viernes, 4 de mayo de 2012

INTANGIBLE E IRREPROCHABLE


Por Gustavo Daniel Barrios*
 
               Algunos afirman que existió realmente. Tiene que haber una conexión entre la adecuación a una época que fue soñada desde hace mucho, como el lapso en que se decidiría barrer finalmente con el oprobio, durante el que trepar hacia la suficiencia, el arraigo de sustentabilidad, y la felicidad de condición estable, nunca era posible entre Los Andes y el mar..., digo conexión con un misterioso sujeto de la historia, que habrá luchado en soledad y de un modo bastante anónimo, en preparación de un país hacia el florecer de las dotes del roble que en su robustez olvidó ya la semilla que era.
               Amiga de este sujeto en incógnita, uno que es más de uno, parece que fue una señora Laura. Y decía esta una vez de lo agradable de su trato, en tantos sitios del ámbito público que deambuló, cuyos también anónimos empleados o funcionarios, confesaron, o habrían solido confesar, lo necesario de que alguien sacuda el desánimo de un entumecimiento o resignación, que padecían ellos como mudos aplicadores de programas cuyo autor les fue siempre desconocido a todos.
               Sí, se afirma que Laura existió, y se confía luego, en que su amiga Domitila Locicero, existía también.
               Laura se preguntaba dicen, si Domitila correspondía a una piedra angular de toda sociedad –y pensó en su Cipolletti natal-, al observar esta mujer la desigual lucha que a base de empeños y amarguras de quien sí cree, impelía a Domitila a rechazar el desenlace antipolítico o antisocial en su época –anterior al largo ciclo de exilios-, en que el Alto Valle de Río Negro, no se tenía ni siquiera a sí mismo, para obtener la mística de una parodia de discusión intelectual al menos, ya que desfallecer era lo permanente si una oleada de precariedades y carencias, hacían agobiantes la vida en comunidad.
               Refulgía ciertamente la política en el centro del país en ese tiempo, pero ocurre que la vía de alcanzar el sistema universal único posible, y antiquísimo, que permite trascender todo mal, se dispuso un día sólo para la región geopolítica en donde pasan todas las cosas. Se decidió en el siglo fundacional, que en determinado país ocurriría todo, las luces cognitivas aceptas y el acto de reinventar la sociedad desde la rebeldía, pero se decidió también que en el país restante, en lo geopolítico, nada ocurriría quizás nunca. A esas comunidades, aunque hoy, hoy siglo 21 no sea así, se las concibió para aceptar las reglas suministradas por los centros urbanos que lo deciden todo. Y callar.
               En este último caso se ubicaba la ciudad de Cipolletti hace mucho tiempo, pues cuando allí, o en toda aquella provincia mejor, figuras surgían con el perfil para representar, de acuerdo al ideario transformador, su asiento o teatro siempre fue muy lejos de ese lugar, y lejos debían radicarse. Esto pasaba a la gente en Mendoza y Neuquén también. A ser caudillos o intentarlo, en el área metropolitana ampliada, ya que allí –en esa parte, y sólo se habla en este momento de esa parte-, construir poder y nueva autoridad les resultaba muy duro antaño.
               Y diferente era por ejemplo en la región geopolítica efervescente y libre, inventora y vanguardista –por inmensa fortuna-, desde la que muchas veces se dispuso para la región antes aludida, que se les oriente a nunca ser, si eras rionegrina o neuquino o pampeana, y te afectaban tu micro mundo o aldeas propias. Y te lo tenían todo “resuelto”, si se debía atender a un deterioro estructural, legal o material, y la fórmula siempre era encargárselo a los tutores locales sometidos al centro, cuyo manual no se renovaba desde la administración Sarmiento. Una solución aparecía, o un ato de soluciones, pero tan frágiles como deliberadamente limitantes para el sector popular.
               Pero no obstante aprieta el paso Domitila Locicero, y contaba Laura o esto dicen, que un día consigue aquella hacer llegar unos documentos al gobernador de visita en su ciudad, donde figuraba el proyecto labrado por la propia Domitila, que sugería desoír los lineamientos –empresariales o a veces sindicales incluso-, que aconsejaban a las mujeres fuera del empleo diversificado, y mantenerlas acotadas, de acuerdo a pactos que nunca fueron escritos. La señorita Locicero propuso entonces abrir concursos de ideas, para que las mujeres ocupen de modo paulatino, áreas de trabajo más importantes, a lo que había sido el recluirlas como rellenos no especializados de aburridos montajes o líneas de envasamiento, para llegar a lo que se observa ahora y es que ellas hoy son capaces de fabricar un avión en equipos, dentro de las secciones de mayor complejidad tecnológica, lejos ya de la iteración de tareas aburridas, cuando era esta la única oferta. Agreguemos que hoy las mujeres son managers empresariales, y son todo lo que fuere menester abarcar en lo laboral, o ella misma se plantee como meta. Diferente era esto hace cuarenta años. Hoy ocupan todo el piso jerarquizado del mercado de trabajo, y además trabajos comunes claro.
