Por Roberto Marra
La necesidad tiene cara de hereje, dicen. De ahí que resultan muy poco atractivas, para quienes están necesitados de soluciones urgentes a problemas elementales, las disquisiciones sobre estrategias electorales, planificaciones a largo plazo, reuniones con entidades internacionales de crédito, y cosas por el estilo. El estómago manda sobre el cerebro, cuando el hambre acucia. El corazón responde antes que la razón frente a los planteos de futuros sin presentes.