viernes, 25 de noviembre de 2016

LA MÚSICA DE LA JUSTICIA

Imagen FCPPC
Por Roberto Marra

Cuando escuchamos algunas palabras, frases o relatos que nos agradan, que nos satisfacen, solemos decir que “suenan como música para nuestros oídos”. Es que la música es un estímulo sonoro que genera sentimientos y emociones diversas, que se relacionan, invariablemente, con nuestros pensamientos. En ese sentido, podríamos decir que distintos hechos pueden provocar que escuchemos distintas músicas, producto del tipo de repercusión que nos provoque.
Es el ejemplo de la Justicia, uno de los valores sociales más importantes y trascendentes. La justicia puede provocar que escuchemos muy diversas musicalidades, cuando nos enteramos de sus fallos y resoluciones. A veces puede sonar como una sinfonía de Beethoven, por el grado de perfección que encontramos en cada sentencia o veredicto. Puede también que nos suene como una ópera de Wagner, al escuchar la dureza de algunas de sus fragmentos, pero que en su conjunto destacan la bella justeza de lo fallado.
¿Qué otra cosa que bella música, como un tango ejecutado por Troilo o Pugliese, puede hacernos sentir la justa decisión de jueces que defiendan la vida y los derechos fundamentales de las personas? Pero, por el contrario ¿qué más que ruido ensordecedor pueden generar los despreciables fallos que releguen tales derechos básicos, acomodándolos a las conveniencias de los dueños del Poder Real?  ¿Cómo podremos escuchar música ante las palabras despreciativas de la condición humana más elemental, que profieren esos “juececillos” devenidos en “capangas” inmorales que persiguen a los adversarios del Poder y sus gerentes políticos, sin otro objetivo que la destrucción de sus reputaciones populares?
La Justicia (con mayúscula) está subvertida por la deplorable acción de quienes se apoderaron de las estructuras del Poder Judicial desde siempre. La persecución a líderes populares y la salvaguarda de los poderosos parecen ser sus únicas metas. El falso halo de prestigio que han esgrimido siempre sus integrantes más conspicuos, no alcanza para ocultar la miserabilidad de sus actos.
Enorme tarea la que le espera al Pueblo para construir otra Justicia. Una que asegure, por fin, la equidad que la debe definir desde sus bases más elementales. Una que termine sonando a nuestros oídos como una música única, tan bella como una celestial sinfonía de Mozart, y tan popular como un sencillo tango de Gardel.

1 comentario:

  1. Demandarlos por traicion por negligencia criminal, al no hacer caso de los reclamos contra los funcionarios macristas. quedando entonces Cristina en conflicto con la corte suprema, podria quizas acudir a tribunal internacional, tal vez en algo gravite el que Macri tenga tambien nacionalidad italiana.
    El gobierno de macri es una sociedad anonima con el poder judicial de minima alquilado.
    ES TODO UNA GRAN FARSA.

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