jueves, 29 de marzo de 2018

GAUCHOS ERAN LOS DE ANTES

Imagen de "Socompa"
Por Roberto Marra

Muchas cosas pierde el hombre
que a veces las vuelve a hallar;
pero les debo enseñar,
y es gúeno que lo recuerden:
si la vergüenza se pierde,
jamás se vuelve a encontrar.
Estos versos de Martín Fierro nos brindan la comprensión de la actitud revulsiva de ese grupo de disfrazados de gauchos salteños que borró los pañuelos pintados en una plaza de Salta para el Día de la Memoria. Seguramente a pedido del “patroncito de estancia” que conduce los destinos (funestos) de aquella Provincia, o de alguno de sus adláteres miserables, decidieron recorrer la historia hacia atrás, hacia mucho antes de la aparición de su supuesto héroe natural, Don Martín Miguel de Güemes.
¿Que sabrán estos idiotas útiles de aquel inmortal personaje de la lucha por la liberación? ¿Qué parentesco emocional podrían tener quienes deshacen la actitud revolucionaria del Gran Gaucho que dejó todo por la construcción de una Patria nueva? ¿De qué rincón de su miseria humana extraen tanto desprecio por el orígen de sus ropas deshonradas?
La vergüenza que han perdido es alimentada por un Poder feudal que se manifiesta con claridad por parte de un gobernador que se pretende “peronista”, asumiendo actitudes descalificantes de esa doctrina, provocando en la población de su Provincia la degradación material y moral de los valores de aquella estirpe de grandes de otros tiempos, hoy arrastrada por el sucio barro de la complicidad con lo peor de la política nacional que subsume al País en la pobreza y la indignidad.
Es el mismo engreído que se asume como “candidato” de un partido del que desprecia cada letra de su ideología. Es aquel que acompaña con fervor cualquier medida antipopular de los gerentes gobernantes. Es quien esgrime su dedo acusador contra la estadista que posibilitó el crecimiento de su Provincia como nunca antes, para apartarla de su pretendido camino a la Rosada.
Gauchada viene de gaucho”, dijo el personaje presidente de esta comedia dramática en la que sobrevivimos. Una perogrullada transformada en paradoja de una historia abollada por las mentiras y la degradación ética. De aquellos gauchos de Güemes provenían sí, las “gauchadas” que dieron sacrificado orígen a nuestra Patria. De estos actuales chirolitas de los señores feudales, por más ropaje imitativo del que quieran vanagloriarse, solo se muestran las bajezas a las que se pueden llegar cuando se olvidan los orígenes y se niega la razón de ser de sus ancestros.
Seguirán desfilando con sus disfraces sin memoria ante los poderosos de turno en cada fecha conmemorativa de sus negados orígenes. Lo harán pisoteando la honra de todos los que dieron sus vidas para que tengamos algo más importante que el mero territorio. Lo hacen ahora mansillando también el recuerdo de tantos patriotas de épocas más cercanas, escarneciendo a los pañuelos blancos de las madres de la dignidad.

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