               Uno se ubica en este análisis, y recorre el pasaje a la diversificación de los rubros laborales para las mujeres, salto que comienza a producirse al final de los ochenta, y entonces añora uno conocer a personajes ocultos que se infieren como lo mejor de la sociedad, porque necesariamente han tenido que ser irreprochables, y tan pacientes, mesurados y cuidadosos que los volvió intangibles, y habrán maniobrado en la penumbra del país. Estos misteriosos sujetos de la intra-historia, o el laberinto secreto de ella, de algún modo consiguieron romper el hielo, y hacer incoar el cambio lento pero sostenido, cambio liberador, que condujo desde allí a escenarios hoy plus revolucionarios, que traen el aire frío a la nocturnidad tórrida del país.
               Las que fueron réplicas de Domitila Locicero, las que son y los que son, infusores de confianza en un mundo que hoy se plantea como nunca antes, que los caminos de la creatividad y las rupturas, los sueños y el coraje, harán la diferencia si deseamos preservar un devenir de felicidad mínimo indispensable...; decía yo que aquellos infusores anónimos e irreprochables, deben haber existido entendiéndolos como cimientos de las páginas ya exógenas de la Historia formal.
               El fárrago de obstáculos tiene conexión, si hablamos de factores que sostienen el entramado económico liberal, con barreras que impedían el tránsito libre al mercado del trabajo a la mujer antiguamente, acceso a la economía integral y al trabajo asequible en la completud de su tablero..., tiene conexión decía con tragedias muy puntuales.
               Jauretche marcó que Lisandro de la Torre se mata a raíz del derrumbe de su particular mundo, ya que él descubre que los antiguos admiradores suyos eran mentirosos, y parte también ellos del liberalismo económico. Se desploma entonces su confianza en la sociedad circundante. Jauretche dice que en el momento dramático de soledad y traición, conoce al fin de la Torre los motores de la Historia Argentina, y el papel que juegan las supuestas élites. Es que ha descubierto él el resorte misterioso que ordenaba las fuerzas de la economía liberal. Ahora sabe, pero siente que es tarde.
               Voy a agregar a esto un extracto de un discurso de campaña de François Hollande, que me trajo una nota del periodista Febro. Este hace un breve introito a ese fragmento, diciendo que Hollande pronunció la frase que fue un hacha de guerra en el corazón del liberalismo predador. Hollande dice: “Mi adversario, mi verdadero adversario, no tiene nombre, ni rostro, ni partido. Nunca presentará su candidatura y, por consiguiente, no saldrá electo. Sin embargo, ese adversario gobierna. Ese adversario es el mundo de las finanzas.”
               Yo aclaro que ningún aspirante europeo me genera confianza, y acaso pueda decir, que no le creo a ninguno. Claro que tampoco a François Hollande. Pero en este momento no necesito creerle, ni ocuparme de averiguar si es verosímil su definición en cotejo con la real persona y  dirigente que es Hollande, pero ha hecho un comentario célebre. Esa definición arriba citada, recupera el sentido que nunca debió perder todo esto en el occidente que conocimos, porque apartarse de esa épica arruinó en otros tiempos el curso de las cosas hacia el bien común. Ese párrafo de Hollande mantiene la atención en los sótanos, criptas y subsuelos de un ambiente medio internacional que devela la conspiración más desafiante de la Historia. Es la conspiración que pretendió y todavía pretende, barrer con los pueblos que hoy desconocen el disciplinamiento de ayer, de haber tenido que arrodillarse y besar los pies del que les daba un plato de pan mojado como diaria ración. De preferencia barrer contra los seres sin genuflexión, que cohabitan en sus urbes tan decentes.

*Escritor, Miembro del CEP

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