Argentina no está creciendo a tasas "chinas" como lo ha hecho en años
anteriores; a partir de junio de 2011 comenzó a evidenciarse una
tendencia al amesetamiento: en algunos meses se observa crecimiento y en
otros decrecimiento. Para conocer entonces dónde estamos parados, propongo utilizar un
ejercicio simplificador. Supóngase que toda la producción del país son
manzanas y son consumidas en su totalidad por los habitantes; en junio
de 2007, antes de la crisis, los habitantes podían comer 165 manzanas
por mes, aunque muchos economistas indicaban que el pueblo podría
indigestarse y recomendaban comer menos fruta (es decir, proponían
enfriar la economía); en mayo de 2011, luego de la recuperación, la
ingesta de manzanas alcanzaba las 197 unidades mensuales; un año
después, luego del amesetamiento mencionado, se podían ingerir 196
manzanas, uno menos que el año anterior pero 31 más que en junio de
2007.
Esta reflexión sobre las manzanas refleja estrictamente la evolución de
la producción argentina, dado que los valores utilizados en el ejemplo
han sido tomados de los datos desestacionalizados del Estimador Mensual
de la Actividad Económica (EMAE), que es la versión mensual del PBI.
A partir de mayo de este año ya comenzó a notarse cierta recuperación,
el EMAE desestacionalizado presentó cifras positivas para los tres meses
siguientes.
La complejidad del análisis del proceso económico aparece en las
recientes cifras del Indec que indican una caída de la industria medida
por el Estimador Mensual Industrial (EMI) del 4,4% en septiembre de este
año comparada con igual mes del año anterior, y una reducción del 1,7%
respecto a agosto.
La pronunciada caída de la industria durante 2012 estuvo en gran medida
determinada por la actividad automotriz y la metalmecánica, afectadas
por la disminución de las exportaciones automotrices a Brasil, y la
producción siderúrgica alcanzada por la disminución de la construcción.
Si analizamos el acumulado de los primeros nueve meses de 2012, con
igual período del año anterior, se observa que el nivel general del EMI
indica una caída del 1,3%, con reducciones en el sector automotriz del
11,7%, en las metálicas básicas (aluminio y acero) del 7,6%, y el resto
de metalmecánica con una baja del 0.5 por ciento. Sin embargo, las demás
actividades presentan una evolución positiva, desde el 3,8% anual para
los químicos, cifras mayores al 2% para edición e impresión, papel y
cartón, textiles, caucho y plástico, y un 2,8% para una importante
industria como la alimenticia.
En este entorno de amesetamiento de la producción, resulta difícil
avizorar las tendencias estudiando solamente las estadísticas, pero el
panorama mejora si analizamos las políticas que se están implementando y
van a impactar en el futuro.
En este aspecto no se puede dejar de mencionar la buena noticia que
llegó esta semana desde Brasil, donde el gobierno prorrogó hasta el 31
de diciembre la reducción del impuesto a la producción de automóviles,
lo cual permite esperar un buen 2013 para las terminales argentinas.
En la evolución productiva comentada influyen necesariamente las
condiciones climáticas, así como los efectos negativos de la crisis
internacional, que ha impactado a toda América Latina y a otros países
en desarrollo.
Para evaluar la producción en lo que resta del año y de los próximos
meses, resulta esencial tener en cuenta el impacto de las políticas de
fomento tomadas por el gobierno, como los Créditos del Bicentenario, el
programa Pro.Cre.Ar que avanza aceleradamente en la concesión de
préstamos para la vivienda y la línea de crédito para la inversión
productiva implementada por el Banco Central, de la cual el 50% debe
destinarse a MiPyMEs.
Dentro de esta impronta puede catalogarse el anuncio del Plan
Estratégico Nacional del Seguro 2020. Por el mismo se establece que las
aseguradoras deberán redireccionar un porcentaje de sus inversiones a
instrumentos que financien proyectos productivos y de infraestructura de
mediano a largo plazo, los que en la actualidad sólo representa un
0,16% de su cartera. Al decir de la presidenta Cristina Fernández de
Kirchner, "significa una inyección de fondos no a los bancos, sino a la
actividad productiva". Se espera que se destinen "más de 7000 millones
de pesos de aquí a mayo de 2013 para inversiones productivas y de
infraestructura, que representa el 0,29% del PBI".
Completa este anuncio la conformación de un Comité de elegibilidad de
inversiones de las compañías de seguros y reaseguro, que estará
compuesto por tres secretarios del Ministerio de Economía; dos
secretarios del Ministerio de Industria y por el Superintendente de
Seguros de la Nación.
El objetivo del comité es "determinar las inversiones de las compañías
(de seguros) vinculadas a la economía real, que resulten elegibles sobre
la base de criterios que tiendan al impulso de proyectos productivos y
de infraestructura, de mediano y largo plazo, con sentido federal y
local". Creo conveniente destacar que en el Comité participa el
secretario de Pequeña y Mediana Empresa y Economías Regionales, un
segmento de la economía donde se encuentran las mayores necesidades de
desarrollo productivo y la mayor potencialidad de crecimiento.
Debe mencionarse también la importante iniciativa del Ejecutivo de
otorgar a la Comisión Nacional de Valores (CNV) nuevas capacidades de
supervisión, fiscalización y sanción sobre el mercado de valores, cuya
esencia autorregulatoria fue impuesta a través de la norma de una
dictadura, la Ley 17.811 de 1968; un tema que desarrollaré cuando esté
definida la nueva normativa, aunque con los datos ya conocidos, pueden
preverse efectos altamente positivos.
Como resumen, la crisis internacional, más algunos efectos domésticos,
no han generado un impacto tan fuerte como el de la crisis de 2008/2009,
pero han determinado un amesetamiento que lleva casi un año, y del que
ya estamos saliendo, aunque aún hay sectores que evidencian caídas
interanuales en la producción. Pero no hay que dejar de considerar el
alto nivel de producción de la economía, que es muy cercano al récord
histórico absoluto alcanzado a mediados de 2011. Este enfoque debe
completarse con el fuerte compromiso del gobierno de generar políticas
contracíclicas, que han evitado una mayor retracción de la producción,
así como permiten imaginar un 2013 con un interesante crecimiento que
muchos analistas y empresarios estiman entre el 4% al 5%, muy cerca del
4,4% de la estimación del Presupuesto Nacional recientemente presentado.
Un comentario especial para el embargo de la Fragata Libertad en el
puerto de Tema. Cabe citar que no es el primero, hay una larga lista de
inmuebles y activos financieros que han sido embargados por los fondos
buitre, y luego desembargados por la justicia de los distintos países.
Pero el hecho es muy emblemático ya que indica los fuertes
condicionantes que impone la deuda externa y sus acreedores, que
persisten aun después de haber logrado un exitoso canje voluntario de
deuda pública, y que quizá por esa razón reaccionen con tanta saña.
También resalta la importancia de haber cancelado la totalidad de la
deuda con el FMI, defensor privilegiado de los acreedores, logrando
deshacernos de sus condicionamientos. Dos medidas esenciales para la
reorganización económica del país y la ampliación de nuestra soberanía,
que fueron inspiradas por Néstor Kirchner. Valga destacar la importancia
de su obra, que no se agota en estas dos medidas, como humilde homenaje
al cumplirse ayer dos años de su fallecimiento.
*Publicado en Tiempo Argentino
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