Que el periodismo está en un nivel cada vez más bajo en cuanto a sus valores éticos, lo demuestran cada día los “informes” sobre Venezuela que leemos en las páginas virtuales o reales desde donde se ponen de manifiesto, con total claridad, las pertenencias ideológicas o los chupamedismos arrastrados de los escribas que allí se expresan. Las “interpretaciones” de los sucesos que transmiten están cargados de “potenciales aseverativos”, una categoría que adorna las páginas de los periódicos en forma permanente, para asegurar algo que no conocen, pero que necesitan que se vea de determinada forma por el público, para generar “sentidos comunes”, ignorantes y brutos, pero profusamente difundidos.