Por Pascual Calicchio *
En el
mes de junio la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación
Audiovisual dictó las resoluciones 685 y 686 que llaman a concurso
público para la adjudicación de licencias para prestar un servicio de
comunicación audiovisual de televisión abierta digital (TDA) en la norma
ISDB-T y aprueban los pliegos de bases que regirán los mismos.
Esta noticia, que en principio debería ser para festejar, trajo una
serie de cuestionamientos y dudas en relación con la aplicación de la
Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Las televisoras populares
que están en funcionamiento (en muchos casos previamente a la ley) y que
tenían expectativas de obtener una licencia se encontraron con
obstáculos difíciles de sortear, por lo que empezaron a juntarse en
búsqueda de soluciones en el Espacio Abierto de Televisoras Populares,
Comunitarias y Alternativas.
Entre otras actividades se realizaron movidas culturales frente al
Afsca, proyecciones en la muestra DOCA 2011 y un debate muy interesante
en la carrera de Comunicación de la UBA, con la participación de un
heterogéneo conjunto de participantes que iban de la izquierda al
kirchnerismo, donde estuvieron como panelistas el director de la
carrera, Glenn Postolski; el presidente del Consejo Federal de
Comunicación Audiovisual, Néstor Busso; el profesor Carlos Mangone y
representantes de las televisoras convocantes.
El debate puso en evidencia que todavía hay mucho por discutir, que
la ley abre un camino pero que no hay una sola forma de recorrerlo, que
hay intereses en pugna y que hay que hacer un trabajo militante, tejer
alianzas y poner el debate en la sociedad.
Debate en el que se requiere una gran dosis de paciencia para
articular posiciones, para superar aquellas que no dan lugar a la
posibilidad de cambios porque “está todo bien y no hay que cuestionar la
ley” o “está todo mal y dentro del capitalismo todos son parches” y
poder encontrar soluciones. Tarea ardua pero posible, como lo demostró
el trabajo de la Coalición por una Radiodifusión Democrática cuando
elaboró los 21 puntos.
En ese camino hay avances como los señalados por Postolski al
considerar muy positivo las 220 licitaciones y las 53 autorizaciones
otorgadas. O que el Estado se haya hecho cargo de la plataforma de
emisión digital evitando a los canales una inversión de miles de pesos,
como remarcó Busso. Pero también hay obstáculos como una burocracia
heredada del viejo Comfer que desconoce “la realidad de los medios
comunitarios y alternativos”, como explicó Natalia Vinelli, de Barricada
TV. En el mismo sentido se expresó Ariel Tcach, de Faro TV: “Hay un
fortalecimiento de la comunicación pública pero no de la comunicación
popular”. La principal crítica: el costo de los pliegos (rondan los
100.000 pesos según la ubicación geográfica), haciendo prácticamente
imposible el acceso a los mismos a las organizaciones comunitarias.
“Para nosotros los medios alternativos no son lo mismo que ‘sin
fines de lucro’”, dijo Vinelli. Pliegos y precios diferenciados,
subsidios, fondos de fomento, nuevos llamados a licitación para que los
medios ya existentes accedan a una licencia y puedan seguir
transmitiendo en analógico mientras se reconvierten rumbo al apagón
analógico del 2019, fueron algunas de las propuestas que surgieron del
debate.
Ecos de este debate parecen haber llegado a la Afsca: a través de la
resolución Nº 1657 reconoció errores y postergó el llamado a concurso
hasta diciembre. Ignacio Cingolani, director nacional de Planeamiento y
Desarrollo de la Afsca, y su presidente, Gabriel Mariotto, anunciaron
nuevos concursos para televisoras de bajo alcance y con pliegos más
económicos, aunque dichos anuncios todavía no se plasmaron en
resoluciones concretas.
Los desafíos no son sólo para el Estado. Las organizaciones
populares también tienen que encontrar su rol en este camino, desde la
creación de nuevas agendas y nuevas estéticas que rompan con los
paradigmas de los medios comerciales y a la vez sean populares, hasta la
búsqueda de fuentes de financiamiento que hagan sustentables sus
televisoras con la mejor calidad y la máxima llegada. Como se dijo en el
debate: “La comunicación popular se hace en la calle”. Se están dando
los primeros pasos.
Publicado en Página12
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