Por Roberto Marra
Las cadenas han sido, desde siempre, símbolo de sojuzgamiento, de represión, de contención a los díscolos de un sistema de dominación establecido. Rebeldes y revolucionarios, dirigentes sociales y políticos, militantes, obreros y estudiantes incorformistas, gremialistas defensores de sus compañeros trabajadores, militares consecuentes con sus mandatos constitucionales, hasta presidentes obscecados en responder a las demandas de su Pueblo con lealtad, todos fueron y son víctimas de la injusticia persecutoria del Poder encadenador que nunca pudo ser abatido del todo.