martes, 7 de marzo de 2017

EL ESPEJO

Imagen de Big Bang! News
Por Roberto Marra

Sabido es que, en los espejos, nos vemos reflejados tal como somos, pero al revés. Somos otra persona, tan igual y tan opuesta. También, producto de la dialéctica entre el deseo y la realidad, muchas veces no vemos lo que la imagen espejada nos devuelve, sino lo que queremos ver en ella. Surgirá entonces, en los espíritus especulativos, la duda sobre la conveniencia de mostrarse ante los demás como realidad o espejismo.
Y así, como en aquel relato infantil, donde una malvada reina habla con un espejo exigiéndole que le mienta sobre su propia belleza, su símil masculino argentino parece pretender lo mismo de la sociedad que lo eligió para gobernar. El Pueblo, espejo donde los gobiernos debieran ver, honestamente, el resultado de sus acciones, le devuelve, a este especulador miembro de la nueva oligarquía nacional, una imagen irreal de satisfacción y felicidad popular.
Lejos de comprender lo que ve, solo se interesa por armar la fantasía que lo sustente por el tiempo necesario para hacer sus negocios (y el de sus amigos), dejando para el espejo donde mira el Pueblo,  la transmutada realidad miserable que provoca su paso por la función pública. Tal como en Blancanieves, también intenta destruir a quien sabe superior a él, para impedir el regreso de las felicidades reales que reflejaba.
Pero el espejo de la vida, como el de aquel sencillo cuento para niños, se resiste a mentir. Insiste una y otra vez, reflejando la realidad dolorosa que resulta de la presencia de un presidente envanecido con sus réprobos actos de gobierno. Ofendido con su decadente imagen, intenta torcer el entendimiento popular de sus actos, ofreciendo manzanas envenenadas con la poderosa ponzoña del olvido, ayudado por sirvientes mediáticos siempre dispuestos a acompañar a los poderosos de turno.
No será un providencial príncipe que vendrá a salvar al Pueblo del destino cruel al que estos insolentes de la historia intentan conducirnos. No será la rotura del espejo lo que nos asegure cambiar la imagen de la desesperanza que nos refleja. No podrá ser solo el deseo y la voluntad, el combustible para la puesta en marcha de la maquinaria de la verdad.
Será con la reconstrucción de nuestras propias conciencias como podremos observar la verdadera imagen del espejo del futuro, donde la ilusión envilecida deje paso a la utopía sana de la felicidad popular. Un espejo que refleje, enderezado y fiel, un pasado olvidado a fuerza de tramposos discursos e insustanciales esperanzas.

1 comentario:

  1. CARAS VEMOS CORAZONES NO SABEMOS
    Y POR ESO LOS VOTARON

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    PERO AHORA CONOCEMOS SUS CORAZONES
    ES ESTUPIDO PEDIRLE UN CAMBIO
    SOLO SERIA UNA PINTADITA
    SERIAN LA MISMA PODRIDA SEPULTURA ANTISOCIAL Y ANTIPATRIA POR DENTRO.

    YA VIMOS SUS CORAZONES.
    Y ESO QUE DON FRANCO NOS ADVIRTIO NO QUIERO QUE MI HIJO SEA PRESIDENTE NO TIENE CORAZON!!!!!

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