jueves, 16 de marzo de 2017

LA MISERIA Y LOS MISERABLES

Imagen de ContraInfo
Por Roberto Marra
Hay palabras que poseen varios significados, lo que las hace interesantes para explicar la realidad. Sabido es que todos tenemos nuestras pequeñas o grandes miserias, vistas éstas como desgracias. También que muchos, están en la miseria, por sus situaciones económicas. Están además, quienes llamamos miserables por su extrema avaricia.
Podemos considerar que los que cobran miserias por sus trabajos son mayoría o, al menos, eso que ahora se suele denominar “minoría intensa”. Muchos de estos ciudadanos, están en la miseria, literalmente, al no acceder a los mínimos requerimientos para satisfacer las necesidades básicas. Suficiente razón para considerarse desgraciados, o sea, miserables.

Los generadores de semejante miseria humana, son los avaros dueños de un Poder que todo lo domina y de lo cual se derivan la pobreza y la indigencia, que castigan a las mayorías y destruyen las vidas de millones, para satisfacer la gula monetaria de estos perversos patrones del Mundo.
Es ese uno por ciento de la población mundial que, atrincherado en sus paraísos de papel moneda, rodeado de tantas armas que podrían destruir el Planeta varias veces, actúan como los agujeros negros de un Universo terrenal, absorbiendo las riquezas que genera el sudor y las penas de millones de esclavos modernos, a quienes ya no se obliga con latigazos, sino con coerciones mediáticas y promesas eternas de futuros imposibles.
Los verdaderos miserables, los que nada tienen, los perdedores permanentes, transitan sus vidas atravesados por mezquinos pensamientos inyectados también por los siniestros amos planetarios y sus cómplices locales. Algunos, incluso, viven la ilusión de parecerse a sus verdugos, aplastando a quienes están un escalón debajo de sus condiciones sociales, imitando el sojuzgamiento que sufren en carne propia.
El virus de la miseria humana ha inoculado a millones de sencillos trabajadores, transformados en buscadores de cambios, que solo les ha significado el regreso a sus antiguas infelicidades. Y esto pudo ser así, gracias a la miserable actitud de los indigentes morales, rendidos frente a las propinas arrojadas por el Poder. Un Poder que solo pagará sus cuentas el día en que los millones de “nadies”, al unísono, decidan poner fin a la miseria. Y al dominio de los miserables.

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