El patrón y sus preguntones |
Por Dr. Rubén Visconti*
Hace unos días un numeroso grupo
de periodistas algunos y otros colados para hacer número, pertenecientes a los
medios de difusión televisivos, radiales y periodísticos, convocados por el
nuevo líder de las posiciones anti
oficialistas, el gordito Lanatta, cada día más gordito dado que ahora come y
bien, y por otra parte más soberbio y sobrador, similar a las sonrisitas del
senador Morales, jujeño de la UCR, se reunieron para expresar sus reclamos
basados en sus derechos a preguntar al gobierno nacional o a otros de los
representantes, para estar informados, basados en los “sagrados principios“ de
la libertad de expresión y de prensa.
Cuando el mencionado gordito les
preguntó con respecto a que pregunta deseaban hacer al gobierno (entiéndase: a
la Presidenta), todos mostraron la “pata de la sota”, demostrando que en cada
pregunta iba incluida una afirmación de escasa substancia, similar a la que
escriben y recitan todos los días como VERDADES ABSOLUTAS CONSAGRADAS SOLO POR
ELLOS MISMOS, SIN BASAMENTO ALGUNOS EN CASI TODOS LOS CASOS.
Es decir, demostraron
fehacientemente que no quieren preguntar sino JUZGAR, sin apelaciones de
ninguna instancia ni naturaleza, para luego regresar a sus medios de expresión,
declarando su victoria total, y al margen del resultado real de sus
indagaciones. La conclusión en todos los casos sería algo así como cuando un
detenido recibe la orden policial que le dice, sin réplica, MARCHE PRESO.
Tienen tan metidas en sus
cerebros y conductas las órdenes de los mandamases que ni siquiera tuvieron la
inteligencia de disimular sus reales intenciones destinadas exclusivamente al
complimiento de esos mandatos, que no pudieron evitar decir cuáles son sus
intenciones reales destinadas a cumplir, y lo demás, perdidas sus autoestimas
que tiraron al tacho de la basura, era cumplir como simples escribas y esclavos
de sus mandatos.
Pero como cada afirmación debe
probarse con ejemplos, tomemos uno del día 17/05/12, publicado en el diario Clarín
con la pluma de Julio Black, quien fuera uno de los concurrentes a la farsa
organizada por Lanatta.
Bajo el título “La vida está
llena de casualidad, lo mismo que la justica federal” nos dice que el juez Lijo
está apretado contra la pared conminado a sacar del medio al fiscal Rívolo que
había tenido la peregrina idea de investigar, sin prisa pero sin pausa, a Amado
Boudou, en el caso Ciccone.
Afirma que, hasta que apareció una oportuna denuncia por
enriquecimiento ilícito contra el mencionado Boudou, ya que la consecuencia fue que Lijo decidió unir ambas
causas lo que le permitió eliminar a Ribolo. Lo que no dice el mentiroso de
Blanck es que la nueva acusación partió del mismo sector de la primera, es
decir de la terrible oposición, con lo cual si esas fueron las consecuencias la
culpa la tienen los del mismo sector de Blanck que no advirtieron que metían la
pata.
Y porqué el juez Lijo se
encontraría contra la pared, EXCLUSIVAMENTE PORQUE LO AFIRMA EL MENTIROSO BLANCK
INVENTANDO UNA INCOMODIDAD QUE EL JUEZ NO TIENE.
¿De donde saca Blanck que el Juez
se encontraba contra la pared por el tema Ríbolo? De su propia, exclusiva y
torcida opinión, de un supuesto totalmente arbitrario mediante el cual no
pregunta sino que Juzga con total parcialidad el estado anímico del Juez. Otra
MENTIRA.
Luego sigue inventando. El juez
Rafecas fue sacado de circulación debido a que allanó el departamento alquilado
de Boudou, cuando es totalmente falsa esa afirmación ya que el juez Rafecas fue
sacado de la causa debido a que por una imprudencia no explicada permitió que
al allanamiento concurriera un numeroso grupo periodistas y fotógrafos de Clarín,
algunos apostados desde la noche anterior, y esto en un tema que era secreto de
la causa, y además, comprometió opinión con un “amigo” y para más, posiblemente
por la única razón que un hombre, todos los hombres, nos ponemos pavos frente
a una mujer, periodista o no, que nos
mira con ojos atentos y hasta dulces, nos muestra su sonrisa y quizás también muestra
un poco de sus rodillas, y caemos en la tentación de felicitarla por su entrevista
en la cual le comentó tres alternativas para enfrentar la posible solución.
Claro que Rafecas perdió la
titularidad, pero no por las “oscuras razones” que insinúa Blanck sino un poco
por boquiabierto y otro por hombre tonto. Cometidas esas dos imprudencias no
podía, de acuerdo totalmente con las normas legales, seguir siendo el juez del
caso.
Luego, pone en boca del juez Lijo,
las siguientes palabras: “que no veía otro camino que es el de sacar al fiscal
Ribolo del caso aunque ello le valiera una condena segura de la opinión pública
y, además que por su congoja dejó plantados a sus amigos en la platea de Boca”.
La conclusión de Blanck basada en
esos inventos arbitrarios, falsos, irrelevantes, prejuiciosos y ofensivos para
el juez Lijo, lejos de demostrar su respeto ante la ley y los jueces, pone de
manifiesto hasta qué extremos están dispuestos a llegar estos supuestos PREGUNTONES
que dictan sentencias antes de que la justicia se exprese, y cuando así lo
hace, será una justicia proba o coimeada por el poder oficial según sentencia a
favor o en contra de los espurios intereses que desde las sombras dirigen a
esos conjuntos de escribas, parlancheros o televisivos, como si fueran simples
títeres, que no resistirían responder por sus conductas y opiniones ante un
tribunal imparcial adherido a la verdad de todas las afirmaciones.
Para avalar la posible conducta
del fiscal Ribolo debemos recordar que La Nación, el diario socio de Clarín, además
del crimen cometido junto con la dictadura militar en el caso de Papel Prensa,
le dedicó al fiscal Ríbolo media página, sí, media página, cuando, elegido
fiscal de la causa Ciccone, regresó al País para abocarse a la misma, poniendo
de relieve su condición de ex-deportista en su condición de futbolista y rugbier,
que seguramente mordería con todas sus ganas para probar la culpabilidad de
Boudou.
“Dime con quién andas y te diré quién
eres” dice un sabio refrán, a lo que agregamos finalmente que debe aceptar el
derecho a preguntar pero no a juzgar, mentir, macanear, como lo acabamos de
demostrar en los párrafos anteriores.
*Doctor en economía, Docente de la UNR, Miembro del CEP
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