Por Jorge Rachid*
Esa definición se alcanzó hace
poco tiempo, en el comando conjunto de los grupos hegemónicos concentrados de
poder económico y relaciones internacionales que operan en nuestro país,
dependientes de las directivas del Grupo de los 8, como poder imperial, en su
estrategia de desplazar del poder político al peronismo, que desde el año 2003
amenaza sus bases de sustentación, ahora estructurales, del afianzamiento que habían
logrado a través de los años de dictaduras blandas, dictaduras duras,
democracias débiles y democracias cipayas, bajo el amparo primero de la
Doctrina de Seguridad Nacional y luego del Consenso de Washington.
La Tormenta abarca todos los
frentes de ataque que puedan ejecutarse en forma simultánea, desde el IPC
índice de precios hasta la inseguridad, desde la corrupción a la falta de
libertad, desde el supuesto cepo al dólar hasta el alineamiento con el
chavismo, pudiendo seguir enumerando el listado completo de acciones en
desarrollo o a desarrollar en los próximos meses. No es menor en este camino el
proceso de difamación en el campo internacional, aplaudiendo a los Fondos
Buitres, estimulando sanciones a nuestro país por parte de los organismos de
crédito en especial al FMI , criticando nuestro alineamiento en el UNASUR y la
CELAC, boicoteando los desarrollos de negocios petroleros en terceros países,
propiciando sanciones sobre libertad de prensa por parte de las empresas de los
medios de comunicación verdaderos arietes antidemocráticos en Latinoamérica y
estimulando novedosos procesos golpistas de cualquier tipo: hueguístico, parlamentarios
o sediciosos.
No es la primera vez en la
historia que ocurre, ni en nuestro país ni en Latinoamérica. Le ocurrió a
Bolívar con la traición de su vice Santander, aquí pasó casi lo mismo; a San
Martín con Rivadavia y Pueyrredón que motivó su desobediencia a Buenos Aires; no
titubearon el llamar las tropas brasileras-portuguesas para derrotar a Rosas en
Caseros, antes se habían subido a los barcos franceses e ingleses en Obligado,
no tuvieron empacho con el embajador Braden de EEUU para combatir a Perón,
pintaron “viva el cáncer” ante la enfermedad de Evita, movilizaron la Iglesia
bajo cuyo manto bombardearon Plaza de Mayo, fusilaron a sus camaradas, proscribieron
las mayorías populares por18 años, impusieron dictaduras, provocaron genocidios,
vendieron al país por monedas, sin conciencia ni mandato histórico marginando
al pueblo y sometiendo a los humildes, desposeídos y trabajadores, provocando
el atraso y la frustración nacional por décadas.
Ahora otra vez estimulando el
odio y el rencor social de las oligarquías sobre los humildes, pidiendo la
muerte y la fractura democrática, ante la complicidad silenciosa de los medios
y los grupos de poder. Los mismos que se favorecieron con las políticas actuales,
los que pidieron que intercedieran por ellos en inversiones externas, los que
solicitan ante cualquier problema ayuda estatal con financiamiento, pero
critican los planes sociales, rechazan el protagonismo joven, denuncian
intervencionismo y tratan a quienes combaten la evasión impositiva, como nazis
en búsqueda de víctimas.
Ese verdadero aquelarre no es
disparado por personas ofendidas, es planeado, ejecutado, diseñado y
establecido por un grupo homogéneo de poder que busca recuperar el territorio
perdido.
Nada dicen sobre lo que harán si
triunfan, nunca hablan de elecciones y de vencer democráticamente, tildan al
peronismo de dictatorial, desconocen las leyes y piden seguridad jurídica,
reclaman mano dura y protegen a los genocidas, atacan la corrupción supuesta y
obvian la que está siendo juzgada, luchan por los costos empresariales
intentando bajar salarios vía devaluación, plantean marcos de pobreza extremos
y evaden impuestos a la riqueza.
Describen un país caótico,
propicio para el intervencionismo después de la Tormenta Perfecta, o sea la
conjunción en un momento determinado de todas estas acciones confluyendo en un
punto, en una situación específica que provoque el desplazamiento del poder.
Lo llamativo de la actual
situación es que cuadros militantes, hombres y mujeres del campo nacional y
popular que quizás tengan contradicciones con el Gobierno, pero que han estado
incluso en su funcionariado de primer nivel, que han recibido como en el caso
de sectores del sindicalismo el aluvión de trabajo y dignificación del
trabajador argentino después de décadas neoliberales, con estamentos
institucionales funcionando desde los Convenios Colectivos al Consejo del
Salario, se sumen ahora a la planificación de los verdaderos dueños del poder.
No se puede creer en el
desconocimiento de estas acciones que estoy describiendo, no se puede ignorar
que ningún árbol quedó en pié cuando irrumpió a sangre y fuego el neoliberalismo,
ni aún aquellos que querían aparecer como complacientes o hacerse los
cómplices.
Nadie les pidió que se bajen de
la lucha política a esos militantes, ni se les hace reproches por buscar su
destino político pero que pierdan su esencia peronista y nacional en aras de
una lucha que divide al país entre quienes quieren volver al pasado y quienes
apostamos al futuro modelo argentino con Justicia Social, es lamentable y le
agrega masa crítica al gorilismo.
