jueves, 22 de febrero de 2018

LOS OÍDOS DE LOS LÍDERES

Imagen de "Mejor con Salud"
Por Roberto Marra

Hay un problema que atraviesa a las organizaciones políticas populares, que derivan de la falta de apertura de sus dirigentes a atender reflexiones, propuestas u opiniones de otros integrantes que no sean los adláteres que los acompañan de modo casi eterno. Quienes asumen el carácter de secretarios o asesores de los líderes, comienzan a conformar una especie de barrera permanente para evitar el acceso de cualquier militante a quienes son, justamente, los que debieran escuchar con atención las manifestaciones de las bases humanas que sustentan sus mandatos.
Se transforman así en el tamiz opaco de las ideas renovadoras que pudieran presentarse para enriquecer la doctrina y el accionar de una organización política con ambición de poder. Son el muro de contención interno, construído más por celos o temores de pérdida de ese pequeño status que da estar cerca de un líder importante.
Muy común es la generación de luchas internas por pertenecer a ese grupo de cercanos colaboradores de los conductores. También los resentimientos que se generan en quienes pierden la partida y son alejados de tal cercanía, que terminan, muchas veces, descargando sus rencores adscribiendo a espacios políticos opositores a los que estaban adhiriendo hasta el momento.
Muestra cabal de la falta de conciencia y convicciones reales, estos personajes miserables sirven siempre a los enemigos de lo popular, paralizando o congelando a los movimientos que nacieron al calor de las necesidades más imprescindibles de los pueblos que, encima, arrastran tras de sí a numerosos inconscientes que solo persiguen, como ellos, intereses individualistas.
Los dirigentes o líderes tampoco son totalmente inocentes por estas actitudes retrógradas. Por acción u omisión, por comodidad o desidia, suelen dejar pasar tales formas de actuar por parte de sus más cercanos asistentes. Alejados de los militantes reales, terminan cometiendo errores que pagan con pérdida de credibilidad, aún a pesar de ser personas de grandes capacidades intelectuales y de irreprochables actitudes éticas.
Es justamente la inteligencia superior de estos conductores la que puede llegar a corregir esos desvíos. La apertura a nuevas expresiones, escuchar a quienes no parecen más que simples militantes, puede llegar, a veces, a cambiar la historia. Detras de alguien que solo se lo ve sosteniendo una bandera o una pancarta, puede esconderse una reserva de conocimiento y capacidades que solo está esperando la atención de quien toma decisiones, para expresarse.
Los especuladores y arribistas tal vez sean “razas” difíciles de extirpar de las organizaciones políticas. Pero la construcción de un nuevo modo de conducir, con apertura permanente a quienes se representa, deberán convertirse en la llave que los líderes de verdad accionen para impedir la formación de esas castas de pseudo-dirigentes, incapaces de otras actitudes que la genuflexión o la traición.
La existencia de los medios de comunicación masivos, de las redes informáticas, pueden convertirse, si la decisión está, en las herramientas ideales para acercarse a los militantes que desean colaborar en la construcción de una sociedad mejor, donde las ideas circulen y se realimenten de la experiencia diaria de una sociedad que es, en definitiva, el suelo abonado de donde surgen los verdaderos líderes populares, esos que sean capaces de cambiar la vida y la historia, poniendo los dos oídos para escuchar al Pueblo.

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