los académicos de por sí- de los organismos nodales de la economía, como en una escena del infierno pintada por algún genial pintor que lo convierta en lenguaje pictórico, han diagnosticado la crisis y se dispusieron monolíticamente, a recomendar repetir las fórmulas como por ejemplo, las que lastimaron de gravedad a nuestra nación, o a Ecuador, etc..., con la seguridad teórica del boticario que te hace una receta magistral, de esas que hablaban nuestros abuelos, sólo que aquellas eran buenas. ¡Cuidado que Grecia y España se mueren! Ellos no tienen una tercera posición interna, o un genio que hayamos podido conocer ya, o un proyecto popular organizado capaz de enfrentar la ortodoxia neoliberal. ¡Cuidado que esos países se mueren! Y si no tienen el recambio que produzca un cisma violento, qué. ¿Qué viene? Cuesta creer que no detengan la acción de tecnócratas que recomiendan la fórmula que postergará en la pobreza a un par o más de generaciones, siendo incapaces de comprender el dolor.
        Están separados de la realidad concensuada, del sentido común, de la grandeza de demoler la propia insapiencia e impermeabilidad para nacer de nuevo, en un modelo que se parezca más a la gente del común. Nunca me atrevería a clasificar este rango patológico, no tengo el conocimiento. Pero este que se cuece en la zona septentrional, es el peor de los escenarios, por eso lo mejor que pueda pasar ahora es que alguien alce su voz para proponer una Asamblea Internacional, donde se discuta el tema de la condición humana, y se genere el antídoto político, para trascender esto, de aquí a no demasiado tiempo.

*Escritor
 Miembro del Centor de Estudios Populares

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