La Tormenta Perfecta está en
marcha, allí pondrán todos los medios económicos y comunicacionales al servicio
de esa estrategia, lo están haciendo nivel nacional e internacional, se está
desarrollando ahora, en este momento, en un marco desinformativo de lo que pasa
en el mundo, de la crisis de los países centrales, de su necesidad de que los
periféricos, es decir nosotros, abramos nuestras economías para que ellos puedan
resolver sus crisis, que devaluemos para que nos volvamos baratos en sus
estructuras de costos, pretendiendo además bajar nuestros precios de los
comodities de granos en función del hambre en el mundo que ellos provocan,
cuando lo han transformado en un negocio especulativo a nivel mundial. Nada se
informa de la situación externa, excepto en los informes económicos aún de los medios
opositores, que plantean con números, la mayor solidez de la economía
argentina, reconocida por los dos últimos premios Nóbel : Krugman y Stigliz,
como así también por organismos internacionales como la CEPAL y la UNESCO en el
caso de la pobreza y sus avances en nuestro país y en el continente, mal que
les pese a quienes combaten peyorativamente al “populismo” en América Latina
como figura denigrante de lo popular.
Como siempre fue y seguirá
siendo, se verá en este informe una teoría conspirativa, que nunca existe,
excepto 25 años después cuando se abren los archivos o aparece Wikileaks,
aunque como es información de antaño a nadie le interesa, por eso un asesino como
Kissinger puede seguir escribiendo como columnista en el “gran diario
argentino” pese a haber provocado la muerte de Salvador Allende, miles de
chilenos, argentinos, uruguayos y paraguayos, ejecutados por su orden y
consentimiento según figura en los archivos desclasificados.
En este sentido se informa poco
de la Alianza del Pacífico liderada por EEUU para debilitar el UNASUR y la
CELAC, conformada por Chile , Perú, Colombia, México, Nueva Zelandia,
Australia, Japón, Singapur y Corea del Sur con arancel cero en su comercio tipo
su propuesta del ALCA que en el caso mexicano ya sabemos como terminó con desocupación
y conflicto social. O sea como en el ajedrez las blancas también juegan y EEUU
tiene una estrategia para “su patio trasero”, que se expresa en el abanico de
bases militares y planes de control social a través de la DEA y su supuesta
lucha contra el narcotráfico.
En este cuadro de situación se
desarrolla la lucha política en la Argentina de hoy, intentando preservar el
empleo por sobre todas las demás variantes evitando la caída de la producción,
que otros festejan, propiciando escenarios catastróficos funcionales a la Tormenta
diseñada, con el gobierno manejando la crisis externa, propiciando el consumo interno
y ampliando los derechos sociales, invirtiendo en el país, desalentando la fuga
de divisas y protegiendo el salario. Mientras los vientos de la Tormenta propician
escenarios de demandas insatisfechas, muchas de ellas legítimas en cuanto a
salarios, jubilaciones y asignaciones, pero descontextuadas del momento actual
de lucha y confrontación
nacional e internacional.
Nos enseñó Perón “cuando la
Patria está en peligro, lo único que no puede hacer un argentino es no estar en
ningún lado”. Cada uno elige su destino, el de su familia y el de su Patria,
ninguna pelea sectorial es mas importante que la sociedad en su conjunto ni
ningún afán político puede comprometer el futuro de nuestro país ni la
felicidad de nuestro pueblo, menos aún participando de Tormentas de otros
intereses ajenos a la identidad y conciencia nacional.
*Publicado en Notialba
Muy interesante la reseña de "buenas intenciones" que empedraron los distintos caminos que siempre nos condujeron al infierno.
ResponderEliminarAlgunos fueron contrarios a la Patria por simple obediencia y complicidad con el imperialismo de turno.
Otros se olvidaron de la Patria para salvaguardar sus propios intereses, a expensas y a espaldas del resto de sus compatriotas.
Por último, están los que medraron en cualquier contexto y traicionaron a las distintas manos que les dieron de comer, transformándose incluso en críticos y enemigos.
Un gobierno nacional y popular no es algo muy común por estas latitudes. Las pocas veces que asomó fue eliminado con violencia no exenta de crímenes. Esta es la tercera oportunidad, después de la experiencia de Yrigoyen y la accidentada y dos veces interrumpida trayectoria de Perón.
Pero esta vez han caido caretas publicamente, se han evidenciado complicidades y se ha reconocido a títeres y a sus titiriteros que siempre renunciaron al "puesto menor" ya que contaban con el poder mayor.
Con todos los errores, evitables o no que se hayan cometido, la recuperación nacional y popular producida a partir de 2003 ha desnudado y mostrado a sus enemigos que, en gran medida, son también los enemigos de la Patria.
Está claro que - como acertadamente puntualizás - nunca dicen qué harán si triunfan. Es que tampoco les interesa "triunfar". Eso sería democrático y a ellos NADIE LOS VOTÓ JAMÁS.
Faltan 26 días para el 7D.
Saludos
Tilo, 71 años